La Liga Nacional de Fútbol Sala ha dado un paso al frente. Tras pedir, junto a asociaciones como ProLiga o ACFF una reunión con el CSD para hablar sobre convertir sus disciplinas en profesionales, ha lanzando una campaña pública para concienciar a los aficionados y unir fuerzas en esta batalla.
La entidad liderada por Javier Lozano ha trabajado con los clubes, que son quienes han planteado esta iniciativa, con el objetivo de llegar fuertes a la reunión con el Consejo Superior de Deportes que se producirá en septiembre. Pero, también, para planear las acciones de visibilidad que se realizarán cuando comience la temporada.
Una campaña que surge en un momento complicado y que solo engloba a la Primera División, no a la Segunda. Todos sigue sin ningún calendario de temporada y a la espera de conocer un protocolo sanitario a nivel nacional. Igualmente, las pretemporadas están en el aire al no darse permiso para jugar los partidos por esa falta de protocolo.
El CSD, que recientemente ha intervenido en el conflicto entre LaLiga y la RFEF, será quien tenga la última palabra en esta reivindicación del fútbol sala que tiene un respaldo legal para llevarse a cabo.
La LNFS cumple los requisitos
La petición para convertirse en deporte profesional por parte de la LNFS no es algo nuevo. Viene de lejos y ya hace unos meses se produjo una comunicación oficial requiriendo dicha calificación. Concretamente el 8 de mayo, cuando la asociación presidida por Javier Lozano se lo trasladó al Consejo Superior de Deportes por medio de un "extenso informe".
Los requisitos, a priori, se cumplen holgadamente. En términos de la LNFS, "sobradamente". Estos no son otros que el hecho de que existan unos vínculos laborales entre jugadores y clubes y uno que hace referencia al potencial económico de cada competición. En la Ley del Deporte se habla textualmente de la necesidad de "la existencia de vínculos laborales entre clubes y deportistas y la importancia y dimensión económica de la competición".
Según la LNFS, la competición recibe unos "ingresos superiores al millón de euros por temporada y un retorno mediático auditado por la empresa Kantar Media que oscila, dependiendo del club, entre los 3 y los 30 millones de euros". A ello se suman acuerdos publicitarios con otras marcas o la venta internacional de derechos televisivos. Es decir, el aspecto económico tiene viabilidad.
En lo que respecta a los vínculos entre clubes y jugadores, los últimos datos de Primera División constatan una amplia existencia de deportistas con contratos profesionales. Según datos de la Asociación de Jugadores de Fútbol Sala, hay un total de 203 jugadores en la élite con ficha profesional.
La decisión final corresponde al CSD, que a través de la Ley del Deporte y de su artículo 8, apartado e), tiene la responsabilidad de "calificar las competiciones oficiales de carácter profesional y ámbito estatal". Y respecto a la necesidad de los clubes de ser S.A.D, la última modificación legal eliminó esa necesidad.
Campaña consensuada
La campaña de visibilidad que se está impulsando aún tiene que detallarse. Según ha podido saber EL ESPAÑOL, la iniciativa ha surgido de los clubes que compiten. Además, se ha comunicado a capitanes y entrenadores para contar con el mayor respaldo posible. No quieren divisiones ni pugnas, sino una lucha para lograr el objetivo y que tenga la mayor representatividad posible.
Todos los actores del fútbol sala estarán presentes en esta campaña y serán involucrados a través de los propios clubes. En las próximas semanas se concretarán más detalles sobre qué hacer y cómo, pero hay un cierto periodo de tiempo que será clave. No es otro que una vez comience la competición oficial. Ahí, con los partidos desarrollándose, será el mejor momento para lanzar su mensaje.
Por el momento, la LNFS ha lanzado una campaña en redes sociales, pero esta irá a más. A corto plazo, se espera que su mensaje cale en el CSD, con quienes se reunirán durante la primera quincena de septiembre. Tal y como adelantó en exclusiva EL ESPAÑOL, a dicha reunión no irá Irene Lozano como presidenta de organismo y aún no tiene fecha determinada.
Ventajas de ser profesional
El gran problema que sufren los deportes considerados no profesionales es que la información sobre dicha condición es escasa. No tanto entre los directivos, que conocen a la perfección las complicaciones que sufren por este detalle, sino entre los aficionados al deporte en general.
Tal y como recalcan los afectados a EL ESPAÑOL, no ser profesional pero jugar en una competición profesionalizada te obliga a cumplir todas las obligaciones, pero sin apenas tener derechos. Ni autonomía ni capacidad de gestión. Estos poderes recaen en la RFEF, que es quien determina cuándo se juega y demás detalles organizativos.
Las complicaciones a la hora de organizar campeonatos, en este caso de fútbol sala, ya se pudo comprobar durante los últimos playoffs. Las informaciones publicadas por este periódico reflejaron la inseguridad sanitaria y la falta de supervisión que existió en la élite de esta disciplina.
Siendo reconocidos como profesionales recuperarían la autonomía a nivel organizativo que ya habían tenido anteriormente, antes de que la RFEF de Luis Rubiales se hiciera con los mandos de la competición. De hecho, durante las más de tres décadas de la liga de fútbol sala la asociación de clubes consensuaba con la RFEF un calendario teniendo en cuenta las fechas importantes de la selección.
Una relación que durante estos últimos meses ha acabado por completo. La RFEF y la LNFS no tienen contacto. Ni la propia Federación con los clubes que no forman parte de su bando, pero que tienen las mismas condiciones de incertidumbre que el resto. Por ello, será el CSD el que tenga que tomar parte como ya ha tenido que hacer en otras crisis del deporte nacional.
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