La Superliga Europea anunciada en la noche del domingo revolucionó el panorama deportivo y futbolístico a nivel mundial. Los 12 grandes clubes del continente confirmaron su adhesión a una nueva competición, con mayores ingresos, mejor reparto y un formato mucho más competitivo que el actual de la Champions League. Una idea que se venía estudiando desde hacía años y que se convirtió en realidad ante el anuncio de la UEFA de sus próximos cambios en el torneo continental.
Sin embargo, las presiones realizadas por las diferentes federaciones y ligas nacionales, así como las realizadas por gobiernos como el de Reino Unido, provocaron el goteo de bajas en la competición. Tan solo 48 horas después del anuncio, los clubes ingleses confirmaron su paso atrás y, por lo tanto, su abandono del proyecto de la Superliga.
Un duro golpe para la nueva competición, que contaba con estudios que aprobaban su creación y que, según las primeras explicaciones, era clave para frenar la crisis económica de las entidades deportivas del continente europeo. Hay hasta 20 razones por las que la Superliga habría ayudado al panorama futbolístico presente y futuro, según las primeras explicaciones de la organización.
1. Crisis económica
Es la razón principal por la que los clubes fundadores optaron por acometer la creación de esta nueva competición. El objetivo es aumentar los ingresos tras unos años complicados y donde la crisis de la Covid-19 ha acabado por castigar las principales economías deportivas del panorama continental. Sin acceso de aficionados a los estadios, las cuentas se han visto muy mermadas.
La ECA, sin ir más lejos, fijó en 5.000 millones de euros las pérdidas en los clubes europeos. Conjuntos como el FC Barcelona, hace meses, confirmaron 97 millones de euros en pérdidas. El City se fue hasta los 150 'kilos' en la temporada 2019/2020. Otros como el PSG, que ha criticado públicamente a la Superliga, hizo públicas cifras de -200 millones de euros hace solo unas semanas. Y otros informes elaborados por agencias como Deloitte indicaron que entidades como el United, por ejemplo, ingresó 135 millones de euros menos.
Según las cifras expresadas por la Superliga, crear esta nueva competición supondría un aumento en los ingresos. En un principio, de hecho, se repartirían 3.500 millones de euros entre los clubes fundadores solo por participar. La cifra media superaría ligeramente los 230 'kilos' por entidad, cifra suficiente para acabar con las pérdidas generadas por la crisis.
2. Liga abierta
Una de las primeras críticas que se realizaron contra la Superliga era que suponía acabar con la idea de competición que se tiene en la actualidad. Que jugarían siempre los mismos equipos y sería imposible acceder a ella. Sin embargo, la intención de los clubes fundadores no es ni mucho menos esa. La Superliga aspira a tener 15 clubes fijos, los 12 fundadores -antes de las bajas de los ingleses- y otros tres que se sumarían a este 'núcleo', además de otras cinco plazas que irían rotando cada temporada en función de los resultados deportivos.
3. Mejores equipos
El gran atractivo de la Superliga, y que convertiría a esta competición en algo totalmente novedoso en el mundo del fútbol, sería el hecho de juntar a los mejores clubes del continente. Entidades muy potentes en la actualidad y otras como el Milan o el Inter, que pese a su inestabilidad en los últimos años, son históricos del fútbol continental y están en pleno crecimiento.
Sin ir más lejos, tres de los cuatro actuales semifinalistas de la Champions League estaban entre los clubes fundadores de la Superliga. Las 13 Champions del Real Madrid, las 7 del Milan, las 6 del Liverpool, las 5 del Barça, las 3 de Inter o United, las dos de la Juve o la que logró el Chelsea en 2012.
4. Aumento audiencias
Sin ingresos por la venta de entradas, los derechos de televisión se han convertido en el sustento de la mayoría de entidades deportivas. Florentino Pérez, presidente de la Superliga Europea y del Real Madrid, subrayó la importancia de estos ingresos en su primera comparecencia pública. El dirigente, que cifró en menos del 30% el peso de esos ingresos en el club merengue, sí que recalcó lo que supone para otros equipos europeos.
Crear una competición con los mejores clubes de la historia de Europa implicaría concentrar mejores audiencias y, por lo tanto, se podría subir el precio y los ingresos por derechos de retransmisión. Algo que, a su vez, ayudaría a generar mayor interés y que acabaría con partidos sin demasiado seguimiento en fases iniciales de la Champions. Encontrar una plataforma que emitiera los partidos es una de las claves de esta nueva competición.
5. Recuperar seguimiento entre los jóvenes
Las nuevas generaciones han llegado acompañadas de nuevos gustos. Las tecnologías, las redes sociales y el constante crecimiento de plataformas como Twitch son el fiel reflejo de cómo han cambiado las costumbres de consumo en la sociedad. Florentino Pérez destacó que "los jóvenes, de 16 a 24, ya no tienen interés en el fútbol. Hay muchos partidos de escasa calidad y no les interesa tanto".
