El mundo del fútbol sala no ha vivido una semana tranquila. Después de las últimas polémicas por el protocolo sanitario y la batalla judicial de la RFEF por el parche de la LNFS que llevaban algunos clubes de la competición, la segunda semana del 2021 ha cerrado con nuevas tensiones. Sin embargo, lo diferente a otras ocasiones es que esos conflictos han saltado a la relación entre los propios clubes, barrera que hasta el momento no se había traspasado.
El término común de estas situaciones es que detrás está la pandemia de la Covid-19, el protocolo reforzado de la RFEF y la gestión que está realizando la federación de Luis Rubiales ante la aparición de casos positivos. Los aplazamientos, a vista de algunas entidades, no están siguiendo las mismas pautas en todos los partidos. Y, además, el gran número de citas que no se han podido disputar han trastrocado demasiado el calendario.
Problemas que se esperaban que pudieran surgir y que, según ha confirmado la RFEF en una circular distribuida a los clubes, ha obligado a especificar la forma de clasificación para la próxima Copa del Rey. Tradicionalmente son los ocho primeros equipos de la liga, una vez se hayan disputado las jornadas de la primera vuelta, los que logran el billete para el torneo por excelencia del fútbol sala español. La fecha límite para clasificarse es el 24 de febrero.
Sin embargo, a principios de semana se envió una circular donde había cambios importantes y que no han gustado entre algunos clubes. Sin ir más lejos, Fran Serrejón, director general de ElPozo Murcia, mostró su rechazo al sistema que ha presentado la RFEF. Y es que, si en dicha fecha no han jugado todos los mismos partidos, se escogerán a los ocho equipos mejores según su coeficiente.
"Espero clasificarnos por los puntos conseguidos en el campo y no por los puntos de un coeficiente que, sinceramente, no entiendo. No entiendo el deporte así", explicó el dirigente murciano en una rueda de prensa. Pero, pese a su oposición, si el calendario afectado por la Covid no da una tregua, la clasificación será siguiendo esta indicación el "resultado de dividir el número de puntos conseguidos en la competición entre el número de partidos disputados en fase regular". En estos momentos, la clasificación presenta equipos con 16 partidos y otros con tan solo 12.
El 'caso Xota'
El guion menos esperado era el que se ha acabado por seguir. Osasuna Magna pidió aplazar su encuentro ante Ribera Navarra. Todo un derbi y para el que contaban con varias bajas derivadas de la Covid-19. Los últimos test realizados, siguiendo el protocolo sanitario de la RFEF, había obligado a aislar a tres jugadores de la plantilla del CD Xota. El club pidió cambiar la fecha por seguridad, desde la RFEF se les dijo que no y finalmente, cuando ya estaban de camino al pabellón rival, tuvieron que parar la expedición para regresar. El duelo se aplazaba.
El simple hecho de haber tenido que arriesgar no sentó nada bien. Sin embargo, fuentes del club trasladaron a este periódico que querían olvidar cuando antes lo sucedido sin entrar en polémicas. Su actitud era completamente paciente y únicamente buscaban recuperar la dinámica competitiva. Algo que, días después, se ha visto truncado por la actitud del rival.
Ribera Navarra, que a diferencia de su rival forma parte de los clubes ajenos a la LNFS y del lado de la RFEF en el conflicto entre ambas organizaciones, pidió al juez de competición que se les diera el duelo por ganado. Acusaban a Osasuna Magna de incumplir "el plazo de realización de test de antígenos". El CD Xota, estupefacto, emitía un comunicado confirmando los rumores sobre esa supuesta denuncia.
En la entidad defendieron que "todas las actuaciones sanitarias" realizadas desde el club son para "evitar la posibilidad de que cualquier positivo o positivos interactúen con sus compañeros o rivales". "Como miembro activo que es de la Sociedad que le toca vivir, ejerce con absoluta responsabilidad, en estos momentos tan complicados", subrayaron en un duro comunicado.
Es por ello que "por primera vez en sus 42 años de historia", un club como el Ribera Navarra había "cruzado la línea de la buena fe entre ambas entidades con el agravante añadido de utilización de la pandemia para obtener beneficio deportivo fuera de la pista de juego". El CD Xota, además, recordaba que en los "múltiples casos" de duelos aplazados en la liga "ningún club" había reclamado ganar el partido "en el despacho". Una crisis entre dos clubes históricos, que cambian por completo sus relaciones y que ha hecho que Osasuna Magna acuda "a la justicia deportiva y/o ordinaria ante cualquier tipo de comportamiento lesivo".
O Parrulo tenía razón
El conjunto gallego ha sido el último en verse afectado por la Covid-19. Una historia que ya recogió EL ESPAÑOL y en la que jugadores como Iago Rodríguez ponían en duda la necesidad de jugar ante un equipo como Jaén, que había tenido dos jugadores contagiados y apartados y que, días después del partido, confirmó otros seis casos por la Covid-19.
O Parrulo trasladó a este periódico su malestar por la diferencia de medidas entre Comunidades Autónomas y los presagios no eran buenos. A diferencia de Jaén, un positivo en su plantilla obligaría a confinar por tercera vez a todo el equipo. Una decisión que, además de perjudicar deportivamente, también acaba pasando factura al estado físico de los jugadores.
Siguiendo el protocolo marcado por la RFEF, realizaron pruebas de antígenos a toda la plantilla. No hubo ningún susto y ElPozo Murcia recorrió los 1.000 kilómetros necesarios para disputar, este pasado miércoles, el encuentro ante los gallegos. Sin embargo, el club decidió realizar una nueva serie de pruebas médicas para asegurarse. Y los PCR sí que detectaron un caso positivo.
"Ante la inseguridad existente en el club tras los positivos conocidos en su último rival y tras consultarlo con la Xunta de Galicia, se realizaron test PCR a todos los integrantes del primer equipo en la mañana de este miércoles", indicó la entidad. Y las malas noticias se confirmaron. O Parrulo estará diez días aislado y deberá apretar su calendario por tercera vez.
"¿Y ahora que? Responsabilidades, ¿a quien?", se preguntaba el mismo Iago Rodríguez, que horas antes había avisado con medidas legales si se producía un brote en su equipo tras jugar ante Jaén. Por su parte, ElPozo Murcia se veía obligado a regresar a su ciudad después de 1.000 kilómetros de viaje para nada.
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