"Por indicaciones de los servicios médicos de la RFEF, el partido de liga de esta tarde en Tudela debe jugarse". Era la confirmación del CD Xota, también conocido como Osasuna Magna, de que su petición de aplazamiento era rechazada de forma tajante. Notificación que el club compartió en torno a las 14:00 horas del día 4 de enero y de cara al encuentro que se disputaba a las 19:00 horas de mismo día.
El gran derbi ante Ribera Navarra se iba a desarrollar a pesar de que tres jugadores "afectados por un positivo" de la Covid-19 no podían viajar. La pregunta de muchos aficionados la trasladó el propio club: "¿Podría haber algún agravio comparativo con otros casos?". En el recuerdo de la mayoría, el 'caso Barça' ante Valdepeñas, aunque cualquier otro duelo aplazado podría servir de ejemplo.
Se comenzaba entonces un gran revuelo en redes sociales. Incluso había quien pedía la intervención de la Consejería de Salud para evitar el viaje. Y es que la preocupación no era deportiva, sino más bien sanitaria. La RFEF estaba obligando a viajar a un equipo que había entrenado hacía unas horas con posibles transmisores de la Covid-19.
Fue en la mañana del mismo día 4 cuando Osasuna Magna confirmaba el positivo en su plantilla. Un caso que llegó "antes del partido de liga" contra Ribera Navarra. Los entrenamientos, siguiendo el protocolo, quedaron "inmediatamente" paralizados. Eran las 10 de la mañana y Osasuna Magna se encontraba con la peor noticia antes del derbi. Lo peor no era el positivo, sino que "otros dos jugadores" convivían con él y se tuvieron que quedar "aislados en su domicilio" para cumplir con el protocolo".
Sin embargo, ya el día 3 se pidió a la RFEF el aplazamiento del duelo que, a tan solo unas horas de disputarse, recibía el "no" a ser pospuesto. Entonces, la comitiva de Osasuna Magna se puso manos a la obra: preparar el autobús y organizar el viaje a su campo vecino. Tenían que jugar por orden del juez de competición de la RFEF, aunque no contaran con sus jugadores y pudiera haber más casos.
Ya concienciados, la RFEF cambiaba de opinión. Estaban en el autobús, camino del pabellón de Ribera Navarra, cuando la Federación comunicó que el duelo quedaba finalmente aplazado. "Suspensión definitiva del partido de liga", notificaba el CD Xota pasadas las 17:00 horas junto a las imágenes de cómo el autobús, con algo de nieve en el frontal, y de su plantilla, mascarillas en boca, volvían a casa.
La falta de organización era evidente. "Las cosas deberían funcionar mucho mejor, y que podían habernos ahorrado todo el sinvivir desde el domingo", trasladó el presidente del club, Tatono Arregui, a Noticias de Navarra. La polémica, pese a todo, no ha gustado en la entidad. Quieren "pasar página" sobre este tema, según trasladan fuentes de la entidad a EL ESPAÑOL. No realizarán más declaraciones y solo piensan en volver a jugar. Algo que ocurrirá cuando se conozcan los datos epidemiológicos y se cumplan las cuarentenas.
El caso del Valdepeñas
El mensaje que publicó Osasuna Magna en sus redes sociales no era baladí. Tenía un trasfondo y un recuerdo a un duelo que también fue muy polémico por cómo se gestionó. El FC Barcelona y el Valdepeñas no disputaban el partido que estaba marcado y su enfrentamiento se aplazaba por razones derivadas de la Covid-19. Algo que, a simple vista, parecía completamente normal. Sin embargo, las explicaciones que se dieron y las quejas del club rival, cambiaron algunas formas de ver el conflicto.
Fue el pasado 24 de octubre. El Valdepeñas, uno de los mejores equipos de la temporada, recibía a un Barça en horas bajas. Los azulgrana ocupaban la zona baja de la clasificación y estaban inmersos en una crisis. Menos de horas antes del partido, el Barcelona confirmó que la RFEF había aplazado el encuentro. El tren que tenían que tomar a las 15:00 se dejaba pasar. La razón del aplazamiento era que en el Barça había "contactos estrechos", pero no "directos", con un positivo por la Covid-19. El club catalán argumentó que hasta el lunes no podía realizar pruebas PCR.
Valdepeñas, al conocer el aplazamiento, pidió la revocación inmediata de la decisión tomada por el juez único de competición de la RFEF. El recurso no salió adelante y el duelo no se disputó. Más allá de esa decisión definitiva, se generó un notable revuelo y enfado, especialmente por la justificación de que un club como el Barcelona no pudiera realizar pruebas hasta el lunes. Una razón que muchos vieron vacía de valor.
La relevancia de este caso es notable tras ver lo ocurrido entre Ribera y Osasuna. El duelo de los azulgranas fue suspendido de forma inmediata pese a que los contactos no eran directos. El de Osasuna, pese a que habían entrenado juntos, se suspendió después de haberse aplazado. Y de ahí el enfado que surgió en la entidad.
[Más información - La tremenda chapuza de la RFEF con las eliminatorias de la Copa del Rey de Fútbol Sala]