Si hay un equipo en forma en Europa actualmente, ese es el Manchester City. El equipo dirigido por Pep Guardiola lleva arrasando desde diciembre y este miércoles se presenta en Budapest para jugar la ida de los octavos de final de la Champions League contra el Borussia Mönchengladbach. Es el momento de los citizens de demostrar que este año están preparados para su verdadero objetivo.
Guardiola roza con el City los 1.000 millones gastados desde que llegó a su banquillo el verano de 2016. En total, van 948 'kilos' desembolsados con el objetivo de elevar al club del Etihad Stadium hasta las cotas más altas en Europa. En Inglaterra, es innegable que lo ha conseguido alzando dos Premier League y yendo camino de la tercera, pero a nivel europeo se atasca.
El City y Guardiola comparten una obsesión que mantiene unidos sus caminos: la Champions League. El club inglés no la ganado en toda su historia, ni desde que está el jeque ni, menos aún, antes de la era Mansour. Guardiola, por su parte, va camino de diez años de sequía sin levantar la 'Orejona' y alejado de estar entre los mejores entrenadores del mundo por esto mismo.
Bien es cierto que en la Champions nunca se pueden dar claros favoritos al título, y menos a finales de febrero, pero el City es un serio candidato a ganarla este año. El motivo principal es que no hay ningún otro equipo a su altura ahora mismo, habiendo ganado sus últimos 18 partidos de forma consecutiva. Y todo viene a raíz de un (gran) cambio que experimentó el equipo en los primeros compases de la temporada.
El City, allá por noviembre, acababa de perder con el Tottenham de Mourinho (2-0) y se alejaba a nueve puntos del liderato. "Quedan muchos puntos por jugar. Si no empezamos a ganar será imposible, pero no creo que estemos muy lejos. Es verdad que nos está costando marcar goles", decía tras la derrota un Pep que no quería dar por perdida la Premier. Y acertó ya que ahora es su equipo el que saca diez puntos al segundo.
Guardiola ha variado el fútbol de su equipo, siendo menos exigente con la aportación ofensiva de sus laterales para dotar de mayor equilibrio a la zaga. El técnico catalán parece haber cerrado el agujero que le ha condenado durante todos sus años en el fútbol inglés, pero ahora toca probarse a nivel europeo donde la cabeza también juega un papel muy importante.
El City, un club-estado como está de moda decir, ha gastado tantos millones sin haber conseguido pasar de los cuartos de final en Champions. Eso con Pep, puesto que el año anterior a su llegada, con Manuel Pellegrini en el banquillo, se llegó a la semifinales cayendo ante el Real Madrid. Pero con Guardiola, que ganó dos 'Orejonas' en el Barça y ninguna en el Bayern, no se logra pasar de cuartos.
Pobre bagaje de Pep
La racha de Guardiola a los mandos del City es de los tres últimos años cayendo en cuartos (Liverpool, Tottenham y Lyon) y el primero de todos, en 2017, en octavos (Mónaco). Cada año el equipo parece estar un poco más preparado, pero el proceso está siendo tan lento que ya no hay casi excusas. Sobre todo, después de lo doloroso que fue el adiós en Lisboa contra el Lyon tras el impulso moral que supuso eliminar al Madrid en octavos de final.
El City, con la Premier en el bolsillo salvo hecatombe, va camino de completar otra buena temporada. Sin embargo, con Guardiola no se puede decir que ninguna ha sido excelente si no se ha hecho un papel digno en Europa. La exigencia ha ido aumentando año a año y ahora parece que no vale nada que no sea estar en la final de Estambul.
¿Será el año del City y de Guardiola? El momento en el que llega a la reanudación de la Champions es inmejorable. Si el equipo liderado por los De Bruyne (de vuelta a tiempo), Sterling o Bernardo Silva sabe mantener este ritmo arrollador, estarán en la pelea por el título. Si en cambio se vuelve a fracasar de forma estrepitosa, el crédito de Pep, pese a haber renovado hasta 2023, quedará pobre.
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