La UEFA le ha ganado el pulso a la Superliga Europea en 72 horas. Del anuncio del domingo queda en pie poco o nada, con las fugas de los equipos escalonadamente -primero los ingleses, el martes, y Atlético, Inter, Milan y Juventus, este miércoles- hasta quedar solo Real Madrid y Barcelona respaldando una competición que nacía con la premisa de "salvar el fútbol".
La derrota de los doce clubes fundadores de la Superliga es una realidad. La UEFA ha ganado la batalla, pero ¿a qué precio? Y es que esta guerra que ha movido los cimientos del mundo del fútbol y hasta de la política durante tres días tendrá consecuencias para todos, empezando por el propio organismo que ve como su monopolio se ha estado tambaleando como nunca.
Lo dijo Diego Pablo Simeone en su rueda de prensa de este miércoles: "No tengo ninguna duda de que ante movimientos sísmicos como el que ha sucedido, algo va a cambiar, seguro, para mejor. Las partes se tendrán que acercar y encontrar lo que todos querían", decía. Eso al menos es lo que quieren leer todos 'sobre el papel'.
Cambios obligados
Y es que la UEFA se ha visto amenazada por los doce clubes más grandes de toda Europa. Algo va mal y sabe que si no quiere quedarse sin su 'chiringuito' hay que hacer cambios. Lo primero será escuchar a los clubes (a esos 'grandes' y está por ver si lo hace con los pequeños) y a los futbolistas, que se han quejado en reiteradas ocasiones de la excesiva carga de partidos a la que se les somete.
Es fácil imaginarse que el nuevo formato de la Champions League, que fue presentado el lunes y que entrará en vigor, sufrirá cambios. No vale solo con esa teórica inyección de dinero que podría ascender hasta los 7.000 millones. La UEFA de Aleksander Ceferin ha de moverse, pero que la Superliga no haya salido adelante le permite hacerlo a su forma.
La victoria del organismo continental la hace ver más poderosa. Toda Europa sabe que hay que hacer lo inalcanzable (al menos por ahora) para derrocarla y es sencillo adivinar que las cosas se seguirán rigiendo a su manera. ¿Quién sale beneficiado de esto? Desde luego que los doce fundadores de la Superliga, y en especial Madrid y Barça, no.
Bayern y PSG, los dos grandes opositores de la Superliga, quedan como los 'buenos' a ojos de la UEFA. El vínculo de ambos clubes, con Rummenigge y Al-Khelaifi en cabeza, se ha reforzado. Al contrario que los de la Superliga, aunque los ingleses podrían tener su recompensa por su 'subordinación' a Ceferin que echó abajo la creación de la liga. Supuestamente, la UEFA les ofreció dinero para salir del proyecto y volver a su "redil", aunque ya se habla de posibles sanciones a los 12 clubes, incluidos los de la Premier. La situación de los ingleses es una de las grandes incógnitas.
Jeques sin Fair Play
El fútbol que queda tras la guerra por la Superliga traerá cambios, pero a priori no significarán demasiados beneficios para los clubes pequeños pese a todo lo que se ha hablado del 'fútbol del pueblo' estos días.
Para empezar, la UEFA va a tocar el Fair Play Financiero. Se permitirá mayor flexibilidad y los que más salen ganando son aquellos cuyo techo financiero está más alto, es decir, los clubes-estado. Los jeques salen victoriosos, más el del PSG que del Manchester City por haberse posicionado del lado de la UEFA desde el principio.
Y si se habla del fútbol en general, la UEFA tendrá que ponerse las pilas. Que este deporte está perdiendo atención y los fondos de inversión apuntan a otros sectores (como los eSports) es tan real como que las desigualdades entre ricos y pobres siguen creciendo con Superliga o sin ella. El fútbol cambiará, pero el monopolio de la UEFA y el poder de los jeques no ha hecho más que crecer como resultado de estos tres días.
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