Lo de Italia en esta Eurocopa ha sido ir de más a menos, pero con una capacidad de supervivencia descomunal. Basándose en una pareja de centrales legendaria como la de Leonardo Bonucci y Giorgio Chiellini, en un centro del campo muy dinámico que en la noche de este domingo tuvo muchas dificultades y las individualidades de Lorenzo Insigne y Federico Chiesa, ha conseguido imponerse a Inglaterra en la que muchos consideraron como su torneo al jugar seis de siete encuentros como local. En la gran final, supieron recomponerse del gol inicial de Luke Shaw para mejorar en la segunda parte y encontrar un tanto balsámico en los pies de Bonucci. El partido se decidió en la tanda de penaltis donde Donnarumma se convirtió en héroe al parar el último disparo. [Italia (3) 1-1 (2) Inglaterra: Narración y estadísticas]
Una final de infarto que vivió un letargo durante la prórroga con la tensión habitual de dos selecciones que se estaban jugando la gloria continental. El punto de penalti volvió a ser decisivo, como lo fue en la semifinal ante España. Jorginho pudo ser héroe y repetir su heroicidad, pero se encontró con Pickford. Bukayo Saka, a sus 19 años, no pudo alargar una tanda de penaltis en la que Gareth Southgate tuvo una gran relevancia.
El seleccionador hizo dos cambios antes de que acabase el encuentro. Retiró del campo a Jordan Henderson, que había entrado durante el partido, y a Kyle Walker para introducir a Jadon Sancho y a Marcus Rashford. Ambos fallaron sus respectivos lanzamientos. Llamativo fue el del segundo. Tardó más tiempo que nadie, se colocó de manera extraña e hizo una 'paradinha' para tratar de engañar a Donnarumma; todo terminó con el balón pegando en el palo. Los dos nuevos compañeros del Manchester United vivieron una pesadilla.
Además, esta final siempre tendrá tintes de 'Maracanazo'. Era el torneo que todo el mundo veía posicionado a favor para que Inglaterra se hiciera con su primera Eurocopa jugando en casa. No se habían movido prácticamente de Wembley en todo el campeonato. Se adelantaron en el marcador en la final. Todo el país se había agolpado en las calles de Londres. Pero todo ha terminado con un triste final. La maldición que les ha acompañado en los últimos 55 años sigue presente.
El gol más rápido
Si alguien podía asegurar antes del encuentro que en el primer ataque de Inglaterra, Italia iba a recibir el primer gol del partido, debería de empezar a valorar sus habilidades como 'medium'. La selección de Mancini se había mantenido muy sólida, con un Donnarumma prácticamente imbatido, dos centrales de una clase para la historia como Bonucci y Chiellini y un bloque compacto que presiona muy bien. Nada de eso sirvió para evitar que Luke Shaw marcase el gol más rápido en la historia de una final de la Eurocopa.
Una gran contra que elevó de nivel un Harry Kane al hacer un gran desplazamiento hacia Kieran Trippier caería en los pies del jugador del Atlético de Madrid. Si algo tiene bueno este jugador es su capacidad para centrar. A ese guante que tiene en el pie derecho no le puedes dejar ni medio metro si no quieres tentar a la suerte. Eso es lo que hizo la zaga italiana. Para rematar la acción, durante el excelso centro, Di Lorenzo perdió de vista su espalda, donde apareció el lateral del Manchester United para hacer un gol que callará la boca de José Mourinho.
La sensación de que Italia no había llegado a Wembley estaba en el ambiente. Inglaterra estaba encontrando en la banda izquierda de Emerson una auténtica autopista. Las incorporaciones de Walker y un Trippier que era la gran novedad de Gareth Southgate se estaban imponiendo para poner en aprietos a los italianos. De hecho, el aumento de la preocupación por este lateral también hacía que volvieran a descuidar la marca de Shaw. El diablo rojo estuvo a punto de hacer el segundo en la primera mitad.
Rice y Phillips
Si había una zona del campo en la que estaban dominando los ingleses era en la del centro del campo. El doble pivote que conformaban Declan Rice y Kalvin Philipps estaba siendo una barrera imposible de superar para la medular transalpina. Ni Jorginho, ni Verratti, ni Barella aparecieron en la primera mitad del choque. Chiesa aún así tendría la más clara de los italianos pasado el minuto 30 con una gran internada en el área, pero su disparo se marchó a un lado de Pickford.
Eso sí, ellos mismos también provocaron que el equipo se fuera aculando poco a poco. Si bien es cierto que no había un espacio para que Italia pudiera entrar en el área inglesa, en los últimos minutos del encuentro se vio un cambio de tendencia que terminaría marcando el choque. El partido llegaba al descanso sin más goles y con el favoritismo de Inglaterra. Algunos en la grada se atrevían a elevar sus trofeos de plástico, pero quedaba mucho tiempo todavía por jugar.
