Ser estrella del Real Madrid, fichar por el Manchester City y jugar en el AC Milan. Logros que en el mundo del fútbol no todos pueden conseguir, solo los cracks. Esa es la historia de Robinho, que recientemente ha visto como su condena por violación en Italia ha provocado su fichaje e inminente despido del Santos.
El delantero brasileño regresaba al fútbol de su país. Con un sueldo ínfimo y con ganas de disfrutar del deporte. Sin embargo, su oscuro pasado por una condena de violación en Italia le ha dejado en el paro. Según el Santos, para que se centre específicamente en su proceso judicial.
Los hechos se remontan a 2013. Una discoteca de Milán, un grupo de amigos de Robinho y una joven albanesa de 22 años. Ella, en un notable estado de embriaguez. Los brasileños, conscientes para abusar de ella. La sentencia fue de nueve años y les obligó a indemnizar con 60.000 euros a la chica.
Su periplo por el mundo
El brasileño fichó por el Real Madrid en 2005. Conquistó a la afición y se convirtió en uno de los jugadores más peligrosos en ataque. Sin embargo, su actitud y circunstancias hicieron que abandonara la entidad merengue por la puerta de atrás. Él mismo lo llegó a reconocer, pues si bien quería dejar el conjunto blanco, sus formas no fueron las adecuadas.
Robinho creía que iba a empezar una nueva vida. Siendo tratado como una estrella, se veía como el líder de cualquier equipo que se interesara en su fichaje. Y no fue así. A cambio algo más de 40 millones de euros dejó la capital y se puso la elástica del Manchester City en 2008. Tan solo dos años después, y al no haberse asentado en el conjunto británico, se fue cedido al Santos.
Pese a ello, el Milan apostó por él. La jugada no salió del todo mal. En Italia ganó títulos y recuperó algo del Robinho que había despuntado en el Real Madrid. Fue su único destino con estabilidad tras haber dejado el cuadro merengue años atrás. Hasta cuatro temporadas se pasó en San Siro y con dos títulos como premio.
Pero la calma no duró. Una nueva cesión al Santos, otra al Evergrande chino y, entonces, una sucesión de equipos sin ninguna repercusión. El Atletico Mineiro, el Sivasspor turco, el Basaksehir... Y, según se preveía, una nueva vuelta al Santos. Cobrando el salario mínimo del país, apenas 160 euros de salario, y con gran polémica en torno a su llegada.
Sus actitudes machistas
Apenas cuatro días pasaron desde que se anunció la llegada de Robinho al Santos hasta que comenzaron a brotar las críticas. No gustaba su pasado. No tenía ningún sentido. La sociedad, al fin y al cabo, no es la misma que la de hace unos años y los hechos protagonizados por Robinho no generaban nada de tranquilidad.
Orthopride, una empresa del ámbito de la estética, rompía su vinculación con el Santos tras el fichaje de Robinho. Era mandar un mensaje de respeto a toda su clientela femenina. Poco después, otras marcas como Umbro Brasil y Tekbond también daban un paso al frente y se planteaban abandonar toda relación con el club. En este caso fue un aviso.
La gota que colmó el vaso fueron las grabaciones filtradas y que dejaban en muy mal lugar a Robinho. Una semana después del anuncio de su incorporación, el Santos rompía su contrato y decía adiós a la vuelta del delantero brasileño. No habría regreso, sino un cese previo a su estreno.
"El Santos y el deportista Robinho informan de que, de común acuerdo, suspenderán la validez del contrato firmado el día 10 de octubre para que el jugador pueda concentrarse exclusivamente en su defensa en el proceso que tiene en Italia", apuntaba el comunicado oficial.
Y es que las grabaciones eran evidentes. Muy claras y hasta de mal gusto. En ellas, y filtradas después de que el proceso comenzara en 2017, Robinho reconocía actitudes totalmente condenables. "Yo te vi cuando colocaste el pene dentro de su boca", le llegó a decir un amigo, a lo que el delantero respondió: "Eso no significa follar".
Robinho ya se centra en su defensa. El jugador mantiene que su gran error fue ser infiel a su mujer. Y subraya que no hubo "relación sexual con ella" porque "no llegó a haber ninguna relación sexual, ninguna penetración, nada de eso", señaló a UOL Esporte. "El error fue no haber sido fiel a mi esposa. No cometí ningún error de violar a alguien, de abusar de alguna chica o salir con ella sin su consentimiento".
Unas explicaciones que no tienen efecto. El Santos ya ha suspendido su fichaje y Robinho continúa condenado por la justicia italiana.
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