El 2021 futbolístico arranca fuerte en España. A pesar de que ya se han producido partido de LaLiga y de la Copa del Rey, esta semana se pone en juego el primer título de la temporada. Una semana intensa con tres partidos, dos semifinales y la gran final, en los que se decidirá quién es el nuevo súper campeón de España en la temporada más atípica que se recuerda.
Año extraño porque el campeón de liga, y por ende el subcampeón, se conocieron mucho más tarde lo habitual debido al parón que sufrió el fútbol, y el deporte general, debido al estallido de la pandemia hace ya casi un año. No obstante, al menos LaLiga conoció a su equipo ganador, algo que no ha hecho la Copa del Rey, cuya final no se ha disputado. Por ello, Athletic Club y Real Sociedad acompañarán a Real Madrid y Barça en esta Supercopa sin que se hayan tenido la oportunidad de haber sumado el título a sus vitrinas.
Estos son los cuatro conjuntos que se disputarán este trofeo en la segunda edición que registra este formato de Final Four ideado por la Real Federación Española de Fútbol. Sin embargo, este año no se disputará en Arabia Saudí, sino que se jugará en Andalucía, concretamente en Córdoba, Málaga y Sevilla. La pandemia de la Covid-19 ha evitado una nueva experiencia exótica como la vivida el pasado año. Sin embargo, quedarse en España significa que no haya tenido amenazas, ya que el temporal Filomena ha causado contratiempos a alguno de los equipos. Llega el momento de la verdad, un título está en juego y cuatro proyectos con temporadas irregulares, a prueba. Real Sociedad y Barça entrarán a escena este miércoles, mientras que Real Madrid y Athletic lo harán el jueves. El domingo, el plato fuerte.
Revalidar el título
El Real Madrid es el actual campeón del torneo tras su victoria del año pasado. Los blancos se deshicieron del Valencia con una exhibición de fútbol en semifinales y del Atlético de Madrid en una emocionante final que se decidió en la tanda de penaltis. Fueron los primeros campeones de la primera edición en Arabia Saudí y con el formato de Final Four tras hacer un torneo prácticamente perfecto. Fue el inicio del despegue del gran equipo de Zidane que terminó ganando LaLiga.
Este año, los blancos las han pasado de todos los colores. El inicio de temporada fue pésimo, con partidos que estuvieron a punto de comprometer el futuro de toda la temporada y hasta el de Zidane. Derrotas como las sufridas ante Shakhtar, Cádiz o Alavés pusieron al Real Madrid contra las cuerdas, al borde abismo en todas las competiciones.
Sin embargo, como el Ave Fénix, el Real Madrid resurgió de sus cenizas, cuando estaba completamente enterrado. Cosechó victorias importantes como la de El Clásico ante el FC Barcelona y pasó con nota su triple examen a vida muerte. Victorias ante Sevilla, Borussia Mönchengladbach y Atlético de Madrid dieron alas al equipo que se reenganchó a la lucha por LaLiga y que se metió en los octavos de Champions League como primero de grupo.
Superado ese gran bache, el equipo de Zidane empezó a ser temido por los rivales y tenido en cuenta como favorito a cualquier competición. Además, el triunfo en el derbi demostró que el campeonato nacional no solo sería una cuestión rojiblanca. Sin embargo, el equipo no ha aguantado la velocidad de crucero durante mucho tiempo, y ha cosechado dos empates en sus tres últimos partidos y ante rivales de menor entidad como Elche y Osasuna. Por ello, parte de esas dudas han regresado, por lo que ganar la Supercopa, revalidar el título y sumar el primer gran éxito del curso puede ser clave para volver a despegar definitivamente de nuevo.
Un Barça bipolar
El equipo de Ronald Koeman ha demostrado esta temporada ser un equipo de dos caras. Y eso, recientemente, porque hasta hace uno mucho solo tenía una, bien larga y seria, de pocos amigos, de proyecto roto, de barco hundido. El FC Barcelona que inició el curso es muy diferente al de ahora. Aquel Barça era un completo desastre, un rival vulnerable, un conjunto sin alma y con una estrella dolida. El sentir de Messi marcaba el de toda la afición y el del resto del equipo. Por ello, pinchazo tras pinchazo, las dudas sobre el proyecto del holandés se acrecentaban.
En liga, los resultados eran paupérrimos. Fue costumbre durante muchas jornadas ver al Barça fuera de competiciones europeas, en mitad de tabla. A pesar de los partidos que tenían pendientes, era más la sensación de decadencia y de equipo desgastado que transmitía los propios resultados en sí.
Sin embargo, el equipo fue poco a poco entendiendo algunas de las cosas que pedía Koeman. Ronald fue perdiendo centrales y encontrando la estabilidad con Mingueza y Araujo e incluso le sacaba más partido a un jugador como Braithwaite que a Griezmann. El francés ha sido uno de los grandes lunares que ha tenido el equipo hasta el momento. Además, Pedri se destapaba como la gran luz entre la tiniebla. Llegaron lesiones graves como las de Ansu Fati o Piqué, pero todo seguía dependiendo de lo mismo. El día que Messi encendía la varita, el Barça era capaz de pelear.