En 2020, la ECA realizó un estudio que determinaba que dos de cada cinco jóvenes de esa franja de edad u odiaban el fútbol o no tenían ningún interés. Por ello, reunir a los mejores clubes del continente, ofrecer encuentros de primer nivel cada semana, y juntar a las estrellas mundiales en una misma competición, permitiría llegar a esa generación perdida.
6. Reactivación de la economía de los clubes
El negocio del fútbol ha ido aumentando considerablemente su peso en el mundo, sobre todo en Europa, en los últimos años. Las cifras no han parado de crecer y el claro ejemplo es que los fichajes iniciaron una escalada hasta precios desorbitados en operaciones superiores a los 200 millones de euros en un solo jugador. Neymar, jugador del PSG, costó 222 'kilos' a Al-Khelaifi en el fichaje más caro de la historia del fútbol.
Crear la Superliga iría acompañado de ese aumento de ingresos, aumento de competitividad entre los grandes y, por lo tanto, una mayor inversión en el mercado de fichajes. La pirámide, como la ha calificado el presidente de la Superliga, tiene un funcionamiento básico. Si los grandes de Europa tienen fondos, podrán pescar en clubes de menor potencia económica y reactivar la economía de todos los participantes.
7. Encuestas favorables en toda Europa
Las reacciones a la creación de la Superliga se han extendido a lo largo del planeta y a diferentes ámbitos de la sociedad. Desde la política hasta el propio deporte, sin olvidar el peso de los aficionados. Son varios los grupos que han trasladado su malestar tanto a sus propios clubes como a los rivales que conforman la Superliga. Sin embargo, el proyecto anunciado cuenta con una base estadística que les da la razón.
Según confirmó el propio Florentino Pérez, realizaron encuestas en todos los países participantes para saber qué apoyo tenía la Superliga, y en todos superaba el 50%. L'Equipe, sin ir más lejos, ha hecho público un informe donde sitúa el apoyo a la Superliga en más del 70% en España y en un 66% en Europa. Opinionway, que fue quien elaboró el estudio, encontró en Alemania el menor apoyo, aunque siempre por encima del 50%.
8. Aplicación inminente
La urgencia que vienen denunciando los clubes no se veía arreglada por la UEFA, que ha fijado la aplicación de su nuevo formato para 2024. Una fecha muy tardía y que, teniendo en cuenta las pérdidas anunciadas y que se confirmarán en unos meses cuando se cierre esta temporada sin apenas entradas vendidas, supone un duro varapalo para todos los grandes clubes. La Superliga podría entrar en acción este mismo verano, en agosto. En el peor de los casos, el año que viene, pero no en 2024.
9. Negociación FIFA-UEFA
La intención es que la Superliga salga adelante con el visto bueno de organizaciones como FIFA o UEFA. Esto ayudaría a ambas partes, pues facilitaría la transición en el mundo del fútbol y evitaría conflictos judiciales y dudas en los jugadores. Por ejemplo, desde FIFPro ya se ha alertado de la inseguridad que existe entre los jugadores de clubes que conformarán la Superliga, pues se han visto amenazados por ambas federaciones. Es decir, en caso de que no hubiera acuerdo con FIFA y UEFA, como se pretende desde la Superliga, la competición podría iniciarse en 2022 en vez de en 2021.
10. Transparencia
Fue la gran crítica realizada por Florentino Pérez, presidente de la Superliga, en su presentación de la competición. La falta de transparencia tanto en UEFA y FIFA, y que ya ha supuesto un lastre en anteriores etapas, no se ha terminado de solucionar. Ceferin ha acabado por fracasar en ese aspecto y la falta de cifras públicas, de salarios y de reparto de fondos no ha convencido a los grandes de Europa, que fijarían en la Superliga la transparencia como un pilar fundamental.
11. Compatible con ligas
La Superliga no coincidiría en el calendario con las ligas nacionales. En el caso de España, La Liga estaría asegurada y en otras competiciones como la Premier League el mecanismo sería el mismo. Además, como se ha comprobado en disciplinas como el baloncesto, el papel de los clubes participantes en sus competiciones domésticas seguiría siendo el mismo: luchar por el título con la misma plantilla.
12. Criterios económicos
Durante las últimas temporadas, el crecimiento de clubes como el PSG o el Manchester City han ido acompañados de la inversión de jeques que dirigen la entidad. El club francés, sin ir más lejos, es quien ostenta el fichaje más caro de la historia con esos más de 220 millones de euros que costó Neymar. La UEFA, con Ceferin al frente, intentó establecer un Fair Play Financiero para evitar desigualdades en los presupuestos. Sin embargo, las leves sanciones no han convencido. En el caso de la Superliga, los criterios y controles económicos serían mayores y buscarían una mayor igualdad entre los participantes.
