El FC Barcelona sigue formando parte de la Liga Nacional de Fútbol Sala. La asociación de clubes cuenta con la entidad azulgrana entre sus miembros y así será hasta que la nueva Junta Directiva, que llegará a finales de enero con la celebración de elecciones, tome la decisión que crea conveniente. Solo esa cúpula, y no la actual de la Gestora, puede llevar a cabo un procedimiento legal como el referido.
Este tema, según ha podido saber EL ESPAÑOL, ha abierto una brecha en las altas esferas azulgranas. La tensión que ya se venía masticando en las últimas fechas, donde se han tenido que llevar a cabo negociaciones con la plantilla para la adecuación salarial y otras gestiones en términos económicos, aumentó hacia dos rostros muy conocidos del organigrama culé: Óscar Grau, CEO del club, y Albert Soler, director de deportes profesionales de la entidad catalana.
Todo el conflicto estalla con la dimisión de Josep Maria Bartomeu y su Junta Directiva. El dirigente azulgrana decidía dar un paso atrás ante el avance de la moción de censura. El 27 de octubre, casi a última hora de la tarde, se anunciaba la decisión. El mandatario ponía fin a seis temporadas con Bartomeu como presidente. En lo que respecta al fútbol sala, parecía que podía influir más bien poco. Albert Soler, que es quien gestiona las secciones, seguía al frente.
Sin embargo, el día 5 de noviembre se produce el movimiento más inesperado. El Barcelona enviaba una carta a la LNFS para tramitar su baja de la asociación. Una misiva a la que ha tenido acceso este periódico y que va firmada por el CEO, Óscar Grau. Algo llamativo puesto que sería una decisión a tomar por la Junta Directiva con plenos poderes. Ni la Junta Gestora, ahora liderada por Tusquets, tiene posibilidad de tramitar esta decisión.
En dicho texto rubricado por Grau se pide "la baja formal" y "con efectos inmediatos" del FC Barcelona como entidad asociada a la LNFS. Una decisión que, debido al proceso que vivía y vive el club catalán, no tenía gran justificación en los estatutos. Además de ir firmada por el CEO, cuya labor está alejada de este tipo de decisiones y que acostumbra a mirar más por la gestión empresarial y económica de un club con las dimensiones del Barça.
Su entorno, sin embargo, explica que no fue una decisión tomada única y exclusivamente por Óscar Grau. Justifican y se señala a Albert Soler como quien aconseja tomar este tipo de medidas. Debido a su puesto como director de deportes profesionales, quien manda y ordena en las demás secciones culés, es la voz más autorizada y con, supuestamente, mayor conocimiento sobre estas situaciones.
El problema a nivel interno surge a mediados de noviembre, cuando la Junta Gestora se reúne para tratar la actualidad del club blaugrana. Grau y Soler intentaron meter en el orden del día de la reunión el abandono del FC Barcelona de la LNFS. Sin darle mayor relevancia y con los numerosos frentes abiertos que tenía el club, la decisión podría pasar desapercibida y ser aprobada sin gran debate.
Algo que no terminó ocurriendo, como trasladan fuentes azulgranas a este periódico. El resto de los miembros de la gestora, algunos de ellos con amplia trayectoria empresarial y conscientes de la complicada situación que vive la entidad, dieron la voz de alarma y mostraron su enfado por las formas. Una jugada que no gustó en absoluto y que provocó que algunos de los presentes recriminaran a Grau y Soler su actitud. Incluso, según informan a EL ESPAÑOL, se les llegó a plantear si existía algún tipo de interés personal en su postura.
El enfado fue notable y tanto Soler como Óscar Grau terminaron señalados por la cúpula temporal del club azulgrana. La petición no se tuvo en cuenta y la Junta Gestora continúa limitando sus acciones a las previstas en los estatutos: "Funciones de gobierno, administración y representación que competen a la Junta Directiva, pero limitadas a los actos necesarios e imprescindibles para el mantenimiento de las actividades normales del club y la protección de sus intereses".
La figura de Soler
El nombre de Albert Soler no aparece en el documento firmado por Grau. Sin embargo, diversas fuentes le señalan directamente a él como instigador de esta salida de la LNFS. En definitiva, de todas las acciones que ha llevado a cabo el Barcelona en sus diferentes secciones. Sobre su persona flotan diferentes teorías, en su mayoría vinculadas con un puesto futuro en la RFEF dado que, cabe recordar, en cuanto sea designada una nueva Junta Directiva, Soler será de los primeros cesados.
Soler tiene una amplia carrera en el mundo del deporte e, importante, de la política. Ha pasado por el PSC, fue director de deportes de Barcelona y también llegó a ocupar el puesto de Secretario de Estado para el Deporte. En la actualidad, los que han tratado con él, le vinculan con la RFEF y su cúpula. La experiencia es notable y el conocimiento de un mundo complicado como el de los despachos deportivos, también.
El responsable de las secciones profesionales, entre ellas el fútbol sala, ya ha mostrado cierto acercamiento hacia la federación que preside Luis Rubiales. Entre los clubes, de hecho, se ha ganado la desconfianza total por sus gestos y argumentos. En plena batalla entre RFEF y la LNFS, Soler parecía más un caballo de Troya de la Federación.
Estos últimos tiempos ni tan siquiera acudía a las asambleas de la asociación, como confirman a EL ESPAÑOL fuentes de los clubes o incluso el propio Óscar Grau en la carta donde pide darse de baja formalmente de la asociación. En conflictos como el del parche, sin ir más lejos, fue una de las entidades a las que se daba como defensora de la RFEF.
Tras esta última maniobra, según informan en la entidad azulgrana, Soler acabó muy criticado y puesto en duda por su decisión. Tanto que ya solo se mira el calendario para contar los días que le quedan formando parte del organigrana culé.
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