Romelu Lukaku es conocido hoy en el mundo entero. No solo se trata de uno de los mejores delanteros del planeta, sino que se trata de un icono de la Serie A, del Inter de Milán y de la selección belga. El punta reconocido por sus goles y por su enorme potencia, ha alcanzado la cima del fútbol profesional al máximo nivel gracias a su esfuerzo.
Ahora que disfrutar de un gran momento de forma y de prestigio, se acuerda de los malos momentos atravesados, no solo durante su carrera profesional, sino también durante su infancia, la cual estuvo marcada por problemas familiares y por la penuria que rodeaban a su entorno.
Sin embargo, gracias a la rectitud, la disciplina y la referencia con que sus padres condujeron a su familia, Lukaku pudo aprender los valores que tanto le han ayudado y le han servido en su propio crecimiento como persona y como jugador. Así lo ha contado en el 'Festival dello Sport', un acto organizado por el medio La Gazzeta dello Sport y en el que Lukaku conversó largo y tendido con el periodista Luigui Garlando.
El delantero belga comenzó alabando la figura de su padre: "La disciplina y la mentalidad son cosas que me enseñó todos los días, tanto en el entrenamiento como en la vida. Tener respeto por cada persona que ves, saludar, mirar a la gente a los ojos... cosas que son muy simples, pero que me ayudan todos los días".
"Tenía vídeos de sus goles y sobre todo uno contra el Anderlecht que se quedó en mi cabeza porque lo hizo contra mi equipo favorito de Bélgica. Yo quería a toda costa jugar allí y fue uno de los sueños que realicé".
Lukaku también destacó la figura de su madre: "Cuando mi padre dejó de ser jugador profesional yo tenía seis años y a mi madre le diagnosticaron diabetes. Pasamos algunos años difíciles. Como mi madre no tenía dinero, trabajaba en restaurantes y mi hermano y yo íbamos con ella después de los partidos. Mis padres no comían por la noche para que mi hermano y yo pudiésemos comer. Cada vez que marco un gol hago el signo 'A' con la mano para dedicárselo a mi madre, Adolphine, porque sin ella no sería quien soy hoy".
Gracias al sacrificio de sus padres, Lukaku ha podido llegar a ser futbolista profesional y de reconocido prestigio: Mi hermano y yo siempre hemos perseguido este sueño; todo lo que hacíamos fuera de casa era con la pelota. Entonces tuvimos la suerte de tener siempre a nuestros padres alrededor para ayudarnos a conseguir lo que hemos hecho en la vida".
Feliz en Italia y en el Inter
Lukaku afirma sentirse muy querido ahora en Italia, y eso le ayuda a crecer en su juego: "Desde que estoy en Milán toda la gente que he conocido siempre me ha mostrado mucho amor. En Italia sentí inmediatamente el calor de los aficionados, cuando marqué un gol contra el Lecce me alegré y di las gracias".
"Recibo muchos mensajes de agradecimiento incluso en Instagram y Twitter. Cuando te sientes bien con la gente, ellos te lo devuelven, por eso quiero dar todo por el Inter, para que todos los aficionados, incluso los de otros equipos, me respeten".
El delantero belga asegura que espera con ansia la vuelta de los aficionados a los estadios: "No es bonito y se escucha todo. Cuando jugamos con el Brescia creo que estaba solo, pero no recibí la pelota y dije algo que no se debería decir que se escuchó en la televisión y luego reí de las reacciones en Twitter. Cuando juegas en un estadio lleno y marcas goles delante de todo el mundo es hermoso. Espero que puedan volver lo antes posible".
Lukaku, que en dicho homenaje recibió el premio Giacinto Facchetti, habló un poco sobre su personalidad y su vida privada, asegurando que le gusta mucho pinchar música porque le relaja. Además, desveló quienes son sus ídolos y a quién le hubiera gustado conocer: "Mi sueño era conocer a Kobe Bryant, también me hubiera gustado conocer a Mandela y al rapero Tupac Shakur".
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