Todo hace indicar que la salida de Luis Suárez del Barcelona se está encallando. Cuando parecía que su llegada a la Juventus de Turín dependía simplemente de un examen de italiano, sus reticencias a abandonar Can Barça están complicando la operación. El uruguayo está feliz en la ciudad condal y no será sencillo que ambas directivas consigan sacar al delantero de la entidad azulgrana.
En Italia ya dan la operación por una "opción imposible". Según varios periodistas que tuvieron una conversación este sábado con Fabio Paratici, el director de fútbol del equipo transalpino no cree que puedan llegar a un acuerdo con el Barça ni que Suárez vaya a forzar para pedir esa carta de libertad. A pesar de haberse quedado fuera del primer amistoso de la temporada, el fin de la etapa en el conjunto culé del ariete no parece sencillo.
Eso sí, su gran valedor sigue siendo Pavel Nedved, el vicepresidente de la Juventus. Mientras en la dirección deportiva también trabajan en alternativas como Álvaro Morata y Edin Dzeko, desde las altas esferas se confía en convencer al uruguayo para que ponga de su parte en esa resolución de su situación después de que Ronald Koeman le dejara claro que no contaba con él para esta temporada.
El delantero, mientras tanto, sigue entrenándose con la entidad azulgrana. Lo hace con el resto del grupo, por eso sorprendió que Koeman le dejara fuera del primer amistoso ante el Nastic. Está claro que el holandés no quiere verle muchos más días por la Ciudad Deportiva Joan Gamper y desea que se resuelva rápido su futuro. Todo ello cuando parece que la opción de que se quede está más cerca de ser realidad.
Luis Suárez juega sus cartas
El delantero, de forma inteligente, está intentando jugar todas sus cartas para sacar la opción más beneficiosa para él. Su caso es muy diferente al de Leo Messi, que no tenía otra opción para salir que convencer al club. Sin embargo, Suárez quiere quedarse y, en caso de irse, quiere irse a un equipo puntero y que le ofrezca un gran salario. Lo que el Barça obtenga por él le da igual. Y, además, quiere cobrar el año obligatorio que le queda en su contrato, ya que el segundo año es opcional y depende de jugar una cantidad de partidos que, evidentemente, si sale no cumplirá.
El uruguayo tiene ganancias en todos los escenarios posibles, por eso intenta jugar sus cartas para sacar la mejor situación para él. Además, hay que tener en cuenta su enorme relación con Leo Messi para quien es su mayor apoyo en la plantilla. Suárez podría utilizar esta carta para mostrarle al club que si quieren un Messi comprometido y, más que feliz, tranquilo, con él en el equipo será mucho más fácil.
Además, otro factor que maneja el delantero es la precariedad que vive el club. Sin recursos, es muy difícil que venga otro jugador de garantías que pueda hacer los goles que Suárez hacía. Y en plantilla, el otro ariete con el que cuenta Koeman es Braithwaite. Con lo cual, las opciones se reducen y Suárez lo sabe. El uruguayo sigue apurando el tiempo a la espera de que aparezca un club que convenza al Barça con su oferta económica y que le permita a Suárez cobrar, al menos, los 10 millones netos que parece tener pactados en Italia.
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