Palpar el ambiente siempre es importante para conocer el estado de un equipo de fútbol y en la Selección no es diferente; todo el mundo se daba con un canto en los dientes si España llegaba a los cuartos de final de la Eurocopa. Un equipo sin carisma para gran parte de la afición está a tres partidos de revalidar un campeonato que cosechó en una situación similar en 2008; aunque en este equipo había más jugadores reconocibles que en el actual con Torres, Casillas y Xavi.
Este viernes el conjunto de Luis Enrique afronta el reto de ser una de las mejores cuatro selecciones del continente ante Suiza. Ese rival que marcó el Mundial de 2010 con una derrota en la primera jornada del torneo vuelve a cruzarse en el camino de España. Los Sommer, Shaqiri, Xhaka y Seferovic quieren seguir sorprendiendo a todos los que no esperaban casi ni que pasaran a los octavos de final de este torneo por no tener grandes estrellas.
Los helvéticos dieron la campanada en esta ronda cuando vencieron en la tanda de penaltis a Francia y aclararon, en cierta manera, el camino a una Selección de la que todos se esperaban una hecatombe ante el conjunto francés. El combinado suizo tan solo ganó uno de los tres partidos en la fase de grupos. Pasó como tercera, pero eso no impidió que vencieran a una de las favoritas del torneo. Los de Deschamps aspiraban a volver a la final, pero los de Bruno Petkovic asaltaron la banca.
En una Eurocopa llena de sorpresas y emoción, tampoco nadie se atreve a pronosticar que Suiza sea un caramelo para poder alcanzar unas semifinales que parecían una utopía al inicio del torneo. Su delantero Haris Seferovic será la gran referencia del cuadro helvético. Sin Xhaka, que cumplirá sanción, él, Shaqiri y, sobre todo, Sommer tendrán que liderar al combinado nacional. El portero, que le paró dos penaltis recientemente a Sergio Ramos, fue el héroe ante Francia al detener el lanzamiento de Mbappé.
La eficacia Suiza
El conjunto de Petkovic no partía como uno de los candidatos a llegar a la pelea entre las ocho mejores selecciones de la Eurocopa. Tampoco una vez disputada la fase de grupos, donde Suiza no consiguió llevarse la segunda plaza en su batalla particular con Gales y Turquía. Sin contar a una Italia que sí defendía el papel de favorita para acabar líder, Suiza perdió esa carrera por la segunda plaza. Sin embargo, logró clasificarse entre las mejores terceras del torneo e hizo valer sus cuatro puntos tras una derrota, un empate y una victoria.
Llegar a octavos ya era un triunfo para todo el conjunto nacional, pero el cuadro les deparaba un cara a cara con la gran aspirante al título europeo. La Francia de Deschamps apuntaba a ponerles en la calle, pero la táctica y el espíritu acabó siendo suficiente para protagonizar la que ha sido la campanada de lo que va de torneo. Suiza forzó la prórroga en menos de 10 minutos, aguantó el desgaste físico en el tiempo extra y se encomendó a la suerte en una tanda de penaltis donde no fallaron. Esa eficacia será el gran problema al que se enfrentará una España que en los últimos partidos no ha logrado sellar la portería.
San Petersburgo
De Londres y Wembley sólo les separan a la Selección 90 -o 120- minutos en el Estadio Krestovski. La fase final con las semifinales y el partido que decidirá el título se disputan en territorio británico. En busca de ese último paso que convierta esta edición del torneo de selecciones en una actuación para el recuerdo. Este grupo de jugadores prácticamente ya lejos de la generación de los campeones está demostrando que tiene mucho que decir.
España regresa al país en el que socavó todas sus opciones en el Mundial de Rusia cuando cayó en los octavos de final ante la anfitriona en una tanda de penaltis que siguen siendo el talón de Aquiles de este equipo. Son cinco los lanzamientos desde los 11 metros que ha fallado de forma consecutiva el combinado nacional, sin haber visto portería desde este lugar durante todo el torneo actual. Después de la experiencia de Suiza en los octavos y la de la Selección, lo de los penaltis es para echarse a temblar.
Con ganas de dejar atrás esta mala experiencia se presenta el equipo de un Luis Enrique que está en la cresta de la ola después de marcar cinco goles en cada uno de los últimos dos partidos. El asturiano decía que en cuanto se descorchase el cava, no iban a parar de marcar y, de momento, lo han conseguido. Aunque ante Croacia también mostraron una fragilidad imperdonable en un torneo de este nivel en los minutos finales del partido, España tiene motivos para confiar.
El barco de Lucho
El 24 de mayo partió desde Las Rozas el navío que comandaba el asturiano y al que muchos se resistía a subir. Los nombres que componían esa lista de 24 hombres, en vez de 26 como la UEFA permitía, no llamaban al público. Luis Enrique dejó en su casa a Sergio Ramos, además de otros jugadores que todo el mundo incluía en sus quinielas. La de veces que ha sonado los nombres de Iago Aspas, Nacho Fernández o Sergio Canales en las redes sociales es un ejemplo.
Toda esta desconfianza se refrendaba en las dos primeras citas de esta Eurocopa que se resolvieron con sendos empates. Los partidos ante Suecia y Polonia fueron una dura carga para una mochila que ya venía bastante llena. Los fallos de los delanteros se multiplicaban, el juego no convencía y la posición de algunos futbolistas sobre el campo también transmitía dudas. Con todas las necesidades del mundo, llegaría el partido ante Eslovaquia que las despejaría.
Esta plantilla se ha recompuesto y ha conseguido convencer a todos aquellos que no creían en ellos, hasta el punto de que muchos sueñan ya con una posible final. El barco de Luis Enrique se ha ido llenando con el paso de los encuentros en esta Eurocopa. La próxima parada es San Petersburgo y allí puede llegar la refrenda de este grupo que ha sufrido mucho. España se está mereciendo estar entre las cuatro mejores de Europa y el gran día ya ha llegado para demostrarlo.
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