La Copa América se disputará solamente en Argentina. Es el segundo cambio importante que sufre la competición, prevista en un principio para el verano de 2020 pero que, como el resto de grandes campeonatos, tuvo que posponerse como consecuencia de la pandemia del coronavirus. Sin embargo, a diferencia de la Eurocopa, el torneo americano ha tenido que optar por la sede única ante la presión social que atraviesa Colombia. El país, sumido en una crisis por las manifestaciones contra el Gobierno de Iván Duque, se queda sin un 'premio' como el de albergar la cita futbolística.
El debate sobre si celebrar los torneos en diferentes sedes, dada la movilidad de aficionados y equipos en tiempos de pandemia, ha sido notable en estos últimos meses. Pero especialmente en Europa, donde la UEFA ha organizado una Eurocopa con hasta 11 sedes diferentes involucradas en la organización. Se especuló con que Rusia pudiera quedarse con todo el campeonato. Poco después, y con la llegada de los planes de vacunación, Reino Unido se postuló para celebrar todo el torneo. Ni las propuestas ni las presiones bastaron y la UEFA mantuvo el plan inicial.
Todo lo contrario ha sucedido en el caso de la Copa América, donde apenas se han vivido dudas sobre las dos sedes escogidas. El cambio llega de forma obligada y después de que el ejecutivo colombiano haya gastado todas sus opciones de mantener la sede. Y, además, lo hace a última hora y con la oposición del propio gobierno de Colombia.
El torneo, que anunció el aplazamiento el 17 de marzo de 2020, se desarrollará del 13 de junio al 10 de julio. Salvo nueva sorpresa, los partidos serán en su totalidad en Argentina. Y, a falta de confirmación, la intención siempre fue que haya en torno al 30% de público en las gradas de los estadios. La evolución de la pandemia, los cambios de última hora con Colombia y la reorganización del campeonato redefinirán una Copa América con varias incógnitas a escasas semanas de su inicio.
El golpe a Colombia
La confirmación de que Colombia y Argentina albergarían la Copa América llegó en 2019. Ambos países tenían por delante todo un reto. Tal era la magnitud que, en el caso colombiano, el ejecutivo de Iván Duque valoró la asignación de la sede como todo un triunfo de país. Era una manera de mostrar el potencial de la nación y, evidentemente, del gobierno. Tanto que en un primer momento se anunció una sede única para Colombia, aunque poco después la Conmebol tuvo que zanjar que desde el minuto uno se trabajaba en una sede compartida.
Por delante había un año en el que cuidar hasta el más mínimo detalle. Y la cosa no ha podido salir peor para Colombia. Para hacerse una idea de la importancia de esta Copa América solo hay que mirar el cambio de formato que implantó la organización. La Conmebol decidió ligar la Copa América a la Eurocopa para descargar el calendario de los jugadores. Además, y tras elegir las dos sedes, se cambió la organización y se implantaron dos grupos -divididos según la zona geográfica- para facilitar un trasiego de aficionados que, ahora, no podrá llevarse a cabo.
Tras el aplazamiento del año pasado y las sucesivas oleadas de contagios en los respectivos países, en los últimos meses se reafirmó la intención de celebrar el torneo frente a los rumores existentes. La Conmebol también subrayó su intención de que hubiera público. Pero la presión social ha acabado por revolucionar la organización de la Copa América.
Las manifestaciones contra el gobierno de Iván Duque ya se vieron en 2019. Sin embargo, tras un año de pandemia y con el detonante de la reforma tributaria, las calles han vuelto a llenarse de altercados y batallas entre manifestantes y fuerzas de seguridad. A finales de abril se intensificaron esas protestas y, pese a los muertos y la retirada de ese proyecto fiscal, la oposición al gobierno de Duque se mantiene.
El fútbol, como era de esperar, se ha visto afectado. Las voces para que Colombia rechazara la Copa América aumentaron y se trasladaron en forma de lema a las mismas protestas. Y, mientras se disputaban los partidos de la Libertadores, jugadores como los del América de Cali y el Atlético Mineiro tuvieron que parar su encuentro afectados por los gases lacrimógenos lanzados en las calles.
Una atmósfera literalmente irrespirable y que ponía en riesgo la Copa América. Finalmente, pese a que Colombia ha requerido a la Conmebol aplazar el torneo a finales de año, la respuesta ha sido tajante: no habrá cambios. La Copa América se quedará solo en Argentina -salvo unión de otra sede a última hora-. Y entre la Covid-19 y la presión social la histórica organización tendrá que esperar un tiempo.
Argentina se la juega
Todo el poder de organización pasará para Argentina, que se quedará con todos los encuentros tras los problemas con Colombia. Una situación perfecta para ganar buena imagen en el país y que, sin embargo, también supone todo un reto. Poco tiempo por delante y una misma situación complicada en términos sanitarios que hacen del 'regalo' de la Conmebol un arma de doble filo.
Alberto Fernández, presidente del país, ya dejó entrever que estaban dispuestos a hacerse con toda la Copa América. Eso sí, primando la situación sanitaria, pidió cierto tiempo de estudio para observar los protocolos a implantar. Y es que, con el reciente caso de contagio masivo en River Plate, en el ejecutivo argentino no quieren más sustos de estas características. La decisión de la Conmebol es tajante y Argentina se hará cargo de la Copa América en su totalidad.
Por delante, la organización tiene varias semanas para elaborar protocolos y controles mucho más estrictos. La intención en un principio era de llegar al 50% de aforo completo, pero todo lo marcará la evolución de la pandemia. Ese es el punto más débil del país, que de hecho ya ha paralizado durante nueve días los torneos del fútbol profesional por la Covid-19, cuyos datos siguen empeorando. El parón finalizará el 30 de mayo, justo a tiempo para que la Copa América pueda iniciarse sin problema aparente. Sin embargo, las divisiones ya han comenzado y el vicepresidente de la AFA ha pedido que Argentina rechace la Copa América.
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