Rivales para siempre. Seis meses bastaron para enemistar a Ronald Koeman con el valencianismo y solo unas semanas con varios de los mitos del club che. Una historia que comenzó el 31 de octubre de 2007 y acabó el 22 de abril de 2008. Ente medias, muchos días y momentos de tensión que se vuelven a recordar este sábado con el primer reencuentro desde entonces entre Koeman y el Valencia.
Barcelona y Valencia se miden este sábado en el Camp Nou. Han pasado 13 años de la etapa de Koeman en el banquillo de Mestalla. Una etapa convulsa, con malos resultados deportivos y un enfrentamiento directo entre Koeman y David Albelda, Santi Cañizares y Miguel Ángel Angulo, emblemas de aquel Valencia, además de otros futbolistas importantes de aquel vestuario, como Joaquín Sánchez.
Koeman aterrizó en la capital del Turia como relevo de Quique Sánchez Flores. Llegó con el equipo cuarto en Liga y una misión, reconducir al equipo para dar un salto más en cuanto a competitividad. Aquel Valencia era el de David Villa y por abajo ya asomaban los Silva, Banega y Mata entre futbolistas con gran experiencia en La Liga y a nivel internacional. Pero algo no carburaraba y Koeman llegó para remover los cimientos.
El día que empezó todo
Koeman venía de ser campeón la temporada anterior de la liga holandesa con el PSV. Era su primer reto importante como entrenador, pero el resultado fue nefasto por culpa de su carácter y su forma de tratar con los jugadores. Un 18 de diciembre, como este viernes, prendió la mecha al comunicar a Albelda y Cañizares que no volverían a jugar con él y debían buscarse equipo. Luego le llegaría el turno a Angulo.
El Valencia había quedado último de grupo en la Champions y acababa de perder 0-3, precisamente, contra el Barça. Koeman se quitó de enmedio a los veteranos y les puso a entrenar en solitario en Paterna. Aquellas imágenes fueron un shock para el aficionado che. La situación no mejorararía.
El vicepresidente Enrique Lucas firmó una nota que se publicó en la página del Valencia y decía lo siguiente: "Tanto Santi [Cañizares] como David [Silva] han sido dos jugadores importantes para el Valencia, que todos llevaremos en nuestra memoria y que forman parte de la historia viva del club". El club daba por despedidos a ambos, aunque Juan Soler, presidente y valedor de Koeman, dijo días después que los tres, también Angulo, volverían. Pero Koeman no cedería.
El Valencia no cumplió con su palabra y no facilitó la salida a ninguno después de que Koeman les dejara las cosas claras. A Albelda, por ejemplo, le pidieron los 60 millones de su cláusula. La situación se enquistó, Koeman siguió con su mano de hierro y el asunto acabó en los juzgados por una denuncia de Albelda para rescindir su contrato.
Albelda sentó a Soler en el banquillo el 22 de febrero. El centrocampista pedía el cobro de su contrato más 10 millones y quedar libre. Koeman declaró, en holandés, y se personaron dos grupos de futbolistas del Valencia: unos a petición de los abogados de Albelda (entre ellos Villa, Silva o Joaquín) y otros a petición de los del club (como Baraja o Iván Helguera). El juez no dio la razón a Albelda, que retiraría la demanda en mayo.
Para entonces, Koeman ya había dejado el banquillo. Si el holandés cogió el equipo en puestos Champions, para abril el Valencia marchaba decimoquinto y a dos puntos del descenso. Pocos se explican que el equipo ganara la Copa del Rey el 16 de abril contra el Getafe (3-1) en el Vicente Calderón. La alegría duró poco. Cinco días después el barco se hundía en Liga en San Mamés (5-1 ante el Athletic) y a la mañana siguiente Koeman era destituido.
Voro cogió los mandos del Valencia con la promesa de que volvería a su rol de delegado tras acabar la temporada. Además, Albelda, Cañizares y Angulo volvieron a jugar y se salvó la categoría. Volvía la tranquilidad a Mestalla tras los multiples incendios de Koeman, aunque sería una herida que no se cerraría nunca para los protagonistas.
Una herida que no sana
Con los años se dijeron (y escribieron) palabras sobre aquella etapa que pasarían a la historia. "De lo único que se preocupaba era de tener cinco o siete botellas de vino en la cena", decía Joaquín tras la destitución de Koeman. "Vino a restaurar a un equipo que estaba un poco roto y lo rompió todavía más", recordaba más recientemente, en 2017, Cañizares.
Albelda, cuando el Barça venía de los mejores años de su historia, se quiso acordar de Koeman en un tuit: "Hoy veo a gente hablar de Koeman. Ojalá algún día entrene al Barcelona así se igualaría algo la Liga", escribió. Y la profecía, por ahora, se cumple en un Barça quinto en la tabla tras jugar 12 jornadas. Por cierto, si alguien tenía alguna duda, Koeman dijo este viernes que su etapa en el Valencia "no será el mejor recuerdo de su carrera".
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