La UEFA pagará a Bilbao 1,3 millones de euros y le dará dos finales europeas

Tras llevarse la Eurocopa de San Mamés a La Cartuja, la UEFA ha querido arreglar las cosas con las instituciones vascas con un programa que contrarresta el golpe económico que suponía perder la sede de la competición. La ciudad de Bilbao será compensada con 1,3 millones de euros y una final de la Europa League y de la Champions League femenina en el feudo del Athletic.

El anuncio ha llegado por parte del Ayuntamiento de Bilbao, que ve así cómo recupera lo invertido en la organización de la Eurocopa. El Gobierno vasco amenazó con emprender acciones legales contra la UEFA por sacar de San Mamés la Eurocopa, que arranca este viernes en Italia.

La final de la Europa League que ha recibido como 'regalo' Bilbao será la de 2024. En 2022 se jugará en el Sánchez Pizjuán en Sevilla y en 2023 será en Budapest. San Mamés llevaba tiempo detrás de albergar una cita como esta.

Juan Mari Aburto, alcalde de Bilbao, explicó este viernes el acuerdo y agradeció su postura al organismo europeo: "La UEFA reconoce la voluntad, capacidad y buena gestión de las Instituciones vascas en el desarrollo de las tareas organizativas para el evento cancelado y su disposición a trabajar en nuevos eventos que nos darán visibilidad internacional y supondrán un fuerte impacto económico".

"Estamos satisfechos por haber hecho valer el trabajo serio, profesional, coherente y responsable de la Eurocopa y por haber actuado con firmeza para defender y potenciar nuestros intereses, consiguiendo además nuevos proyectos", añadió.

El 'no' para la Eurocopa

Bilbao se quedó sin ser sede de la Eurocopa 2020 después de que la UEFA no aprobara la celebración de los correspondientes partidos de la competición. Una decisión que se tomó por el conflicto del aforo y la situación sanitaria de la ciudad vasca. La UEFA siempre primó que accediera el máximo público posible y los condicionantes que dieron en la organización vasca no terminaron de convencer.

La decisión no gustó en absoluto a los organizadores vascos, que por medio de una nota oficial apoyada tanto por el Ayuntamiento como por la diputación y el Gobierno autonómico cargaron contra la UEFA y la RFEF presidida por Luis Rubiales, a quienes acusaron de buscar excusas para cambiar la sede y eliminar a Bilbao.

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