La Eurocopa atraviesa su último tramo antes de conocer quién es el campeón de la edición más complicada del torneo desde hace tiempo. El histórico aplazamiento la temporada pasada por culpa de la Covid-19, el adaptarse a la situación de la pandemia y el tener que jugar en diferentes puntos de Europa, con sus respectivas medidas para el aforo del público, condicionaron el torneo de selecciones. Sin embargo, ello no ha impedido que se haya sorpresas como la de una Dinamarca que no lo ha pasado nada bien y que ahora aspira a hacer historia.
El conjunto escandinavo fue de los primeros en disputar la Euro. A priori debutaba contra una Finlandia muy por debajo en cuanto a nombres. El duelo comenzó igualado y los daneses no tardaron en imponer su ritmo. Pero el fútbol, de repente, quedó a un lado. Eriksen, peso pesado de la selección de Dinamarca, caía desplomado en pleno partido y hacía saltar las alarmas. Se había producido, con la Eurocopa prácticamente recién iniciada, el peor suceso de todo el torneo. Eriksen fue trasladado al hospital y finalmente todo quedó en un susto que jamás se olvidará. Dinamarca recibía el primer golpe.
La duda sobre si el duelo podría reanudarse sobrevoló el encuentro durante varios minutos. La UEFA, sin embargo, no tardó en comunicar que los jugadores habían dado el visto bueno a seguir con el partido. Luego lo negarían públicamente denunciando ciertas presiones, pero el duelo ante Finlandia se disputó como estaba marcado. Los de Kasper Hjulmand, que hace un año no era el seleccionador previsto, perdieron en su debut contra Finlandia y, además, perdiendo a una de sus estrellas.
Tocaba pensar en Eriksen. Y, una vez se supiera con certeza que todo estaba bien, buscar una remontada en la Eurocopa para firmar la heroica. El vestuario de Dinamarca se unió más aún tras lo sucedido. Hicieron piña y se centraron en dedicar cada gol, cada esfuerzo, a su compañero. No fue suficiente y perdieron ante Bélgica. Dos jornadas, dos derrotas. Pasar a octavos se complicaba. Fue ahí cuando llegó el golpe de efecto. Goleada a Rusia (1-4) y pase a la siguiente ronda como segunda de grupo. Dinamarca y su sentimiento renacían.
En octavos llegó Gales... y goleada. En cuartos llegó República Checa... y triunfo sufriendo. Y en semis llega una Inglaterra que le pondrá las cosas difíciles. Jugadores como la revelación Dolberg, u hombres más curtidos como Schmeichel y Delaney, aún siguen apostando por dedicar el título europeo, o al menos una gran final, a un Eriksen que les apoya desde la distancia.
Como en 1992
El milagro que mantiene con inspiración a Dinamarca es el de 1992, edición de la Eurocopa que se llevaron contra todo pronóstico y que ya les da más leyenda que Inglaterra en el torneo de selecciones. En aquella edición, desarrollada en Suecia, Dinamarca se clasificó a última hora. De hecho, ni se clasificaron por méritos deportivos como tal. En su grupo fue Yugoslavia la que logró estar en la fase final, pero su implicación en la Guerra de los Balcanes acabó expulsándola de la Eurocopa semanas antes de su inicio.
Dinamarca, segunda en la fase de clasificación, recibió el premio. Y casi a contrarreloj tuvieron que organizar una selección que defendiera con honor los colores del país. Lo hicieron con, entre otros, un portero que aún mantiene su estirpe en la selección como Peter Schmeichel -que terminó como mejor portero de la Euro-. Pero, por el contrario, sin una estrella como Michael Laudrup, que no estuvo presente en la convocatoria.
El formato justo cambió tras esta Eurocopa, pues era muy diferente al actual. Jugaron dos grupos con ocho selecciones. Las dos mejores pasaban a semifinales y, de ahí, a la final. Suecia y Holanda fueron las primeras de cada grupo y se enfrentaron a las segundas, Alemania y Dinamarca. Dinamarca ganó en semis a Holanda tras unos sufridos penaltis y en la final se cargaron a una Alemania recién reunificada. Se obró el milagro y la selección que llegó de rebote se llevó una Eurocopa para el recuerdo.
Inglaterra, con todo
El conjunto de Southgate tenía ante sí una oportunidad de oro. Una Eurocopa especial que parecía hecha a medida. Y es que, pese a la diversidad de sedes que impulsó la UEFA, la selección de Inglaterra jugaría gran parte de sus partidos en territorio local y consciente de que las semifinales y la final serían en su campo. Nada más y nada menos que un Wembley que, además, ha contado con público gracias a la normativa del gobierno británico. El 'gol' del público ya lo tenían y solo faltaba encontrar el propio.
Ese cartel de ser una de las favoritas, sin embargo, no siempre ayuda a gestionar la presión. En el caso de Inglaterra, parece que sí. Los ingleses comenzaron la Eurocopa ganando con un solo gol ante Croacia, pero dejando entrever el gran potencial ofensivo con el que contaban. Pasaron la fase de grupos líderes y sin ninguna derrota. Imagen algo discreta, pero suficiente y sin sufrimiento. Los octavos podían marcar un antes y un después. Y acabó sucediendo.
Ganaron a Inglaterra con un 2-0 en el que Harry Kane se reencontró con el gol después de muchas dudas. Llegaron los cuartos y golearon a Ucrania para presentar su candidatura, ahora muy en serio, a ganar el título europeo. Y el turno de las semifinales será ante Dinamarca. Inglaterra quiere alcanzar la primera final de su historia en la Euro. Las dos semis anteriores acabaron con derrota ante Yugoslavia y Alemania. Pero este torneo es diferente, es especial, y Wembley verá como una de las dos selecciones obra lo que, a la vista de los datos, es casi un milagro.
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