13. Mejora arbitral
Los equipos arbitrales están en el ojo del huracán del fútbol actual. Y más tras la llegada de la tecnología al fútbol. Muchas críticas, dudas sobre el nivel de los colegiados y notables polémicas a cada semana, más allá de la liga o competición en la que se produzcan los errores. La Superliga tendría su propio organismo arbitral y se designaría por criterios técnicos a los mejores árbitros posibles para la competición. Es una de las dudas que existía en torno a la nueva liga. "Van a mejorar", ha adelantado Florentino Pérez.
14. Formato coherente
Una de las grandes críticas que se ha realizado a la Champions League es su nuevo formato. Pese a que entrará en vigor en 2024, no es tan sencillo como el de la Superliga: dividido en dos grupos, pasan los cuatro primeros y quinto y sexto jugarían eliminatorias para llegar a la siguiente ronda. Final a partido único y campeón. Por el contrario, la intención de la Champions para ganar más adeptos suponía aumentar a 36 los clubes participantes en un formato mucho más técnico. Por medio de un sorteo, designar los enfrentamientos con rivales de distintos niveles. Los ocho primeros pasarían a octavos y el resto, hasta el puesto 24, realizarían unos playoffs. "No lo entiendo", ha llegado a indicar Pérez.
15. El espejo de la Euroliga
La competición de baloncesto es el mejor ejemplo para comprobar que este tipo de formatos acaba triunfando. La Euroliga, por medio de sus clubes, rompió con la FIBA y creó una competición propia que, desde que hace 21 años dio sus primeros pasos, ha ido evolucionando hacia un formato mucho más competitivo. La Euroliga cuenta con licencias fijas, licencias temporales e invitaciones para clubes. Participar en ella sin ser fundador depende tanto de su rendimiento deportivo, como de lo que se puede aportar a la Euroliga. Es decir, la competición que ahora lidera Bertomeu invitará a entidades como el Bayern o el ASVEL francés para ganar mercado en dichos países.
16. Una nueva revolución
La evolución en la vida es inevitable. Y, el fútbol también debe pasar por ese proceso cíclico de cambios. Como pasó con la creación de la Champions League, o con las diversas modificaciones que ha ido acometiendo la competición UEFA en la última década para hacer el formato más atractivo, o los cambios en el reglamento del fútbol. Todas las modificaciones suscitan polémicas, pero forman parte de los constantes cambios y adaptaciones al momento en cuestión. La Superliga abriría un nuevo camino en el fútbol.
17. Fondo solidaridad
Otra de las críticas realizadas a la Superliga ha sido la de la falta de solidaridad con el fútbol humilde. Pero, pese a ello, se ha subrayado desde la organización que se creará un fondo de solidaridad. Y es que en el comunicado inicial se cifraba en 10.000 millones la cantidad que conformaría este fondo, que iría destinado al fútbol más modesto y repartido de forma transparente. El único cambio sería que no estaría gestionado por la UEFA como en la actualidad.
18. Impulso femenino
Uno de los aspectos que más ha pasado desapercibido del comunicado de la Superliga es que, tras su implantación, se buscaría hacer lo propio con el fútbol femenino. Un detalle muy importante y que supondría el impulso definitivo, que en el caso de España tendrá la próxima temporada su primera liga profesional de la historia. Aumentarían los ingresos en esta secciones y se daría una mayor visibilidad, lo que también permitiría acaparar un mayor número de aficionados.
19. Seguridad jurídica
Las amenazas que se han producido en las últimas horas contra la Superliga, sus clubes miembros y los jugadores que participasen han sido constantes. Sin embargo, la Superliga cuenta con seguridad jurídica. Y es que la UEFA no puede expulsar a los clubes que están participando en la actualidad con la competición ya en marcha. Además, asuntos como el del veto en competiciones de selecciones, iría acompañado de una pugna en los tribunales. Por ejemplo, Tribunal General de la Unión Europea dio la razón a dos patinadores que participaron en competiciones privadas pese a las amenazas de la Federación. Y, en las últimas horas, la justicia madrileña también ha dado un punto a favor de la Superliga.
20. Inclusión de otras competiciones
La Superliga no quiere ser la única competición de fútbol en Europa, pero sí la que aglutine a los mejores clubes del continente. Por ello, y siguiendo esa línea de negociación y acuerdo con los organismos UEFA y FIFA, desde los clubes fundadores no se ha cerrado la puerta a nada. Florentino Pérez, presidente de la Superliga, dejó entrever que incluso se podría acabar creando una competición similar a la de la Eurocup de baloncesto, cuyo título implica entrar en la Euroliga.
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