El año 2020 está siendo el más extraño que se recuerda. Por sus sorpresas, por sus desgracias, por sus sucesos paranormales y que ya a casi nadie sorprenden porque lo que no pase este año no pasará nunca ya. Y MotoGP no ha querido ser menos, sumándose a ese tren de las sorpresas infinitas y que hecho protagonista a un piloto algo desconocido para el gran público. Se trata de Joan Mir.
El corredor del equipo Suzuki ha tomado la responsabilidad y relevo de otros grandes campeones españoles como Marc Márquez o Jorge Lorenzo para llevar la bandera nacional hasta lo más alto del podio del mundial de MotoGP. Tras la traumática ausencia del de Cervera, Mir ha afrontado con valentía el reto de sucederle a sus 23 años.
Además, el éxito de Joan Mir no solo ha sido el triunfo de la perseverancia y de la regularidad, sino que también ha sido el del talento y el del brillo más precoz. De Mir se podría casi afirmar que es un novato en esto del motociclismo de élite, y es que tan solo lleva 5 años en el mundial y se encuentra en su segunda temporada en la categoría reina, donde el año pasado no pudo ni siquiera entrar en el Top10. Por ello, el triunfo del mallorquín tiene todavía más mérito.
El paisano de otro campeón como Jorge Lorenzo llegó a la categoría de Moto3 en el año 2015 para formar parte del equipo Leopard Racing. Sin embargo, tuvo que esperar una temporada más, hasta 2016, para poder formar parte del equipo de forma oficial y poder competir con su Honda frente al resto de pilotos. En ese año, que era su debut en la élite, firmó una meritoria quinta plaza en el campeonato y sumó una victoria, una pole y tres podios.
Estos números le hicieron afrontar con garantías su segundo año en la categoría y que su marca le apoyara de nuevo en su sueño de convertirse en campeón del mundo. El piloto mallorquín se desquitó de su año anterior y dio una auténtica exhibición durante toda la temporada con un dominio insultante y aplastante. Había nacido una verdadera estrella.
De las 18 carreras que tuvo el mundial, Mir salió victorioso en 10 y logró 13 podios, una auténtica locura y una pasada con registros al alcance de muy pocos. Se convertía en campeón del mundo de Moto3 con tan solo 20 años después de haber dominado la temporada con puño de hierro y sumar la friolera de 341 puntos.
Este título le hizo dar el salto a la segunda categoría para competir en Moto2. Lo haría con una Kalex y en el equipo EG 0,0 Marc VDS. En su primera temporada, Mir se adaptó lo más rápido que pudo al nuevo escenario y consiguió sacar resultados de mérito. Fue sexto en el mundial y terminó seis veces en el podio, aunque no pudo conseguir ninguna victoria.
El salto a MotoGP
Sin embargo, en el equipo Suzuki ya vieron algo especial en él, por eso decidieron darle la oportunidad de pasar a MotoGP con tan solo un año en Moto2 y sin haber logrado el título, algo poco usual. Tras tres temporadas completas en el motociclismo de élite, llegaba al escalón más difícil, la categoría reina.
En su primer año en el equipo Suzuki, Mir se adaptó como pudo a un cambio que fue tremendo. Llegar a la categoría más importante y con los pilotos más grandes del mundo fue un paso difícil que le llevó tiempo asimilar. En tan solo cuatro años había pasado de competir en carreras de poca importancia a estar compartiendo trazados con su gran ídolo, Valentino Rossi. Sin embargo, no se amilanó.
En su primer año en MotoGP terminó 12º, pero ya dejó ver que había madera de gran piloto. Lo que seguramente no esperaban en Suzuki y casi ni él mismo, es que su título de MotoGP, su gran objetivo a largo plazo, iba a llegar tan pronto. Tan solo unos meses después y en el año más difícil y extraño que se recuerda.
Un campeón sorprendente
Finalmente, Joan Mir se ha proclamado campeón del mudo a falta de todavía una carrera tras un ejercicio de regularidad y de superación personal. En su segundo año en MotoGP y en la temporada en la que ha conseguido su primera victoria en la categoría reina y su primer podio, ha llegado también su primer entorchado y su candidatura al futuro para ser el gran rival de Marc Márquez en próximas batallas.
Mir ha sumado este año siete podios y hace tan solo unos días conseguía su primer triunfo precisamente en un circuito que ya será histórico para él, el de Ricardo de Tormo de Cheste. En la pista valenciana no solo ha celebrado su primera victoria, sino que unos días después se ha proclamado campeón del mundo de motociclismo.
De esta forma se ha coronado un piloto que ha destacado por su éxito precoz al proclamarse vencedor de MotoGP en su quinto año en el mundial, algo que no habían conseguido ni Márquez ni Rossi, que tuvieron que esperar al sexto, y que se aficionó al mundo de las motos gracias a uno de sus primos que se crio en la escuela del padre de Jorge Lorenzo, Chicho.
Así surgió un campeón del mundo que había crecido entre patinetes, su padre regentaba una tienda, y entre los consejos que le iban dando y que absorbía como una esponja, ya que no tenía tiempo que perder. El despetar de Mir fue tardío, pero su talento y su capacidad de trabajo hicieron que quemara etapas a pasos agigantados y que en la Federación de Motociclismo de Baleares, con Dani Vadillo a la cabeza, se dieran cuenta de que había nacido una estrella.
De esta forma se forjaron las mimbres de un ganador que, en cuanto probó las mieles del éxito y de la velocidad, no quiso bajarse nunca más de una moto hasta que en Australia 2015 debutó en Moto3. Unos años después ya sabía lo que era ser campeón del mundo y ahora, reina en la categoría más exigente y sueña ya con derrocar al hegemónico Marc Márquez el próximo curso con tan solo 23 años.
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