El FC Barcelona sigue acumulando problemas económicos y escándalos financieros, muchos de ellos llegados tras fichajes muy cuestionables que además están realizados con unas malas artes pocas veces vistas en un club élite mundial como acostumbraba ser el Barça. El último escándalo ha llegado al conocerse cómo se gestó el fichaje del jugador Malcom.
El extremo brasileño llegó procedente del Girondins de Burdeos en el verano de 2018 por una cantidad superior a los 40 millones de euros. Ya en su día se trató de un fichaje sorprendente, ya que, a pesar de su gran temporada en Francia, no parecía un jugador realmente ilusionante para acompañar a Leo Messi en el ataque blaugrana. Además, llegaba por una cantidad que no era precisamente baja.
Sin embargo, tal y como ha revelando el programa Què T'hi Juges de SER Cataluña, la negociación entre el FC Barcelona, el Girondins de Burdeos y el jugador fue de todo menos lo que suele ser habitual en un fichaje de este calado. La operación desvelada deja aún más dudas de las que transmitió en el campo un jugador al que no se le recuerdan muchos buenos partidos con la camiseta azulgrana. Más bien, lo de Malcom ha sido otro lío en el que se han visto envueltos Josep Maria Bartomeu y su junta directiva quienes, a pesar de haber abandonado el cargo, siguen teniendo cuentas pendientes.
Lo más llamativo del fichaje de Malcom es cómo se produjo y cómo llegó el jugador al club porque ni siquiera fue el conjunto azulgrana quien negoció su contratación. El club cedió todo su poder a Minguella a través de un contrato para que este hiciera de intermediario entre el Barça y el Girondins de Burdeos.
Hasta ahí, todo puede parecer normal. Sin embargo, lo extraño es que el Barça pagó una comisión de 10 millones de euros a Josep Maria Minguella Pimentel para que este hiciera su labor de intermediario, pago que no es habitual que se realice hasta que el fichaje se consume. Es decir, sin fichaje no hay pago. Pero el Barça rompió su chequera incluso antes de saber si tendría al jugador. Con gestiones como esta se explican algunas cosas como una deuda a corto plazo de más de 730 millones de euros.
Este contrato por el cual el FC Barcelona daba a Minguella potestad para negociar el fichaje en nombre del Barça fue firmado el 2 de julio del año 2018 por Josep María Bartomeu, Jordi Mestre y Òscar Grau, además del propio Minguella. De esta forma, el agente tenía todo bien atado para poder ejercer su labor en esta rocambolesca operación.
La operación Malcom
Sin embargo, el lío del fichaje no quedaba ahí, y es que Minguella incluyó más cláusulas en este contrato que le hacían ser el gran ganador de la operación. Independientemente de lo que pasara, si Minguella conseguía que Malcom no se fuera a otro equipo, recibía un pago de un millón y medio de euros. Además, en caso de hacerse el fichaje, cobraría un 20% de la cantidad firmada como variables, que terminó siendo de un millón de euros, y un 15% de la cantidad que el Barça pagara al Girondins por el traspaso un año después.
Además de la comisión millonaria que percibió Josep Maria Minguella, el Barça tuvo que hacer frente en el fichaje a penalizaciones pagadas al Girondins de Burdeos y a la Roma dentro de la operación, ya que el club italiano había conseguido cerrar la operación de compra del jugador antes que el propio FC Barcelona. Eso se tradujo en un sobrecoste de una operación que se fue hasta los 41 millones fijos más otro en variables. Finalmente, esas cantidades en concepto de intermediación ascendieron a un total de 8,4 millones de euros al final de la operación según confirman fuentes oficiales del club, las cuales se unirían a ese primer pago realizado.
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