Antoine Griezmann y Ousmane Dembélé están en el centro del huracán. Los dos jugadores del FC Barcelona han protagonizado un vídeo con tintes racistas donde se ríen de varios empleados asiáticos. Unas imágenes que han dado la vuelta al mundo y que han llegado a las altas instancias de las grandes empresas vinculadas al Barcelona. Justo en un momento de crisis, y más allá de lo que perjudica a la imagen de ambos, Griezmann y Dembélé han tensado las relaciones con marcas vitales para la economía culé.
La más importante ha sido Rakuten, principal patrocinador de la entidad azulgrana. El CEO de la empresa, y días después de que saliera a la luz el vídeo, publicó un breve comunicado anunciando que pediría explicaciones al conjunto catalán. "Por eso estas declaraciones son inaceptables bajo cualquier circunstancia. Vamos a protestar formalmente contra el club y buscaremos su punto de vista", anunciaron desde la compañía para confirmar su malestar.
Un enfado que llega en un momento de debilidad económica en el Barcelona. El acuerdo con Rakuten aportaba, antes de la crisis de la Covid-19, unos 55 millones de euros por temporada a las arcas azulgranas. Tras renegociar el contrato y ampliarlo hasta 2022, la cifra ha bajado a casi la mitad. Sin embargo, siguen siendo fondos lo suficientemente importantes como para no arriesgarse a perderlos dada la situación de las cuentas azulgranas.
Y es que cabe recordar que Javier Tebas, presidente de LaLiga, explicó recientemente que casi la mitad de las pérdidas que se habían cosechado en la competición pertenecían al Barcelona. Algo más de 700 millones de euros cuya mitad pertenecían a la entidad azulgrana, ahora con un nuevo frente tras el enfado de los patrocinadores.
Los dos jugadores ya han pedido disculpas públicamente, gesto que confirma que las palabras que se han recogido en el vídeo son reales. Pero el impacto de las imágenes, y la importancia del mercado asiático en el Barcelona, impiden que lo sucedido pueda olvidarse en apenas unos días. Reflejo de cómo ha afectado a nivel empresarial el vídeo es el 'despido' de Konami a Griezmann, que tenía un proyecto de patrocinio con dicha marca y que se ha esfumado por sus imágenes.
La historia del vídeo
La filtración del vídeo comenzó a coger fuerza en redes sociales el pasado sábado. Especialmente por la publicación y repercusión entre cuentas asiáticas de Twitter. Los dos jugadores no tardaron en convertirse en tendencia y cuando la prensa japonesa recogió las imágenes no había vuelta atrás. El vídeo carecía de calidad, tanto visual como en su sonido. Sin embargo, algunas de las frases que recogieron medios internacionales dejaban claro el contenido racista.
"Todas estas caras feas solo para que puedas jugar al PES, ¿no te da vergüenza? ¿Qué tipo de lenguaje es ese?", fueron algunas de las frases realizadas por los jugadores, así como burlas sobre el avance tecnológico del país asiático mientras los trabajadores intentaban solucionar un problema con su consola. Pero, pese al revuelo actual, las imágenes no son actuales.
Todo apunta a que correspondan a una concentración durante el verano de 2019. El Barcelona acudió a realizar una gira de pretemporada y pasó por Japón para disputar algún amistoso. Griezmann y Dembélé, amigos tanto en el vestuario culé como en el Barcelona, se reunieron para jugar a la play. Y, con Dembélé grabando las imágenes y subiéndolas a Snapchat, se produjeron los hechos que ahora se han revelado y que ponen en duda su futuro como culés.
El Barça, que ha condenado los hechos y ha confirmado que los jugadores se han disculpado, podrá tomar medidas. El club "se reserva el derecho a tomar las medidas internas que considere oportunas".
El Barça necesita ventas
El conjunto catalán es consciente de que tendrá que aligerar su plantilla para retener a Leo Messi. Parece que el acuerdo para su fichaje, pues el tiempo de la renovación ya pasó, está cerrado. El único fleco que falta es ver cómo encajarlo en la estructura salarial y económica de club para que LaLiga no rechace su inscripción. Y ahí entran en escena tanto Dembélé como Griezmann, que llevan meses envueltos en rumores y que justo han sufrido la filtración del vídeo en su momento más duro. Sus casos son diferentes, pero con una conclusión similar.
Dembélé, sin ir más lejos, tenía serias opciones de salir traspasado este verano. Su contrato acaba en 2022 y tras la Eurocopa el escenario era el de una renovación o el de un traspaso que solventara los problemas financieros del Barcelona. La Premier League era quien estaba mejor posicionada, con un Manchester United que siempre ha querido incorporar al explosivo extremo. Y Dembélé, centrado en el torneo de selecciones, tampoco ha tenido prisa.
Sin embargo, todo ha cambiado. El galo está lesionado, lo que le perjudica a la hora de negociar una mejora contractual y rebaja su valor en el mercado. Y por si fuera poco, se ha sumado ese vídeo filtrado donde es el galo quien graba la escena y la publica entre su círculo más cercano. Las peticiones de fans de todo el mundo para que sean cesados se han multiplicado. La imagen de Dembélé queda muy tocada y la salida que estaba intentando evitar el Barcelona puede ser ahora la mejor opción.
Por su parte, Griezmann también ha estado vinculado a un posible traspaso. El francés no ha terminado de encajar con Koeman y varias ruedas de prensa de la última temporada las protagonizó él. Por qué no jugaba o cuál era su papel eran algunas de las preguntas habituales que le hacían al técnico azulgrana. Griezmann, intentando acallar las críticas en el césped, tampoco terminaba de arrancar. Con contrato hasta 2024, pero con mucha competencia en la punta de ataque, el vídeo también puede suponer su fin como culé.
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