Antifascista, antirracista o anti homófobo. No es un partido político, ni una asociación, ni un grupo de presión. Es un club de fútbol alemán que juega en la segunda categoría y que a lo largo de su historia ha saboreado el éxito de los humildes de jugar en la Bundesliga. El St.Pauli, entidad germana vinculada a la izquierda por excelencia, ha vuelto a convertirse en tema de actualidad por su última estrategia de marketing.
El club acabó el contrato con la empresa Under Armour, que hasta hace unos días fabricaba la equipación del equipo. La decisión venía precedida por una medida impulsada en 2016 en el seno del St.Pauli y por el que se abría un proceso de búsqueda de una empresa que creara sus camisetas cumpliendo con la sostenibilidad medioambiental. No se encontró ninguna entidad capaz de hacer efectivos sus requisitos y el St.Pauli optó por crear la suya propia.
Lo positivo, principalmente para sus aficionados, es que tendrían la oportunidad de customizar la camiseta de su equipo. Con el color ya elegido, el St.Pauli ha optado por permitir, vía web, que cualquier seguidor pueda escribir la palabra que quiera en la equipación oficial justo donde suele aparecer la publicidad. Sus seguidores alemanes optaron por el término 'fcknzs' (fuck nazis) y la camiseta se hizo viral en redes sociales. Por poco menos de 70 euros, sin coste de envío, cualquier aficionado del mundo puede adquirir lo que para muchos ya es una reliquia.
Una estrategia que podría sorprender en cualquier entidad deportiva del planeta. Siempre y cuando no se trate del St. Pauli, un club que ya es histórico en Alemania por su impacto social, su idiosincrasia reivindicativa y su extensión por todo el continente europeo gracias a sus lemas antifascistas.
Historia obrera
El St.Pauli nació en 1910 en Hamburgo. Justo en una zona portuaria, obrera y sin grandes alardes económicos. Lo que viene a ser un club humilde con un especial vínculo con los aficionados. Sin embargo, fueron los seguidores más jóvenes del club los que inyectaron esa corriente política en el club. Por la zona en la que se situaba el equipo, se empezaron a tomar símbolos piratas para representar a los hinchas de la entidad.
En un primer momento, la idea chocó entre los más veteranos de la grada y de la cúpula. La lucha de pobres contra ricos podía parecer exageradamente revolucionaria y extradeportiva. Pero poco a poco gustó, convenció y se ha convertido en la característica del St.Pauli años después. Es un equipo ligado a la izquierda, al progresismo y, debido a la proliferación de grupos ultras, también a la extrema izquierda. Muchos de sus partidos sirven para ver el rostro del Che Guevara en la grada, idolatrado, como si de un referente del equipo se tratara. Eso sí, acompañado de esvásticas tachadas y lemas contra el fascismo.
Dado el avance de la sociedad, en los últimos años ampliaron su visión en defensa de la libertad sexual y los derechos humanos. Han realizado campañas en defensa de los refugiados y en el 2002 tuvieron como presidente a Corny Littman, activista LGTBI, en un hecho casi inédito en el fútbol de élite. Y en 2017 algunos jugadores protagonizaron una pelea con los ultras del Holstein Kiel, que saltaron al campo y comenzaron a robar las banderas de los aficionados visitantes.
El deporte, aunque es su razón de ser, no es lo que les ha dado a conocer. Su última temporada en la Bundesliga fue la 2010/2011. Actualmente se encuentran penúltimos de la segunda división y si nada cambia podrían bajar una categoría más. Será doloroso para sus seguidores, dará igual porque su extensión europea les permitirá sobrevivir.
De Alemania al Congreso
El St.Pauli tiene cierto reconocimiento en España debido a esos tintes ideológicos. De hecho, en las últimas semanas volvió a colarse en numerosos titulares por una camiseta suya que llegó al Congreso de los Diputados. Fue el día de la moción de censura contra Pedro Sánchez. Santiago Abascal, líder de Vox, hablaba en la tribuna. Y, de fondo, el fotógrafo de Más País con una de las camisetas propagandísticas del St.Pauli con la calavera pirata.
El propio club, cuando recibió la noticia, la aplaudió en redes sociales. Íñigo Errejón, líder de Más País, compartió la imagen con "orgullo" destacando que su fotógrafo iba "con las mejores galas". Pablo Perpinyà, portavoz de Más Madrid en la Asamblea, daba algunos detalles para aquellos que no conocían la historia de la entidad germana. "La grada pirata del St. Pauli convertida en símbolo de dignidad de la España que madruga frente a la murga de la extrema derecha", escribía en su cuenta oficial.
Cabe destacar que el St.Pauli cuenta con un distribuidor en España. La empresa 198, muy popular en sectores políticos como el de Podemos y que fue fundada por, entre otros, Juanma del Olmo, se define como distribuidora oficial en España del ST Pauli. Camisetas, mascarillas y hasta gorros con los símbolos más habituales del club germano para seguir aumentando su hinchada europea.
Al igual que ellos, se calcula que hay más de 10 millones de hinchas en toda Alemania y otra decena de millones en el resto del planeta. En su cuenta de Twitter cuentan con más de 220.000 seguidores pese a ser un club de segunda división. Y, tras la última polémica en la Champions League por un comentario racista de un árbitro en el PSG-Basaksehir, también se sumaron a la campaña contra el racismo.
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