Pedro Sánchez confirmó este sábado los numerosos cambios en el Consejo de Ministros. El presidente del Gobierno realizó hasta siete modificaciones y dejó caer a varios pesos pesados de su equipo. Una de esas salidas la protagonizó Rodríguez Uribes, que accedió al cargo hace algo más de un año y que abandona el Ministerio de Cultura y Deportes para dejar espacio a Miquel Iceta.
El catalán se hará cargo de una cartera que en los últimos años ha vivido una evidente situación de inestabilidad. Desde que Sánchez llegara a La Moncloa, son ya cuatro las personas diferentes que se han hecho cargo de Cultura y Deporte. Y, en su mayoría, con escasa relación con el mundo deportivo cuya industria aporta un 3,3% del PIB español.
Este último cambio, igual de sorprendente para el mundo del deporte, llega en un momento especialmente delicado. Y es que en apenas dos semanas darán comienzo unos Juegos Olímpicos históricos tras su aplazamiento el año pasado por la Covid-19. Iceta vivirá así su primera cita olímpica como ministro de Deportes, aunque sin conocer ninguna vinculación con el sector salvo un nexo familiar. Con él, serán cuatro los ministros que han ocupado dicha cartera y tres los Secretarios de Estado para el Deporte que se han sucedido desde 2018.
Ministros cuestionados
El primer contacto de Pedro Sánchez con la presidencia del Gobierno llegó en 2018 con la victoria de su moción de censura contra Mariano Rajoy. El por entonces solo líder de PSOE estableció un Consejo de Ministros con caras nuevas y sorprendentes. Entre ellas, la del periodista Màxim Huerta. Un hombre con respeto en el mundo de la cultura, pero sin gran vinculación con el mundo del deporte.
De hecho, al poco de llegar al cargo, se recuperaron numerosos mensajes en redes sociales donde demostraba que la pasión por el deporte no estaba entre sus principales cualidades. Mensajes que se le volvieron en contra y que generaron cierta incertidumbre en el sector ante la duda de cómo sería su gestión. Una incertidumbre que, sin embargo, no duró mucho. Huerta tuvo que dimitir tan solo seis días después de llegar al Ministerio por el escándalo de sus impuestos.
La oportunidad de tener a un ministro con conocimiento del mundo del deporte renacía, pero tampoco hubo suerte. Pedro Sánchez designó a José Guirao, que sí poseía conocimientos y experiencia en la gestión cultural, como nuevo ministro de Cultura y Deporte. Guirao, frente a su currículum en la administración cultural, no tenía ninguna vinculación con el deporte en su historial. Volvieron entonces las críticas.
No sería hasta enero de 2020 cuando, previa victoria electoral del PSOE, llegó un ministro con vinculación deportiva al Ministerio de Cultura y Deportes. José Manuel Rodríguez Uribes, quien hasta hace unas horas ocupaba dicha cartera, recuperó ligeramente la importancia de un sector que parecía olvidado a la hora de hablar en términos políticos. Rodríguez Uribes, aficionado al baloncesto y madridista reconocido, se puso al frente justo antes de que estallara la pandemia de la Covid, que obligó a paralizar competiciones y crear protocolos, y en plena batalla entre RFEF y LaLiga.
Su paso por el ministerio ha acabado con esta revolución de Sánchez en su Ejecutivo. Y finaliza sin que se haya aprobado todavía la Ley del Deporte, que llegará al parlamento el próximo otoño. Por el contrario, sí se ha aprobado en el Consejo de Ministros el proyecto de Ley Antidopaje y se ha impulsado la Liga Ellas, primera competición femenina considerada profesional.
Miquel Iceta, su nuevo sustituto, recupera esa vertiente de ministros de Deportes sin vinculación conocida. En alguna entrevista, el que fuera líder del PSC aseguró que su deporte favorito para realizar era "caminar", pero no hay nada más allá de ese horizonte. La única historia a su favor, y que él mismo ha compartido en redes sociales, es que su tío-abuelo fue jugador y entrenador de fútbol. Luis Iceta Zubiaur jugó en el Athletic durante siete temporadas y en 1951 fue coseleccionador español.
Cambios en el CSD
El Consejo Superior de Deportes, segundo organismo más importante en cuanto a la gestión deportiva se refiere, ha seguido la misma línea de inestabilidad que el Ministerio. María José Rienda fue quien se hizo con la Secretaría de Estado en 2018 con la llegada de Pedro Sánchez al Gobierno. En sustitución de Lete, la exesquiadora generó cierto consenso en el sector por el simple hecho de haber vivido el deporte en primera persona. Sin embargo, con la llegada de Rodríguez Uribes al ministerio, también se produjo el cambio al frente del CSD.
En esta ocasión fue Irene Lozano quien se hizo con las riendas como nueva Secretaria de Estado para el Deporte. Puede que fuera la designación más polémica de los últimos años, pues a Lozano no se la conocía ninguna relación con el mundo del deporte y muchos la acusaron de no tener la capacidad suficiente para gestionar el Consejo Superior de Deportes. Al igual que Rodríguez Uribes, le tocó dar la cara en el momento más complicado. Pandemia, paralización de competiciones, reanudación de las mismas y la batalla entre la RFEF y LaLiga en la que Lozano ha tenido que intervenir en varias ocasiones.
Con Lozano al frente se realizó la promesa de crear una liga de fútbol femenina profesional y en su último acto al frente del CSD realizó una breve presentación de esta nueva liga. Curiosamente, acompañada de una Carmen Calvo que también ha sido cesada en esta última remodelación. Lozano dio un paso atrás para concurrir a las elecciones madrileñas en el PSM y, por tercera vez, el Consejo tendría nueva presidencia.
La designación no tardó en llegar: José Manuel Franco pasaba de Delegado del Gobierno en Madrid a nuevo presidente del Consejo Superior de Deportes. Franco concretó la creación de la nueva liga femenina y será el encargado de relanzar esa nueva Ley del Deporte en la que se venía trabajando durante meses. Además, vivirá sus primeros Juegos Olímpicos como Secretario de Estado. Y lo hará después de que los deportistas hayan visto, en apenas siete meses, dos ministros de Deportes y dos presidentes del CSD.
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