La peor historia de Antoine Griezmann se vuelve a repetir. 'El Principito' que enamoró en el Atlético y que creó una legión de aficionados que veían en él a un verdadero rey, ha ido perdiendo jerarquía desde su fichaje por el Barcelona. Un cambio de 'castillo' con la previsión de seguir creciendo y que, pasados dos años, se ha convertido en un repetitivo guion de dudas y rumores. El francés, en una temporada con altibajos y donde la confianza de Koeman ha estado en duda, afronta un verano con más noticias sobre su marcha.
La continuidad del técnico holandés está en el aire, pero también la del propio Griezmann. Y es que Laporta ya ha adelantado que este verano se producirá una renovación de la plantilla. Pesos pesados que se marcharán, sueldos que serán reestructurados para plantar cara a la crisis económica, y un nuevo proyecto que comenzará a poner sus primeras piedras. Una serie de movimientos que pueden 'expulsar' al delantero francés.
El galo ha firmado un curso con 20 goles en 51 partidos. Mejores datos que su primera temporada de blaugrana, pero con mismas sensaciones. A Koeman le costó meterle en la rotación. 'El Principito' no terminaba de arrancar y las dudas sobre su idoneidad en la plantilla volvieron a brotar. El primer año discreto era viable, el segundo no. Y, con esas, Griezmann se convirtió en el protagonista de las ruedas de prensa: por qué no jugaba, si había tensión, si se contaba con él.
El Barça, meses después y ya con Laporta en la presidencia, continúa con sus planes. Quieren fichar un delantero de garantías. Y no se descarta la marcha de Griezmann, a quien la prensa catalana incluye en un posible trueque. Algo similar a lo que ya se intentó el verano pasado con el club rojiblanco y que confirma las dudas que hay sobre el galo. Los datos, al menos, respaldan esa falta de confianza: de los 29 y 21 goles en las dos últimas temporadas con el Atlético, a peores números con el Barça.
Un 'adiós' con guerra
Enrique Cerezo, presidente del Atlético de Madrid, dejó abierta la puerta a que Griezmann regresara. Según el dirigente, cualquiera querría tener a un jugador de la talla del francés. Sin embargo, dudaba y mucho de que el Barcelona estuviera dispuesto a dejarle marchar. Un comentario que, probablemente, choque con gran parte de la afición colchonera. Y es que, si algo no perdona la hinchada, es la traición.
Remontando el calendario al 2018. Griezmann seguía creciendo en el Atlético. Más goleador, más calidad, más estrella. Rumores del Real Madrid. Rumores del Barcelona. Y su decisión: grabar un documental donde iba a desvelar su futuro. Las formas no gustaron. Es más, comenzaron a crear esa atmósfera algo hostil respecto al delantero francés. El final del 'cuento', por lo menos, relajó las pulsaciones de la grada rojiblanca.
Griezmann, en ese 2018, anunció en que seguiría en el Atlético. En el documenal, por ejemplo, se veían sus dudas: "No tengo nada claro, si me voy a ir o me voy a quedar". Pero, tras una reflexión, decidía continuar: "Están haciendo un montón de esfuerzos. No aguanto. Necesito decir a la gente que me quiero quedar". El enfado fue algo menor, pero las malas sensaciones resurgirían meses después.
Llegó 2019. El año de su adiós. El del fichaje por el Barça. El de la explosión de una crisis entre instituciones históricas del fútbol nacional. Griezmann confirmaba al Atlético que quería marcharse. Y en unos meses la cláusula iba a pasar de 200 a 120 millones de euros. El Barça negoció en privado con Griezmann y posteriormente le trasladó sus intenciones al club colchonero. Tras el adiós al Atlético, Bartomeu confirmó el fichaje de Griezmann en una rueda de prensa. Y el club madrileño estalló.
"El 14 de mayo Antoine Griezmann comunicó a Miguel Ángel Gil, Diego Pablo Simeone y Andrea Berta su decisión de abandonar el club a final de temporada. En los días posteriores a dicho encuentro, el Atlético de Madrid tuvo conocimiento de que el Fútbol Club Barcelona y el jugador habían alcanzado un acuerdo el pasado mes de marzo, en concreto en los días posteriores al partido de vuelta de nuestra eliminatoria de Champions League contra la Juventus, así como que habían estado negociando las condiciones del acuerdo desde mediados de febrero", revelaron.
Las relaciones estaban rotas, pero poco se podía remediar. Griezmann se marchaba al Barça a cambio de 120 millones de euros. El Atlético se quedaba sin su estrella. El francés iniciaba su ansiada conquista. Sin embargo, dos años después, es el Barça el que no termina de convencerse y el Atlético el que abre la puerta.
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