"Sin test no se puede competir". Es el lema que el CF Porzuna lucía en sus camisetas, con sus siete jugadores justos y equipados con mascarillas antes de disputar el encuentro liguero contra el Atlético Teresiano en la Primera Autonómica de Castilla-La Mancha. El duelo acabaría con un 25-0 histórico, pero con un mejor sabor de boca a nivel moral. Su llamamiento se ha escuchado: quieren test para jugar al fútbol bajo unas condiciones de seguridad sanitaria.
La Covid-19 no hace excepciones y un deporte de contacto como el fútbol, también en sus categorías más humildes, es un foco de contagio. El Porzuna lo tiene claro y, para evitar ser expulsados de la competición, desplazaron a los jugadores mínimos para poder disputar el encuentro aunque el resultado pudiera ser desastroso, como acabó siendo.
"Están luchando por un deporte seguro. Esto no es una broma porque está en riesgo la vida de muchas personas, y más en una situación en la que mueren 400 personas diarias", han denunciado en sus redes sociales. Y es que nunca una derrota había generado tantos apoyos como los que está recibiendo el club.
El 25-0 ha venido acompañado de una oleada de respaldos. Perdieron, pero su reclamación está cobrando fuerza. "La posibilidad de crear una situación sanitaria gravísima es muy alta", espetan en un comunicado donde explican todo lo sucedido. Los jugadores del Porzuna se vieron "obligados a 'jugar', todos con mascarillas y con las fichas mínimas". Según recalcan, porque "desde la Federación -autonómica-" no "quisieron aplazar el partido". "Si no nos presentamos, nos echan de la competición y desaparecemos como equipo".
"Llevamos años luchando por mantener la categoría con un presupuesto humilde y unos jugadores que se dejan su propio dinero y la piel en cada partido. Ojalá más clubes se unan a nuestras reivindicaciones. La salud está por encima de todo", concluyen en dicha nota.
Tal y como viene publicando EL ESPAÑOL, la situación económica de los clubes más humildes es de urgencia absoluta. Ya en Segunda B y Tercera se están reduciendo las ayudas por subvenciones al haber muchos más equipos participantes. Pero, por si fuera poco, a las complicaciones económicas hay que sumarle la falta de ingresos procedentes de las entradas de los partidos o, sin ir más lejos, de puestos y bares que suelen instalarse dentro de estos recintos deportivos. Parar la competición ya ha empezado a generar más miedo.
Nuevo protocolo
El protocolo sanitario para el deporte no profesional, incluido el fútbol, ha sufrido varios cambios desde que se iniciaran las diferentes negociaciones. En primer lugar, el CSD pidió test obligatorios, pero tras conversaciones con Federaciones y Comunidades, se acabó sacando adelante un texto donde solo se recomendaba.
Poco después, la RFEF aprobó un nuevo protocolo reforzado y que tenía el objetivo de aportar algo más de seguridad al ya vigente del CSD. Sin embargo, tras el enfado generado entre los futbolistas, el sindicato mayoritario de AFE se puso a trabajar con el organismo liderado por Luis Rubiales. Tras arduas conversaciones, se sacó adelante la obligatoriedad de realizar test para competir
La propia Federación, rubricando ese acuerdo, hizo público el protocolo que entraba en vigor este fin de semana del 14 y 15 de noviembre. A partir de esta fecha, los clubes tenían la obligación de haber pasado las pruebas sanitarias y, además, de poder demostrar que llegaban a los encuentros con dichas garantías.
Todas estas medidas, celebradas en el mundo del fútbol, solo tienen validez en categorías como la Segunda División B y Tercera, por lo que ligas de carácter territorial quedan exentas de la seguridad sanitaria salvo que las federaciones de dicha región lo aprueben.
[Más información - AFE garantiza los test en 2ªB, 3ª y 1ª y 2ª Femenina hasta final de año: 640.000 euros contra la Covid-19]