El nuevo año no ha comenzado nada bien para el mundo del fútbol sala. La disciplina se viene desarrollando en los últimos tiempos entre pugnas, polémicas y batallas que gustan poco y nada a la mayoría de jugadores. Y este inicio de 2021 no ha cambiado en absoluto.
Sin apenas haber llegado a la quincena de enero, la gestión de la RFEF ha suscitado ciertas críticas. Por un lado, la propia Federación ha continuado con su particular guerra con la LNFS y el conflicto ya está en manos judiciales después de haber impuesto sanciones por lucir el logo de la asociación.
Por otro lado, las dudas sobre el protocolo sanitario han llevado a un jugador a alzar la voz y a un club a defenderse vía comunicado oficial. La RFEF, como organizadora de una competición no profesional, elaboró un protocolo conocido como reforzado que ampliaba el pactaco por el Consejo Superior de Deportes. Sin embargo, vistos los últimos acontecimientos, el cumplimiento de este no genera total confianza entre los protagonistas del balón.
El caso se remonta al pasado día 9 de enero. Jaén se enfrentaba a O Parrulo después de haber detectado dos jugadores contagiados por la Covid-19. Según cuenta el vestuario gallego, árbitros y rivales confirmaban que no habían estado en contacto con esos dos jugadores y que por ello el partido era completamente seguro. Dos días después, el día 11, Jaén confirmaba seis positivos nuevos tras las pruebas realizadas.
Fue entonces cuando Iago Rodríguez, jugador de O Parrulo, estalló en redes sociales en el que puede ser el mensaje más claro y directo en el mundo del fútbol sala sobre la crisis de la Covid-19. Rodríguez explicaba: "Antes del partido nos comunicaron que había dos positivos en Jaén y nos dijeron que 'no tuvieron contacto'". Sin embargo, días después confirmaban los seis casos.
El jugador advertía: "Yo personalmente, si hay algún positivo en nuestro equipo en los próximos días, estudiaré tomar medidas legales". Según defendía, habían "jugado" con su salud. Las respuestas no se hicieron esperar, tanto de aficionados como de rivales. Y Iago respondía sin tapujos. "Que se investigue y se sancione duramente si se ha hecho mal", indicaba acerca de un posible caso similar en Cartagena.
Carlitos jugador de Jaén, replicaba: "Si tienes que tomar medidas hazlo... Si lo miramos así, nosotros deberíamos de hacer lo mismo con el partido anterior y no hemos dicho ni mu... Pero bueno, entiendo de que estés así...". Un mensaje finalizado con un "mucho ánimo" y que no fue más que el momento previo a que Jaén emitiera otro comunicado. El club, consciente de los comentarios del jugador rival, se defendió ante lo que consideraron "infundadas y desafortunadas insinuaciones".
Su "eje en la toma de decisiones" siempre ha sido la salud y siempre poniéndolas en conocimiento de la RFEF, "cuyo reglamento esclarece que siendo dos los positivos, el partido debe disputarse y habiéndose recibido confirmación federativa para dicho partido". Además, se abrían a tomar "las medidas legales oportunas" ante las insinuaciones.
O Parrulo, en las pruebas conocidas el mismo día 11 por la noche, dio un pleno de negativos. Este miércoles se enfrentará a ElPozo Murcia.
La versión del club
EL ESPAÑOL ha podido conocer, por fuentes de la entidad gallega, que el enfado es mayúsculo por lo sucedido. En O Parrulo respetan las opiniones de sus jugadores y aseguran que no harán ninguna declaración al respecto como club. Además, subrayan que no hay ninguna molestia con Jaén, sino con los protocolos que impone la Junta de Andalucía a los equipos de la Comunidad Autónoma.
En Galicia, trasladan desde el equipo a este periódico, la Xunta llegó a confinar durante diez días y en dos ocasiones al equipo por la aparición de positivos en la plantilla. Una diferencia de medidas y prevenciones que ha generado malestar.
El conflicto del parche
La Real Federación Española de Fútbol comenzó la temporada sabiendo que el conflicto con la LNFS iba a ser uno de sus frentes más habituales. Conscientes de que los clubes ligados a la asociación defenderían su vinculación y su existencia, optaron por detallar en su reglamento que cualquier publicidad no vinculada a la RFEF estaría prohibida y, por ende, su incumplimiento sería sancionado. Un artículo que generó notable enfado entre los clubes y que adelantó EL ESPAÑOL.
Las entidades deportivas, especialmente en el fútbol sala, generan gran parte de sus ingresos en el aspecto publicitario. La camiseta, además, es su principal valor. De ahí que la limitación de la publicidad a instituciones o asociaciones vinculadas a la RFEF provocaran cierto rechazo entre los equipos participantes. "Muchas entidades pagan por ello", trasladaron a este periódico desde las directivas.
En su día avanzaron que ninguno de los clubes pertenecientes a la LNFS iba a cumplir esa exigencia de la RFEF. No se iban a quitar el logo de la LNFS y estudiarían llevar el de la RFEF a cambio de un ingreso. De hecho, en el fútbol femenino la Federación sí que realizó una oferta económica a cambio de llevar su 'galleta' en la manga. Como mucho, sería el FC Barcelona el único conjunto de la LNFS que cumpliría ese apartado, según pensaban.
Una decisión que, en parte, no sorprendía. Como ya contó EL ESPAÑOL, la cercanía de Albert Soler y la Federación ha aumentado en los últimos meses y la pérdida de confianza del responsable de la sección azulgrana ha ido a mayores. Es por ello por lo que los gestos del Barça hacia la RFEF no descolocaban a ninguno.
Meses después del inicio de la competición, los clubes han confirmado vía comunicado que llevarán el parche de la RFEF y no el de la LNFS. Sin embargo, no por convencimiento, sino para evitar las multas de hasta 2.000 euros por partido que está imponiendo la Federación durante todo este tiempo y a la espera de una resolución.
El asunto, pese a todo, sigue en los juzgados donde los clubes piden que se considere su camiseta como un activo que ellos mismos deben gestionar y en el que la RFEF no puede imponer, de forma gratuita, el tipo de publicidad. Tal es la apuesta federativa en este conflicto, que llegó a vincular la entrega de test Covid al cumplimiento del apartado.
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