Megan Rapinoe es una súper estrella. Sin hacer distinción de sexos, razas o deportes, tiene una cosa que tienen casi todas las estrellas. Además de ser muy buena en lo suyo, de tener fama y de ser admirada por muchos aficionados, tiene la habilidad de generar algo en las personas que tiene a su alrededor. Para lo bueno o para lo malo, Megan Rapinoe no es una más, algo que se ha ganado con los años.
Por ello, es una de las deportistas más conocidas en el mundo y que intenta utilizar su fama para luchar por las causas que considera justas y que se ven pisoteadas en el mundo. A pesar de que a veces se exceda en su mensaje cuando afecta a otras personas y a otros deportistas, Rapinoe va a muerte con sus principios y sus convicciones.
La jugadora, ganadora del Balón de Oro en el año 2019, ha escrito un nuevo libro donde repasa diferentes pasajes de su vida y donde cuenta dos momentos que le han marcado especialmente en los últimos tiempos. El día en que conoció a su pareja, Sue Bird, y el día que decidió dar visibilidad a sus protestas a través del himno estadounidense, lo que le reportó numerosas críticas. Ahora, el medio de The Guardian ha dado a conocer un fragmento donde se pueden conocer estas historias.
Rapinoe cuenta que la unión junto a su pareja y el inicio de sus protestas tienen un origen común. Megan conoció a Sue Bird en los Juegos Olímpicos de 2016 en Río de Janeiro. Más tarde, coincidieron unos días en Chicago porque las dos deportistas tenían allí algunos compromisos. Sue Bird es jugadora de baloncesto en la WNBA.
"El partido fue entre Seattle Storm, el equipo de Sue y Chicago Sky y cuando el himno comenzó a sonar, me quedé sentada. Fue el día después de que Colin Kaepernick se arrodillara por primera vez. No le había dicho a nadie que no me iba a poner de pie, pero tampoco le había dicho a nadie que fuese a hacerlo. No fue planeado. Fue una reacción refleja: indignación por el bien de Colin, un deseo de mostrar solidaridad y la convicción de que lo que había hecho tenía total sentido".
Las críticas recibidas
Rapinoe cuenta que aquel gesto pasó más desapercibido, pero que insitió en sus protestas y comenzaron las críticas: "Después de arrodillarme por primera vez antes del partido de liga en Chicago, me arrodillé de nuevo unos días más tarde en Maryland. El furor fue instantáneo y enorme. Los blancos estaban locos. ¡Vaya, estaban locos! Los comentaristas conservadores en los medios inmediatamente comenzaron a gritar que arrodillarse durante el himno era una falta de respeto a los militares".
Entonces, fue el momento de su confesión: "Cuando les dije a los periodistas que estaba arrodillada para llamar la atención sobre la supremacía blanca y la brutalidad policial, mucha gente blanca se lo tomó de manera increíblemente personal. Encontré esto extraño".
"Cuando hice campaña por los derechos LGBTQ o la equidad salarial, siempre me habían recibido calurosamente. Sabía que el racismo era diferente. Como señaló Tina Charles, una de las mejores jugadoras de baloncesto del mundo, usar cintas sobre el cáncer de mama para crear conciencia estaba bien; la sensibilización sobre el racismo, en una liga en la que el 70% de los jugadores eran negros, no lo era".
Tras sus gestos y sus protestas, afirma que recibió cartas con amenazas y odio: "Hay un tipo particular de indignación desconcertada que los blancos reservan para otras personas blancas que consideran que están "traicionando" a su raza y esa semana sentí toda su fuerza".
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