Regresa la Champions League y lo hace con un enfrentamiento que se podría denominar de históricos. Si has nacido en 1995, no has visto al Ferencvaros nunca en la fase de grupos de la máxima competición continental. El mejor club de Hungría de toda la historia estará entre los más grandes de Europa 25 años después y tendrá su reestreno ante todo un Barça en el Camp Nou.
Este inicio plácido a priori para los azulgranas que tienen un ojo en este choque y otro en El Clásico de este fin de semana paralizará el país de centroeuropa. Tras superar unos problemas financieros que provocaron su primer descenso en la historia de la Liga Húngara, en la que habían estado desde su creación en 1901, el club de Budapest pretende dar la sorpresa este martes en la Ciudad Condal.
Suma 31 títulos del campeonato nacional en su historia. Pero eso sí, en los últimos 15 solo habían conseguido un triunfo. La propiedad se puso manos a la obra para recuperar el prestigio que se perdió en ese momento del descenso administrativo. Pero Hungría un día fue una potencia en lo futbolístico exportando jugadores que marcaron época allá donde fueron y el Ferencvaros contó con algunos de estos.
Concretamente hay tres nombres que cambiaron también la historia del Barça en los cincuenta. Uno de ellos reluce por encima de los demás: Ladislao Kubala. Inició su carrera en el Ferencvaros antes de huir de su país cuando se produjo la revolución comunista. Después llegaría a Barcelona, que recibiría unos años después a sus compatriotas Sandor Kocsis y Zoltan Czibor.
Aroma español
Son muchos los trabajadores vinculados con el fútbol del país que se atreven a irse a la aventura por lugares recónditos de Europa. En el caso del Ferencvaros hay dos entre el cuerpo técnico. EL ESPAÑOL ha podido hablar con ambos para conocer más de cerca su camino hasta llegar al club húngaro así como las peculiaridades de esta entidad histórica que regresa al panorama continental.
Albert Bosch nació en Barcelona y desde joven comenzó a trabajar vinculado al Espanyol. Después de pasar por la cantera del club perico durante siete años, decidió dar el paso al extranjero y se fue al Dnipro ucraniano. Este país le cambiaría la vida ya que después de estar en el equipo de la ciudad con el mismo nombre se iría a la capital, Kiev, para seguir progresando en el Dinamo. Aquí se encontró por primera vez con Serhiy Rebrov, el actual entrenador del Ferencvaros.
Mientras Bosch trabajaba para la academia, Unai Melgosa también llegaría al mismo equipo para incorporarse al cuerpo técnico del equipo sub19. Él venía de trabajar varios años en el Athletic Club de Bilbao. Allí Albert y el vasco unieron sus caminos, que se volverían a separar cuando el primero de los dos decidió dar el salto al fútbol profesional en el Akhmat Grozny ruso.
Después de esa primera experiencia, el exjugador ucraniano les llamó a ambos para comenzar su aventura en el Ferencvaros. De momento su andadura está siendo exitosa ya que en los dos años que llevan en el club, la entidad ha conseguido dos Ligas.
La experiencia de ambos está siendo muy positiva. "Hemos conseguido resultados inmediatos, aunque el proyecto es para largo. El presidente nos ha dado estabilidad y tiempo para hacer el equipo y aportar a todas las ideas del entrenador", explica Bosch. Aunque ambos admiten seguir inmersos en un período de aprendizaje, la realidad es que esta experiencia les va a poner debajo del foco y aspiran a dar pasos más serios.
El equipo de Hungría
Ambos sienten cuando van por la calle que están en el club más importante del país. No solo por la sección de fútbol, si no también por el hecho de que tiene más equipos. "Tiene mucho carácter familiar, porque todo el mundo está mezclado, no está separado el primer equipo de fútbol del resto de las disciplinas. Aunque en la comparativa con España podríamos decir que es un club dentro de Hungría el más grande", sentencia Melgosa.
Dentro de ese carácter familiar, Bosch destaca el trato desde la dirección deportiva. "El presidente nos está dando mucha estabilidad, nos dan tiempo para trabajar. Es muy importante y es lo que se echa en falta en los directivos de otros equipos. En otros lugares se exigen resultados inmediatos, nos han dado bastante banda ancha y estamos respondiendo", concreta el ayudante del técnico principal.
Además, detrás hay una importante masa social que reaccionó de forma muy favorable a este emparejamiento. "La gente está muy contenta. Recuerdan como hace 25 años estaban jugando y los jugadores históricos que tenían", explica Albert Bosch. Mientras, Unai Melgosa utiliza un símil para explicarlo: "El sueño de un niño cuando empieza a jugar el fútbol es jugar contra los mejores y con los mejores. El Barcelona es uno de esos".
El regreso del Ferencvaros a la Champions League será sin público después de que le denegaran la petición que hizo el club catalán para albergar espectadores. Esta circunstancia ha quedado atrás en Hungría, donde ya están los estadios abiertos. "Ahora han cerrado fronteras para los extranjeros, solo se puede entrar con permiso de trabajo. Pero la sensación es que la cosa está más controlada que en España", explica Bosch con respecto a la situación del virus en el país magiar.
Quieren dar la sorpresa
Ambos se han encargado de acercar al público español cómo juega esa torre de Babel que es el Ferencvaros. "Somos un equipo con muchos jugadores internacionales de muchas nacionalidades. Tenemos jugadores muy distintos con cualidades que nos ayudan en diferentes momentos. No tenemos un jugador que destaque por encima del resto, todos tienen un nivel bastante similar. Creo que es nuestra virtud", argumenta Albert Bosch.
No van a renunciar a jugar con el balón, a pesar de lo que supone tratar de quitarle el dominio de la pelota habitualmente. "A mi modo de entender, el equipo es bastante ordenado y sabemos a lo que jugamos. Nos gusta llevar la iniciativa tanto en ataque como en defensa, pero no siempre lo logramos. Veremos si somos capaces de transformar estos ideales en una realidad", señala Melgosa.
Lo que tienen claro los dos es que la campanada en el Camp Nou no se puede descartar. Unai Melgosa expone que tienen capacidad para sacar un resultado positivo, "pero se tienen que dar algunas circunstancias a la vez". Para el preparador, tendrá que ver "con el hecho de saber si somos capaces de transformar nuestro potencial en real y evitar que ellos lo hagan".
Albert Bosch también cree que "siempre es posible". "En el fútbol cada vez los equipos están más igualados y todo es posible. Puede haber diferencias a nivel individual, pero a nivel de conjunto se compensan esas diferencias", argumenta el ayudante de Rebrov. A menos de 24 horas, las espadas están en todo lo alto y este equipo húngaro tratará de ahondar en la herida que ha reabierto el Getafe en el Barça este fin de semana.
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