Italia se viene arriba
Aunque la segunda mitad comenzó con un posible penalti en el área italiana después de que Sterling volviera a verse en el suelo, las tornas habían cambiado. Ni una acción similar a la que le dio el pase a la gran final a Inglaterra frente a Dinamarca serviría para que los británicos se siguieran viendo superiores. Kuipers no determinó que la acción fuera pena máxima y pocas veces más volvería a pisar el área transalpina el equipo de Southgate.
Como hiciera ante España, Mancini sacaría del campo a Barella y a Immobile para introducir a Cristante y a Berardi. La presencia con el balón de los italianos en campo contrario siguió creciendo. Lorenzo Insigne avisaría a los 10 minutos con un gran disparo que detendría Pickford siendo el primer gran aviso de la mejoría transalpina en el partido.
Pero fue la ocasión de Federico Chiesa la que mostró que Inglaterra había dado un paso atrás. El autor del gol en la semifinal ante España estuvo a punto de volver a sorprender con un gran disparo, pero en esta ocasión fue el meta del Everton quien se convertiría en héroe salvando un tanto que algunos ya daban por hecho. El guardameta, cinco minutos después, se convertiría en el enemigo en casa.
Aunque la acción tenía su dificultad, su poca contundencia a la hora de detener el remate de cabeza de Verratti propició que Bonucci pudiera llegar desde atrás para meter el balón en la portería. Un gran lío en el área después de que peinaran un córner entre Jorginho y Chiellini acabaría en la cabeza del centrocampista del PSG. Pickford llegaría a ese remate picado, pero el balón golpearía en el interior del palo y quedaría a placer para que el central de la Juventus anotase el empate.
Calma tensa
Con este tanto, Italia conseguía la recompensa que estaba mereciendo, pero quería más. Estaba demostrando que quería más esta final en la segunda mitad y estuvieron a punto de conseguirlo en un balón en profundidad hacia Berardi que cazó al vuelo en una salida tímida de Pickford. El balón se fue por encima de la portería inglesa.
Antes de que acabaran los noventa minutos, Italia recibiría la mala noticia de que Chiesa no podía seguir. Estaba siendo, como en el resto del torneo, uno de los jugadores individuales más destacados. Problemas en su tobillo obligaron a su sustitución y sería Federico Bernardeschi el que entraría al campo.
La prórroga
La tensión se apoderó de los dos equipos con la llegada de los 30 minutos que podían significar el desenlace de esta Eurocopa. El dominio fue dispar para los dos equipos y ambos gozaron de ocasiones. Lo intentó Phillips primero desde fuera del área con un tiro lejano. Respondería Bernardeschi con un gran centro de Emerson, pero Pickford salió para atajar el balón.
Los balones aéreos seguían siendo la principal baza para Inglaterra, sobre todo en la cabeza de Harry Maguire. Ahí aparecería un magistral Gianluigi Donnarumma para imponerse cada vez que lo intentaban. Jorginho se jugó la expulsión a falta de siete minutos, pero Kuipers no entendió que la entrada terrorífica que hizo a Jack Grealish y así se llegaría al final de los 120 minutos. La Eurocopa de las prórrogas y los penaltis se resolvería así. La que mejor se mostró en esta especialidad tras clasificarse en semifinales del mismo modo se llevó el gato al agua.
Italia - Inglaterra
Italia: Donnarumma; Di Lorenzo, Bonucci, Chiellini, Emerson (Florenzi, min. 118); Barella (Cristante, min. 54), Jorginho, Verratti (Locatelli, min. 96); Chiesa (Bernasdeschi, min. 86), Immobile (Berardi, min. 55) e Insigne (Belotti, min. 91).
Inglaterra: Pickford; Trippier (Saka, min. 70), Walker (Sancho, min. 120), Stones, Maguire, Shaw; Rice (Henderson, min. 74; Rashford, min. 120), Phillips; Mount (Grealish, min. 99), Kane y Sterling.
Goles: 0-1, Shaw, min. 2; 1-1, Bonucci, min. 67.
Árbitro: Bjorn Kuipers (NED) amonestó a Barella (min. 47), Bonucci (min. 55), Insigne (min. 86), Chiellini (min. 96) y Jorginho (min. 114) por parte de Italia y a Maguire (min. 106) por parte de Inglaterra.
Incidencias: Partido correspondiente a la final de la Eurocopa disputado en el estadio de Wembley ante 67.173 espectadores.