Por eso, la temporada del FC Barcelona hasta el momento es similar a un electrocardiograma o a una etapa rompepiernas de la Vuelta a España. Picos hacia arriba y hacia abajo, positivos y negativos, todo seguido y sin ningún orden lógico. Partidos que ayudaban a confiar y debacles que presentaban la cruda realidad. Buenos y malos momentos que, con el paso de los partidos, han ido estabilizándose de cierto modo, ya que Messi empieza a encontrarse con su mejor versión, esa que antes mantenía durante toda una temporada sin descanso, pero que ahora solo aparece en días puntuales.
El Barça tropezó en Champions, fue humillado en el Camp Nou por Cristiano Ronaldo y pasó como segundo, por lo que se las verá con el PSG en octavos. En liga es cierto que han recuperado terreno gracias a los goles de Messi, pero siguen estando lejos de la cabeza. Ahora afrontan la Supercopa de España como un verdadero salvavidas que les dé moral para agarrarse de una vez por todas a la temporada. No obstante, cuando este título pase, volverá la oscura realidad, las elecciones a la presidencia, los rumores de fichajes fallidos y las idas y venidas con el adiós de Messi, cada vez más cercano.
El gran aspirante
Si hay un gran aspirante a este título, a intentar dar un susto a los dos grandes que no están en su mejor año esa es la Real Sociedad. El equipo de Imanol está a caballo entre ese conjunto que debe abandonar ya el cartel de equipo revelación y ese otro que asumen con valentía que puede pelear por todo con los mejores equipos de España. Sin embargo, dar ese paso es realmente complicado porque es fácil morir en el intento, quedarse en la orilla después de haber gastado muchos recursos en remar a contracorriente.
La Real Sociedad tiene ante sus ojos una oportunidad histórica, la de ganar un título 34 años después de su última conquista. La temporada pasada fueron uno de los equipos que mejor juego propuso, haciendo un gran papel en LaLiga y colándose en la final de la Copa con eliminación al Real Madrid incluida.
Este año, pesar de perder una pieza tan importante como Martin Odegaard, los de Imanol supieron reinventarse con la llegada de Silva e impulsados por un gran Oyarzabal se consolidaron como uno de los mejores del campeonato nacional. Llegaron a ser líderes durante varias semanas y se empezó a hablar de si esta Real podía competir LaLiga. Fue en ese momento cuando les entró el vértigo y el rumbo se empezó a torcer.
El bajón que muchos esperaban terminó llegando y una racha de malos resultados provocaron que perdiera posiciones y que regresara a la lucha por los puestos europeos. Ahora, avanzar de la Europa League, competición en la que se han clasificado de milagro, hasta la Champions, podría ser un objetivo más que ambicioso. Sin embargo, poder ganarle esta Supercopa de España al Real Madrid y al Barça, además de ser el primer título en más de tres décadas, sería un impulso para volver a soñar con pelear por LaLiga y para llegar con confianza a la final de la Copa del Rey, el otro billete que tienen para la disputa de un título.
Marcelino, nueva vida
El último equipo que entrará en la pelea por ganar la Supercopa de España es, a priori, el que menos opciones tiene de ganarlo. Al menos, así lo indica la clasificación de LaLiga, ya que mientras los tres equipos están en posiciones europeas, el Athletic está en la mitad de la tabla a tan solo cinco puntos del descenso.
Esta rumbo irregular y ser el equipo con más derrotas en lo que va de temporada han provocado que la dirección bilbaína tome la decisión de prescindir del entrenador cuando tan solo se llevan unos meses de temporada. Garitano fue cesado y en su lugar ha llegado Marcelino García Toral, con la intención de poner mano firme en la situación y con la idea de labrar un proyecto a medio y largo plazo.
La destitución de Garitano, aunque anunciada desde varias semanas, no deja de ser sorprendente, ya que el técnico no ha tenido la oportunidad de luchar por los dos títulos que se ganó el pasado el curso. Ni estará en la Supercopa de España ni estará en la final de la Copa del Rey. No obstante, el camino del equipo hasta el momento no ha sido bueno, arrastrando muchos problemas de cara a gol y siendo un equipo demasiado vulnerable. Eso, y una relación tensa entre los altos cargos que forman la directiva, la presidencia y la dirección deportiva del club de Lezama terminaron provocando la destitución de Gaizka.
Como recambio ha llegado Marcelino. Es la intención de tener una nueva vida que no podría tener mejor inicio que sumar un título ante Real Madrid, Barça y el eterno rival. Sin embargo, caer derrotado podría ser un duro golpe para un proyecto que intenta echar a andar desde cero, pero que no puede evitar venir de una dinámica negativa y que, tras enfrentarse al Barça en su primera puesta en escena, lo tendrá que hacer ahora contra el Real Madrid. Aunque no sea su liga, ganar puede ser tan beneficioso para ellos como dolorosa puede ser una derrota en un momento tan delicado.
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