Luis Rubiales llegó a la presidencia de la RFEF con un claro cometido: recuperar la hegemonía del fútbol nacional que había cosechado al final de la primera década del siglo XXI y al comienzo de la siguiente, así como hacer del fútbol del país un lugar más saneado económicamente. Los resultados deportivos recientes, así como las cuentas que ha mostrado en la última asamblea, demuestran que el transatlántico que conduce el exjugador va por buen camino.
España ha hecho una gran Eurocopa a los mandos de Luis Enrique Martínez, la apuesta personal del presidente canario que se vio envuelta en una tragedia y una posterior polémica. Tampoco fue fácil el desarrollo del torneo, con la Covid-19 amenazando y una vacuna que provocó un cisma nacional. Además, se ha refrendado también que las categorías inferiores están haciendo un buen trabajo con un Europeo sub21 en el que se rozó un nuevo éxito y unos Juegos Olímpicos en los que se logró una histórica medalla de plata.
Pero el trabajo de la Federación no se refleja solo en lo deportivo, también en lo económico. Las cuentas de la Federación se encuentran en un estado mucho más óptimo de lo que estaban en el inicio de esta etapa: con más patrocinios y más ingresos derivados de acuerdos que, sobre todo, han mejorado las competiciones que dependen de la RFEF. Por tanto, Luis Rubiales puede presumir de gestión y el último verano avala también deportivamente su trabajo.
Un camino difícil
21 de septiembre de 2020. Sin oposición, Luis Rubiales fue reelegido presidente de la Real Federación Española de Fútbol. Un puesto que, tras ganar las elecciones, ocupará hasta el próximo 2024. Por delante quedaban meses muy duros, en tiempos de pandemia, y con un horizonte clave para el fútbol español a nivel de selecciones. La Absoluta se jugaba la UEFA Nations League y la Eurocopa. La sub21, el Europeo y los Juegos Olímpicos. Las apuestas del presidente estaban claras.
Al frente de la selección española estaba Luis Enrique. El técnico ha estado envuelto en polémicas desde que comenzara en el mundo del fútbol. Da igual que se recuerde su etapa de jugador o la de entrenador. Siempre le han perseguido las ruedas de prensa tensas y los titulares duros ante cada micrófono. Sin embargo, su personalidad a la hora de dirigir el banquillo y formar un grupo de jugadores conquistó a Rubiales desde el primer momento.
Cuando surgió el conflicto con Robert Moreno, el presidente de la Federación apostó por Luis Enrique. Y durante las crisis de confianza que ha atravesado el equipo nacional, la postura del mandatario ha seguido siendo la misma. "Hemos tomado decisiones difíciles, pero con valores. Estoy contento de que esté con nosotros y aquí va a estar hasta que quiera, por lo menos mientras esté yo". Esta fue una parte del discurso del presidente de la Federación cuando salió reelegido. El respaldo, la unión y la confianza: todo estaba bien fijado entre Rubiales y Luis Enrique.
Al frente del segundo equipo nacional se quedaría Luis de la Fuente. Presente en el banquillo desde 2018, fue una de las primeras revoluciones que llevó a cabo Rubiales en la Federación. Había que reestructurar todos los equipos. Y De la Fuente fue una de las apuestas del presidente. Tres años después, el seleccionador sub21 se ha erigido como uno de los grandes aciertos. Desconocido para muchos, ya incluso se postula como seleccionador de la Absoluta en un futuro. Su juego gusta y su mano con los medios también. Un perfil diferente a Luis Enrique, pero con coincidencias entre ambos: llevar a la Selección a lo más alto.
Sorpresa en la Euro
Llegó la Eurocopa y comenzaron las dudas. Justo además en el momento en el que el seleccionador dio la lista de convocados. Sin Sergio Ramos, Luis Enrique dejó sin representación al Real Madrid. Pero, además, también se 'cargó' a nombres con popularidad en el fútbol español como Iago Aspas o Jesús Navas. Sorpresas incomprensibles para muchos, incluidos los afectados, y que ya generaron un clima de incertidumbre en el entorno de la Selección. Sin embargo, era la apuesta de Luis Enrique. Y el técnico, a su vez, apuesta de Rubiales.
Para colmo, los resultados tardaron en llegar. Para el recuerdo quedan ya los dos empates en dos jornadas que sumó España en La Cartuja. Contra las cuerdas, sin gol y con Álvaro Morata en el centro de las críticas. Luis Enrique si las esquivaba era por el delantero madrileño. Hasta que una pobre Eslovaquia, en la última jornada y con todo en juego, ejerció de despertador a la Selección. Goleada, pase a octavos y hora de la verdad.
El equipo de Luis Enrique empezó a gustarse en ataque y a lucir algunos momentos su mejor juego posible. No fue suficiente para ir por el camino de la tranquilidad, y tanto Croacia como Suiza llevaron al límite a la Selección. Sin embargo, 'descorchado' el champán goleador, España creció y creció. Y con él, el ejército de defensa a Luis Enrique fue conquistando hasta al más reacio. Solo Italia, y en la tanda de penaltis, arrebató a España la final de una Eurocopa en la que muchos nunca creyeron.
Luis Enrique, al fin y al cabo, salió reforzado de un campeonato que podía haber supuesto su final. Con una plantilla que generó dudas y con un inicio trabado en ataque e ideas, el técnico asturiano alcanzó las semifinales mientras potencias como Francia, Alemania o Portugal decían adiós.
