Tusquets gana el pulso en el Barça: la supervivencia económica impide fichajes y avisa a los candidatos
El conjunto catalán no incorporará caras nuevas en invierno. Una decisión que beneficia a la economía de un Barça mermado estos meses.
21 enero, 2021 23:40Noticias relacionadas
97 millones de euros en pérdidas en el último ejercicio. Deuda cercana a los 488 'kilos'. Y proyectos como el Espai Barça paralizados y en el aire. Fueron algunos de los 'regalos' que Bartomeu iba a dejar al nuevo presidente del FC Barcelona y que, de manera temporal, ha tenido que recoger Carlos Tusquets como presidente de la Junta Gestora que lidera la entidad.
El experto económico tenía un mandato claro: convocar elecciones. Sin embargo, y vista la crisis financiera que asolaba a la entidad azulgrana, Tusquets ha tenido que gestionar más frentes de los que preveía en un primer momento. Además de lograr acuerdos con la plantilla y de alertar de la necesidad de las renovaciones en estructuras como la del Camp Nou, Tusquets también ha conseguido extender su 'estrategia' de austeridad más allá de la fecha marcada.
Una de las grandes decisiones de la gestora era marcar una fecha para la celebración de elecciones. Siguiendo los estatutos, incluso se podría señalar como la principal finalidad del equipo de Carlos Tusquets que se hizo con los mandos del club tras la dimisión de Bartomeu y su propia Junta Directiva. Mantener la estabilidad y supervivencia de la entidad y fijar en el calendario la llegada de un nuevo equipo de gobierno para el conjunto azulgrana. Aparentemente sencillo, pero no libre de polémica.
Tusquets tenía un plazo máximo de tres meses para establecer una convocatoria electoral con su respectivo calendario. Los más optimistas pensaban en diciembre, pero todas las miradas apuntaban al principio de 2021 como mes determinante en el futuro del FC Barcelona. Tusquets, sin embargo, se excedió y defraudó a la mayoría de precandidatos a la presidencia de la entidad.
La Junta Gestora se fue hasta el 24 de enero para fijar la fecha de las elecciones. Un día que no gustó y que tenía un significado muy claro: los fichajes, en caso de haberlos, serían muy complicados de acometerse. Y es que, siguiendo esta planificación, la Junta Directiva entrante tan solo tendría seis días para poder negociar con plenas capacidades y cerrar algún fichaje. Tusquets salía ganando con las votaciones el 24: el Barça, tocado económicamente, no podría revolucionar el mercado en menos de una semana.
La campaña electoral
Los grandes nombres para ocupar el trono del Barça no tardaron en reaccionar. Críticas y denuncias públicas porque sabían que no podrían iniciar su proyecto de renovación del club si ello implicaba la incorporación de nuevas caras. Una situación que, tras el aplazamiento de la fecha electoral, no ha cambiado lo más mínimo.
El plan de austeridad de Carlos Tusquets ha salido triunfador y ni las demandas de Ronald Koeman, que asistió a la última reunión para reclamar la importancia de fichar ya a Eric García o un delantero como Depay, fueron suficientes. Una vez aplazadas las elecciones a marzo, Tusquets recuperaba todo el mando de la entidad. La Junta Gestora no debe hacer fichajes -hay un gran debate estatuario sobre si sería viable-, y Tusquets no los iba a realizar.
Ahí se abrió una nueva ventana: si los tres candidatos a la presidencia, definitivos y respaldados con las firmas mínimas de los socios, querían fichar y se ponían de acuerdo, la Gestora tendría vía libre. Por ello la última reunión en las oficinas blaugranas. Sin embargo, no hubo consenso. Como era de prever, los tres candidatos, muy diferentes en cuanto a propuestas e ideas del club se refiere, no se pusieron de acuerdo en fichar a Eric García. Tusquets, una vez más, salía victorioso: sin gasto en traspasos, las cuentas y la recuperación económica para sobrevivir se reforzaba.
Logros económicos
La etapa de Carlos Tusquets será más larga de lo previsto. Incluso de lo que él quería. Tusquets no está acostumbrado a ser el centro de atención. No le gusta la presión mediática y deportiva que supone estar al frente del Barcelona. Él mismo lo ha reconocido, de hecho, en las pocas entrevistas que ha llegado a realizar desde que se pusiera al frente de la entidad. No le gusta que todos los focos le apunten y menos si eso supone críticas posteriores.
Sin embargo, frente a esa intimidad mediática, destaca su frialdad en la gestión económica. Tusquets ha sido claro desde un primer momento y se ha apuntado numerosos tantos. Frente a la tensión durante los últimos tiempos de Bartomeu, Tusquets ha conseguido restablecer relaciones con el vestuario y ha frenado la desastrosa deriva económica que estaba afrontando la entidad.
La primera y más importante: la adecuación salarial. Una de las últimas gestiones de Bartomeu fue renovar a varios jugadores con la adecuación salarial pactada. Sin embargo, la plantilla rechazó la propuesta general y sin Bartomeu también costó alcanzar un acuerdo. Es más, jugadores y club no llegaron a un acuerdo en la fecha límite marcada. Ni con AFE mediando se logró el pacto.
Semanas después, y tras una 'reconciliación' entre las partes, se cerró: el Barça lograba su esperada adecuación salarial aunque con peores datos de los que intentaron en un primer momento. 122 millones de euros y otros 50 en variables logró recolocar Tusquets. Además, recientemente ha pagado deudas como la de 40.000 euros que existía con algunos exjugadores del Barça B.
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