Las claves de la crisis entre FIFA y los clubes europeos: la CONMEBOL está contra las cuerdas
Las principales competiciones se niegan a ceder a sus jugadores en el próximo parón por seguridad. La FIFA espera ganar el pulso.
27 agosto, 2021 00:34Noticias relacionadas
El parón de selecciones de septiembre está en el aire. Y especialmente para las selecciones vinculadas a la CONMEBOL. Los clubes europeos, representados en las principales ligas del continente, se han negado a ceder a sus jugadores a todos los países pertenecientes a dicha asociación por las medidas contra la Covid-19. Por su parte, la FIFA ha pedido "responsabilidad" y las amenazas para tomar acciones legales vuelan de un lado a otro. Una última crisis del fútbol mundial que deja muy debilitados los próximos partidos de clasificación para el Mundial.
El conflicto entre las partes no es repentino, sino que se venía generando desde hacía tiempo. La FIFA tomó de manera unilateral la decisión de ampliar en dos días el calendario de selecciones para aquellas pertenecientes a la CONMEBOL. Una modificación que no gustó, pues mientras el resto de selecciones tenía que concentrar sus encuentros y entrenamientos en nueve días, las de la CONMEBOL podían hacerlo en 11. Una diferencia clave en tiempos de pandemia y que afecta tanto a los parones de septiembre como a los de octubre.
Las primeras fechas, y que son las que más riesgo tienen de verse afectadas, van del 30 de agosto al 9 de septiembre en el caso de la COMNEBOL. Teniendo en cuenta que el último partido en competiciones como LaLiga es el domingo 29 y el siguiente al parón se debe disputar el 10 de septiembre, el margen de tiempo es mínimo.
Por ejemplo, en el caso del Atlético, jugadores como Luis Suárez disputarían su último encuentro el día 29, pero con la selección uruguaya tendría encuentros los días 3, 6 y 9. El día 11, Suárez tendría que estar con el Atlético. Y, teniendo en cuenta las restricciones sanitarias, su regreso sería imposible. Al contrario, selecciones pertenecientes a la UEFA como puede ser España, jugará los días 2, 5 y 8 de septiembre, dando mayor margen a los jugadores.
Una situación que en competiciones como Reino Unido o Italia, que también han protestado, puede ser más dañina aún para los clubes por las restricciones impuestas según el país de procedencia. La FIFA quiere que se siga el protocolo que se vio en la Eurocopa, pero la postura parece muy alejada una de la otra.
Además, el hecho de no extender la circular FIFA 1749 complica el visto bueno de los clubes. Esa circular permitía rechazar convocatorias de países donde al regresar fuera obligatoria una cuarentena, pero su efecto quedó caduco y la batalla puede extenderse a los despachos judiciales. Ahora la FIFA, si los jugadores no acuden con las selecciones y juegan los encuentros de clubes, podría sancionarles. La tensión está servida.
La Premier detona al crisis
El conflicto comenzó el pasado martes con la Premier League lanzando un comunicado tajante respecto a ceder a los jugadores. La competición británica, una de las de mayor peso dentro del panorama europeo, aseguraba que con el apoyo de todos los clubes se había decidido prohibir a los jugadores convocados por selecciones de la Conmebol. Era un movimiento clave señalando a la FIFA.
La liga británica destacaba que "por unanimidad", los equipos habían optado por "no liberar a los jugadores" que tuvieran que acudir a territorios incluidos en la lista roja de países que tiene Reino Unido. Es decir, aquellos con una situación sanitaria por la Covid-19 complicada. En total, la medida afecta a prácticamente 60 jugadores de 19 clubes que tenían que acudir a hasta 26 países diferentes y presentes en la lista roja solo durante el parón de septiembre.
El fútbol español no tardó en reaccionar y un día después LaLiga emitió un comunicado muy similar al de la Premier, aunque incluso más duro contra la FIFA. La competición nacional trasladó su apoyo "en todos los ámbitos" a los clubes que se negaran a liberar a sus jugadores. Pero, además, fueron un paso más allá al anunciar "acciones legales pertinentes" contra la decisión de la FIFA por afectar "a la integridad de la competición".
El organismo liderado por Gianni Infantino no se quedó callado y el mismo miércoles amplió ligeramente la batalla de comunicados. En su caso, algo más conciliador pidiendo a España y Reino Unido la "responsabilidad de preservar y proteger la integridad deportiva de las competiciones en todo el mundo". Infantino incluso telefoneó a Boris Johnson, primer ministro británico, con el objetivo de relajar las restricciones a los jugadores que acudieran a países de la lista roja. El político ya fue clave durante la crisis de la Superliga e Infantino ha buscado un aliado en él, pero la falta de respuesta por parte de la FIFA no hace indicar que el convencimiento fuera instantáneo.
LaLiga pide cautelares
Sin embargo, el goteo de críticas a su decisión ya era imparable. La Serie A, cuando parecía que el asunto se había calmado levemente, respaldó las decisiones de Premier y LaLiga pues "al regresar a Italia está previsto el aislamiento obligatorio" y en caso de cumplirlo, se "crearían disparidades competitivas" para los equipos que perdieran a los jugadores.
El último refuerzo lo hizo la propia Liga, que tras una reunión con los clubes afectados anunció la comunicación a todos los jugadores convocados la "imposibilidad del desplazamiento" con las selecciones hasta que "se aclara la situación y la problemática actual". Además, ha acordado de forma unánime indicar "medidas cautelares" para "proteger los derechos e intereses" tanto de la Liga como de los clubes.
El total de afectados en el fútbol español es de 25 jugadores de 13 clubes diferentes, aunque la cifra puede aumentar en las próximas fechas. Entre otros se encuentran jugadores del Real Madrid como Casemiro o Fede Valverde, del Atlético como Giménez y Luis Suárez, o del FC Barcelona como Araujo, aunque la lista va hasta Betis o Sevilla.
Queda prácticamente una semana para que esos partidos se disputen. Los jugadores, por el momento, sigue concentrados en las jornadas ligueras. Sin embargo, la incertidumbre y las tensiones entre los diferentes organismos les han dejado en un segundo plano. Infantino busca el acuerdo y los clubes se niegan a perder jugadores.
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