La Real Federación Española de Fútbol ha hecho público un nuevo paquete de ayudas para el fútbol modesto. La Segunda División B y Tercera División no pasa por momentos fáciles y el organismo liderado por Luis Rubiales, que será reelegido la semana que viene como presidente, ha confirmado el aumento de presupuesto en más de un millón de euros en uno de sus programas más importantes.
El ente nacional, en base al Programa Impulso 23, cifra en 29 millones de euros la inversión que se hará entre todos los equipos que disputan ambas categorías no profesionales. Las ayudas llegarán a 450 clubes, pues aquellas entidades que "sean dependientes o filiales de clubes profesionales" no podrán acudir a estas ayudas económicas.
La Federación asegura en su comunicado que se produce un aumento de más de un millón de euros en este Programa Impulso 23 y del 4,7%, "constatando el compromiso de la Federación con el fútbol modesto". A estos apoyos se suman otros derivados de "Cantera de Valores, las ayudas por desplazamientos insulares (más de 1 millón de euros), el programa de balones de Adidas o el programa Scouting equipos de Segunda B".
"Se incrementan por cada partido disputado y por cada mes de competición. Además, en Segunda División B se incrementa la cantidad a percibir por participación y se libera el pago por arbitrajes para facilitar el recibir otras ayudas por este mismo concepto", ha indicado el organismo.
Pese a la buena noticia del aumento de inversión, es fundamental poner en contexto estas ayudas. Y es que el millón de euros de más no parece suficiente para hacer frente a una temporada complicada. El año pasado se alargó más de lo previsto el curso deportivo y algunos clubes avisaron de las dificultades económicas a las que se iban a enfrentar. A ello se suma un inicio de temporada donde los ingresos por el público serán mínimos o, directamente, inexistentes. Y, por último, la necesidad de invertir para cumplir el protocolo.
Las cuentas no salen
El Programa Impulso 23 aportó numerosos ingresos a los clubes de Segunda B y Tercera. En la categoría de bronce se rondaron los 100.000 euros por club y en Tercera se redujo a 42.000 euros aportados por la Federación. En ambos casos, otros programas a los que se podían inscribir las entidades aportaban cerca de 8.000 euros por equipo. Las cifras, pese a parecer altas, ya fueron criticadas hace meses por algunos de los equipos humildes a este periódico.
Pero, en una situación de urgencia como la actual, el 4,7% de más no supone un incremento significativo. ¿Por qué? Porque esta temporada habrá más equipos que nunca en las dos competiciones del fútbol no profesional. Los descensos suspendidos por la RFEF tras la paralización por la Covid-19 ya suponen un aumento de los equipos participantes. Sin embargo, la Federación mantuvo los ascensos y en algunos casos se han aumentado los clubes que promocionan, lo que generó cierta polémica entre diferentes entidades deportivas. Tanto en Segunda B como en Tercera habrá más equipos jugando que en años anteriores.
Sin ir más lejos, la Segunda B pasará de 80 clubes del año pasado a los 102 de la actual temporada que empezará a partir del 18 de octubre. La Tercera División, por su parte, aumentará notablemente los 362 equipos que tuvo la campaña anterior. A estos hay que sumarle los ascensos producidos por grupo y que en algunos casos se han ido a cuatro. En total se contará con más de 50 equipos nuevos entre las dos ligas.
Fuentes de la RFEF confirman a este periódico que los momentos que se están atravesando no son fáciles para ninguna de las partes. Además, subrayan que el aumento de la inversión se produce como respuesta a los problemas generados por la Covid-19.
Dudas del protocolo
El protocolo sanitario que se tenga que adoptar sigue sin conocerse. La semana pasada se esperaba poder aprobar el texto, del que ya circuló un borrador inicial. Sin embargo, según pudo confirmar EL ESPAÑOL, este lunes 7 de septiembre se iban a seguir con las negociaciones para publicar un texto común.
La gran duda estará en qué medidas de seguridad van a tener que aplicar los clubes y, sobre todo, quién va a tener que hacer frente a la inversión económica. Los jugadores y jugadoras quieren jugar bajo la mayor seguridad sanitaria posible. Y desde los clubes quieren que el protocolo sea ajustable a competiciones donde la economía no atraviesa por su mejor momento.
La petición es clara: la Real Federación Española de Fútbol, como organizadora de las diferentes categorías, es quien debe hacerse cargo de los costes de aplicar el protocolo. El organismo liderado por Luis Rubiales, sin embargo, no ha dado detalles a los implicados. Por el momento esperan a que el protocolo sea oficial, aunque en las últimas reuniones se transmitió que el ente nacional no podía hacer frente al gasto por el protocolo en todas las competiciones que gestionan.
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