La Superliga Europea se ha robado toda la atención del mundo del fútbol durante la última semana. El resultado, por el momento, ha sido una guerra abierta entre la UEFA y los doce clubes fundadores, especialmente con Real Madrid, Barcelona, Juventus y Milan, que son los que mantienen su apoyo al proyecto de la competición. Pero antes de todo esto, Aleksander Ceferin, Gerard Piqué y Joan Laporta se vieron las caras.
Todo ocurrió en un conocido restaurante de Barcelona, según RAC1. Hace varias semanas, en torno a mes y medio, Piqué, central del cuadro azulgrana, y Ceferin, presidente de la UEFA, se reunieron para almorzar en la ciudad condal. Durante el encuentro intercambiaron opiniones sobre aspectos del fútbol europeo.
Según la emisora catalana, fue Piqué el que organizó el encuentro con el presidente de la UEFA para tratar temas de negocios. El futbolista, también propietario del Andorra, quería conocer de cerca aspectos como el reparto televisivo y el funcionamiento de los derechos de la Champions League y el resto de competiciones que organiza el organismo europeo. Ya es sabido el interés de Piqué por los negocios y buscaba asesoramiento sobre cuestiones empresariales.
La cosa no acabó ahí y es que falta el tercer protagonista: Laporta. El presidente del Barça se uniría ya para el final de la comida. Pese a lo que ocurriría semanas después por el terremoto de la Superliga, en el encuentro reinó la paz, la sintonía y el buen ambiente entre los tres.
Guerra con la UEFA
La situación ahora es totalmente diferente. Ceferin está dispuesto a llegar hasta el final contra los fundadores de la Superliga y Real Madrid y Barcelona se han convertido en sus objetivos principales.
Y eso que hace unos días, el presidente de la UEFA daba a entender que indultaba a los culés y Laporta: "Me decepcionaron todos en cierta medida, pero tengo que decir que quizá el Barcelona es el que menos me ha decepcionado. Laporta fue elegido hace muy poco tiempo como presidente y hablé con él dos o tres veces. Estaba bajo mucha presión debido a la situación financiera en la que se encontraba el club y él la heredó. No fue su culpa que la situación fuera así", decía Ceferin.
Tras estas palabras, sin embargo, llegó el primer y único pronunciamiento de Laporta hasta la fecha para defender el proyecto de la Superliga: "Es una necesidad, pero la última palabra la tendrán los socios. Pero es absolutamente necesario. Los clubs grandes aportan muchos recursos y tenemos que decir nuestra opinión respecto al reparto económico", decía el dirigente culé que se abría también al diálogo con la UEFA.
Ceferin, que ya no hace distinciones entre Madrid, Barça o Juventus, sigue con sus amenazas: "Todos tienen que asumir las consecuencias de lo que hicieron y no podemos fingir que no pasó nada. No puedes hacer algo así y simplemente decir: "Me han castigado porque todos me odian". No tienen problemas por nadie más que por ellos mismos. No está bien lo que hicieron y veremos en los próximos días lo que tenemos que hacer", ha dicho recientemente.
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