El próximo reto está cerca. Y mucho. Puede suponer el primer título del nuevo equipo nacional, que ha atravesado estos últimos años una fase de reconstrucción tras la época dorada de Aragonés y Del Bosque. Será el próximo mes de octubre cuando España dispute la fase final de la UEFA Nations League tras pasar como primera de grupo superando a Alemania. Los de Luis Enrique se las verán en semifinales con Italia y esperan poder jugar la final ante Bélgica o Francia. Puede suponer la consagración del proyecto y más pensando en el Mundial 2022, donde la RFEF tiene puesto el ojo.
Catar será la gran prueba para el grupo joven que ha formado Luis Enrique. Hay jugadores como Pedri, Dani Olmo o Pau Torres que llegarán más formados y otros de la Sub21 ya apuntan a dar el salto. A Luis Enrique le salió el plan en la Eurocopa y eso es una garantía para formar la base del próximo Mundial.
De la Fuente, plata
La selección sub21 comenzó su 'fiesta' futbolística del verano el pasado mes de junio. A un mes de que comenzaran los Juegos Olímpicos, el conjunto nacional debía disputar el Europeo sub21. Un torneo exprés que la UEFA reconfiguró por el calendario y por la pandemia y que tenía a España como una de las favoritas al título. En el equipo de Luis de la Fuente, jóvenes revelaciones de La Liga como Bryan Gil o delanteros como Javi Puado. Y en el aficionado español, esperanzas de poder conseguir el título.
España, que ya había conseguido el pase a cuartos de final en una fase de grupos disputada en marzo, se tenía que enfrentar a Croacia. Sufrió y mucho, pero las sensaciones siempre fueron de dominio. De un juego vertical y ofensivo que no perdía la pasión por mantener el balón. Ganaron a Croacia (2-1) y pusieron rumbo a semifinales. Fue ahí donde acabó el idilio en el Europeo, aunque con mala suerte y polémica arbitral contra Portugal. España dijo adiós y se puso a trabajar en el objetivo de los Juegos Olímpicos.
Luis de la Fuente lo tenía claro. El reto era el oro. La obligación, prácticamente, era esa. "Yo solo quiero hacer bien mi trabajo y quiero competir por lo máximo, siendo consciente de que ser medallista en unos Juegos Olímpicos, yo que suelo seguirlos desde fuera, me parece un sueño. Ahora mismo no soy consciente, seguramente, de lo que tenemos entre nuestras manos", explicó en una entrevista para EL ESPAÑOL.
Y aunque no cumplió del todo, se quedó a escasos minutos de hacerlo. España volvió a pasar por apuros en la fase de grupos, en cuartos y en semifinales. Pese a todo, los de De la Fuente se colaron en la final, aseguraron una medalla para la delegación nacional en Tokio y se encontraron con la historia. La final no acabó de su lado y Brasil terminó imponiéndose en la prórroga. España, la sub23 de De la Fuente que llegó en 2018 con mucha presión, logró la recompensa de la presea.
Más allá del premio del metal, España asegura un futuro ilusionante con una plantilla de garantías. Reflejo de ello es la conexión que está habiendo entre la Absoluta y la Sub21: compartiendo jugadores y otorgando mayor nivel a lo que debería ser una categoría inferior. Las apuestas de la Federación en sus dos principales equipos, hasta el momento, están resultando más positivas.
Cuentas de oro
Al final lo que queda en el aficionado son estos resultados deportivos, muy buenos, pero donde la Federación ha pegado un gran salto ha sido en la gestión económica. Rubiales ha conseguido casi doblar el número de patrocinadores y casi triplicar los ingresos en tres años.
Desde la llegada de Rubiales al poder en 2018, hay 15 entidades nuevas, se ha pasado de 18 empresas a 33, que invierten en la Federación y los ingresos por patrocinios han aumentado de los 31 millones a los más de 80 millones en la actualidad.
Cabe destacar que todo esto se ha producido en un contexto de pandemia mundial desde 2020. Si bien es cierto que la mayor parte de estos patrocinios y acuerdos, que han incrementado las cifras de negocio, se produjeron sobre todo en la primera parte de la legislatura de Rubiales, lo importante es que no se han perdido en el inicio de la nueva después de ser reelegido. De hecho, todos los indicadores hacen pensar que, una vez la crisis de la Covid-19 se supere, llegarán nuevos patrocinios y con ellos nuevos ingresos.
Los éxitos deportivos han sido un impulso para que las empresas tengan como activo muy valioso a la Federación y, sobre todo, a la Selección. El posicionamiento de SEAT, CaixaBank, Iberia, Pelayo, El Ganso o RENFE es clave para que este crecimiento siga con la misma tendencia. También es importante que España haya sido el único combinado nacional en semifinales de la Eurocopa que vestía Adidas.
Centrando el tiro en la RFEF como estructura, el cambio que han sufrido la Copa del Rey y la Supercopa de España han sido trascendentales para mejorar las condiciones del fútbol no profesional. El fútbol femenino todavía tiene que recibir su gran impulso derivado de la profesionalización, pero en estas dos últimas temporadas ha recibido una gran cantidad de apoyos en forma de nuevos colaboradores. También se han mejorado las condiciones del Comité Técnico de Árbitros, uno de los más y mejor valorados de Europa.
Además, la Federación también se ha abierto a las nuevas tecnologías que traen de la mano más vías de ingresos. Un ejemplo es el del fenómeno del lanzamiento de los 'fan token', que consiguió un récord europeo de ventas el día en el que la RFEF lanzó el de la Selección el pasado 30 de julio.
No se puede olvidar que el gran premio para la gestión de Rubiales podría llegar de una de las apuestas más importantes que ha hecho el Gobierno y la RFEF: la candidatura conjunta de Portugal y España para acoger el Mundial de 2030. Ese punto será uno de los ejes centrales de esta nueva legislatura que comenzó esta última temporada después de la reelección de Luis Rubiales.
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