El fútbol modesto sigue siendo el lugar que utilizan los cobardes para sus más terribles agresiones. Los árbitros, el colectivo más solitario y desprotegido del fútbol, siguen siendo el mayor objetivo de acciones tan condenables y deleznables como la que se ha vivió este sábado en un partido de la regional andaluza.
Se enfrentaban el Guadaíra FC y el CD Mosquito con victoria para los locales por 2-1. En ese momento, el colegiado del encuentro, Salva Fernández Toribio, señaló una falta a favor del equipo visitante que fue muy protestada y que crispó los ánimos y el ambiente de un partido que iba a tener un desenlace inesperado, repleto de tensión y de una violencia totalmente condenable.
El CD Mosquito botó la falta al área y tras un toque de cabeza, el balón fue rematado por uno de los jugadores de ataque del equipo visitante colándose en el interior de la portería. Este tanto era el gol que firmaba las tablas y que arruinaba, por el momento, el triunfo del Alcalá de Gudaíra.
El cabreo y el enfado recorrieron a todos los jugadores del equipo local, hasta que uno de ellos perdió los nervios de forma incomprensible y dejando totalmente en shock al resto de jugadores que había sobre el césped, tanto compañeros como rivales. Ese jugador que del Guadaíra FC que no pudo controlar su ataque de ira se fue decididamente a por el colegiado y le agredió de forma cobarde y muy dura.
Mientras el árbitro caminaba hacia el centro del campo rodeado de jugadores del CD Mosquito que celebraban el tanto, este futbolista del cuadro local golpeó con violencia al colegiado, que cayó al suelo inmediatamente, visiblemente dolorido y aturdido por el ataque recibido. El golpe no solo había sido muy duro, sino que le había pillado completamente desprevenido al haber sido por la espalda.
Pudo ser peor
Inmediatamente, varios jugadores del CD Mosquito intervinieron para evitar que la agresión fuera a mayores y separaron al agresor del lugar de los hechos, mientras que otros ayudaron a levantarse al árbitro, que se recomponía del golpe como buenamente podía. Instantes más tardes llegaron los asistentes del colegiado, presentes cada uno en una banda, para cogerle y llevarle fuera del terreno de juego, protegiéndole para evitar que fuera atacado de nuevo.
Desde la grada se podían escuchar gritos de reprobación ante lo que había sucedido, ya que lo visto en este estadio de la regional andaluza había sido algo completamente lamentable y que sin duda vuelve a poner de manifiesto un problema que está muy vivo en nuestro fútbol, pero sobre todo en las categorías más bajas, donde las cámaras y la falta del calor que dan los medios hacen que estos agresores se crezcan y se sientan todavía más confiados de que sus actos pueden quedar impunes.
Sin embargo, en esta ocasión, el partido sí estaba siendo retransmitido y su agresión ha quedado grabada para que el peso del reglamento caiga sobre este jugador y castigue de forma contundente estos actos que ensucian el deporte. Además, ha sido el propio colegiado del encuentro, Salva Fernández, quien colgó estas imágenes en sus redes sociales para denunciar lo sucedido, recibiendo también el apoyo del club en el que militaba el agresor, el Guadaíra FC, y del equipo rival, el CD Mosquito.
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