Nueva polémica contra la UEFA. En esta ocasión, además, iniciada por una persona que ha trabajado muy cerca del organismo del fútbol continental. Se trata de Jonas Eriksson, un exárbitro sueco que llegó a dirigir las semifinales entre Gales y Portugal en la última Eurocopa. El colegiado, en una publicación en redes sociales, ha denunciado la forma de designar a los árbitros y ha hablado de corrupción en el estamento.
Eriksson habla de "un mundo sucio, político y falso donde la amistad, la corrupción, la lealtad y la nacionalidad juegan un papel". "No siempre son aquellos que se han movido mejor, han recibido la calificación más alta o se han entregado en la cima quienes se ganan la confianza. Esta vez, el mejor árbitro del torneo, sin un solo error claro, ya ha sido enviado a casa", llega a señalar sobre quién arbitra los partidos más importantes.
Su denuncia no ha pasado desapercibida y más teniendo en cuenta el momento de su publicación. El sueco ha aprovechado las horas previas al inicio de las semifinales para sembrar la duda.
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"Hace cinco años que arbitré la última semifinal de la Eurocopa entre Portugal y Gales. Aunque estaba feliz y orgulloso cuando salí al partido, hubo una profunda decepción conmigo y con mis compañeros: ¿por qué no se nos permitió pitar la final? La gente suele preguntar: ¿cómo te seleccionan para los últimos partidos? ¿Son logros? ¿Cómo clasifica a los árbitros? ¿Es el que menos errores comete? ¿Quién hace realmente la evaluación? La verdad es que es un luto oscuro.
Un mundo sucio, político y falso donde la amistad, la corrupción, la lealtad y la nacionalidad juegan un papel. Fútbol que habla de juego limpio y respeto, donde el reglamento es el mismo para todos, donde los cuatro mejores equipos que han ganado más partidos jugarán las semifinales en Londres esta noche y mañana, pero cuando se trata de arbitraje, sucede en salas cerradas, con agendas políticas y con todo menos lo mejor del fútbol en mente. Aquellos que son seleccionados, y él será seleccionado para la final, NO son automáticamente los tres mejores árbitros del torneo.
No siempre son aquellos que se han movido mejor, han recibido la calificación más alta o se han entregado en la cima quienes se ganan la confianza. Esta vez, el mejor árbitro del torneo, sin un solo error claro, ya ha sido enviado a casa. La decisión la tomó la alta dirección de la UEFA y no tiene nada que ver con las actuaciones durante la Eurocopa. Otros árbitros, que sin saberlo ellos mismos, tienen los contactos adecuados, el mejor respaldo político o proceden de países importantes, pitan más allá. Independientemente, ¡felicidades a los árbitros que pitan! Ninguna sombra debería caer sobre ellos. Lo que todos deberían saber, sin embargo, es que es un mundo podrido con una cultura lejos de ser buena y que yo, con perspectiva, puedo decir que estoy muy feliz de haber dejado de pitar hace tres años".
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