A sus 70 años, Javier Clemente sigue en los banquillos. Como él dijo en su presentación no se pudo negar porque "si tengo un mínimo de tiempo tengo que ayudar a la selección vasca porque es ayudar al pueblo". Con ese espíritu, desde marzo de 2019 dirige a la selección de Euskadi. Solo ha podido jugar un amistoso contra Panamá, el año pasado, pero el lunes el combinado vasco volverá a la cancha para medirse a Costa Rica.
La selección de Euskadi ha aprovechado que en Centroamérica no tenían partidos internacionales este parón para concretar un amistoso contra Costa Rica. Se jugará en Ipurua. Sin público, claro esta. Lo hace eso todavía más amistoso ya que son 22 los convocados por Clemente, que podrá hacer hasta once cambios. Es decir, dos equipos totalmente diferentes para dar la oportunidad a todos.
Aunque la lista final no ha sido como Clemente se esperaba. La idea del exseleccionador español y exentrenador del Athletic y Espanyol, entre otros, era configurar una convocatoria 'internacional'. En la prelista tenía apuntados nombres de la talla de Javi Martínez y Fernando Llorente, pero la selección de Euskadi se encontró con la negativa de los clubes extranjeros (Bayern y Nápoles, en este caso) de ceder a sus jugadores.
En la citación de Clemente, de los 22 elegidos, hasta 12 jugadores son del Athletic. Entre ellos, nombres destacados como Iker Muniaín, Iñaki Williams o Yuri Berchiche. La Real Sociedad tendrá cinco representantes (Zubeldia, por ejemplo), Osasuna y Alavés dos y, por último, el Eibar, con un representante. Otras ausencias destacadas, obviamente, son los llamados por la Selección (Kepa Arrizabalaga, Unai Simón e Iñigo Martínez) y la Sub21 (Zubimendi).
A la espera de poder contar con nombres más importantes, la idea (o sueño) que tienen Clemente y la Federación Vasca de Fútbol (FVF) es llevar a la selección de Euskadi al siguiente nivel. "A un equipo vasco garra se le supone, esfuerzo se le supone, y deseos de ganar se le supone. Esos son los conceptos con los que juego", decía en una entrevista en Mundo Deportivo hace unos días.
Con el partido contra Costa Rica, Clemente espera dar un paso hacia adelante. Por lo pronto, el siguiente objetivo es poder jugar con mayor asiduidad. No como en el último año, que en 2019 solo se jugó contra Panamá y desde entonces no se ha vuelto a ver al combinado vasco. Para ello se tiene que aprovechar de los parones, pero también es complicado encontrar rivales, sobre todo cuando las selecciones más potentes están metidas en clasificaciones para fases finales o en torneos como la Liga de Naciones de la UEFA.
Sobre el partido de Costa Rica dijo esto: "Para la selección de Euskadi es iniciar un proceso de varios partidos que podamos jugar durante el año, pero con el concepto primero de mantener vivo el espíritu de que podemos formar un equipo para competir; segundo, que nos acepten los rivales para jugar contra nosotros; y tercero, conseguir la oficialidad. El objetivo de la selección de Euskadi es conseguir la oficialidad".
La oficialidad
En el País Vasco no renuncian a tener su selección oficial. El PSOE y el PNV acordaron en la investidura de Pedro Sánchez un punto que tenía que ver con esto para "abrir cauces para promover la representación internacional de Euskadi en el ámbito deportivo y cultural", decía. Es decir, promocionar tanto las federaciones deportivas como las selecciones vascas en el extranjero.
Los Estatutos del Comité Olímpico Internacional (COI), la UEFA o la FIFA, sin embargo, son claros. En los Estatutos de la UEFA se estipula que la membresía de dicho órgano esta reservada a "aquellas federaciones nacionales de fútbol situadas en el continente de Europa basadas en un país que es reconocido como un estado independiente por la mayoría de los miembros de las Naciones Unidas".
Con la FIFA, la historia cambia. La Federación Vasca podría solicitar ser miembra si la Real Federación Española de Fútbol (RFEF) da permiso. Algo así ocurrió con Gibraltar, que cuenta con su selección después de que la Federación Inglesa (FA) diera permiso a su colonia para integrarse en la organización.
El ejemplo de Gibraltar es el que le queda por seguir al País Vasco. El Tribunal de Arbitraje Deportivo (TAS) dictó una sentencia en agosto de 2011 que obligaba a la UEFA a incluir como miembro al territorio gibraltareño. En un congreso de 2013 se aprobó su inclusión con la única oposición de España y Bielorrusia. Desde entonces ha disputado ya la fase de clasificación al pasado Mundial (2018) y a la Eurocopa, así como participa actualmente en la Liga de Naciones.
Tendrán que seguir luchando en la FVF para conseguir algún día la oficialidad de su selección de fútbol. De momento, Clemente ya tiene un sueño si llega ese día: "A mí me gustaría enfrentarme a España", decía hace unos días. ¿Acogerá San Mamés algún día un España contra Euskadi?
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