Arabia Saudí, Emiratos y Catar: el papel del deporte en el conflicto por dominar el Golfo Pérsico
Una disputa geopolítica se ha convertido en el epicentro de la guerra por ser el país puntero de Oriente Medio en lo que a deporte se refiere.
25 agosto, 2021 00:00Noticias relacionadas
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El deporte se ha visto inmerso en una batalla geopolítica después de que los 'petrodólares' y los 'gaseodólares' han pasado a dominar gran parte del panorama mundial. Arabia Saudí, los Emiratos Árabes Unidos y Catar vieron una oportunidad para invertir y mejorar su imagen en todo el globo a través de las diferentes competiciones en las que han empezado a tener influencia, ya fuera llevándoselas a sus territorios o creando entidades que dominen las mismas.
Desde que en 2017 Arabia Saudí y los Emiratos decidieron cortar sus lazos diplomáticos con Catar, la guerra en lo deportivo entre estos países se llevó a otro nivel. Antes ya habían comenzado lo que algunos conocen como una clara limpieza de imagen, con el desembarco de EAU con el City Football Group o de la mismísima familia real catarí en el PSG.
Arabia y los Emiratos, junto a otros países de Oriente Medio, dieron el paso adelante para crear una de las crisis diplomáticas más graves entre los países del Golfo en los últimos años. Estos acusaron a Catar de apoyar al terrorismo y de estar favoreciendo las sublevaciones que se estaban produciendo en sus países y en el entorno de la zona. Los sucesos en Libia y Siria y las acusaciones de apoyar a Daesh y Al Qaeda seguían tensando la cuerda entre estos tres países, que también reprochaban su acercamiento a Turquía e Irán.
La alianza arábica-emiratí redujo su tensión con Doha cuando el Consejo de Cooperación del Golfo y Catar firmaron el acuerdo que reactivaba las relaciones diplomáticas. Se reabrieron las fronteras entre el emirato y Arabia Saudí, calificando este pacto de "solidaridad y estabilidad" en la región. Tamim ben Hamad Al-Thani, emir de Catar, y Mohamed bin Salman, príncipe heredero saudí, cerraban esta crisis con un abrazo. Pero la tensión se llevaría al mundo del deporte.
La fuerza de EAU
Deportivo porque está en el marco de las competiciones, porque no se puede hablar de deportividad entre estos tres países. El príncipe de la corona de Dubái y de los Emiratos Árabes Unidos, Hamdan bin Mohammed al Maktoum, es el hombre que está liderando el cambio de mentalidad con respecto a los deportes. El más joven de los Al Maktoum, la dinastía que gobierna EAU desde siempre, colabora con Mansour bin Zayed bin Sultan Al Nahayan, el hombre que lidera el conglomerado deportivo que conforma el City Football Group.
Es el Manchester City, con el que se hicieron en 2008, su gran obra que comparte con Khaldoon Al Mubarak, que extendieron por todos los continentes con un grupo de clubes que ha alcanzado la cifra de las 10 entidades deportivas con la compra del Troyes francés en 2020. Este último personaje es el hombre responsable de llevar también la Fórmula 1 al país emiratí con el Gran Premio de Abu Dhabi y tiene gran influencia en la competición al estar dentro de la junta directiva de Ferrari. Esto, por ejemplo, sirvió para el desembarco de la histórica marca deportiva en el país de Oriente Medio con un gran parque de atracciones.
Al Mubarak y Sheikh Mansour, como le conocen en Inglaterra, también impulsaron una de las marcas deportivas más importantes en la actualidad: el UAE - Team Emirates. El equipo ciclista cuenta con Tadej Pogacar, reciente ganador de los dos últimos Tour de Francia y que se ha convertido este 2021 en el ciclista mejor pagado del pelotón con su última renovación.
Continuando con su alianza con Arabia Saudí, desde EAU se resta valor al Mundial de Catar de 2022. En estos dos países se centra la atención en el siguiente de 2026 que se celebrará en el continente norteamericano. La influencia de estos países no ha conseguido alcanzar las cotas del emirato por el momento, que ha apostado mucho por esta cita.
La influencia de Catar
El país superó ese bloqueo del resto de países del Golfo con esa máquina de billetes que no deja de funcionar gracias al gas, entre otras fuentes. El emirato ha invertido 1.444 millones de euros según la FIFA en su Mundial, pero el ministro de finanzas advirtió que la inversión total podría llegar a los 170.000 millones en 2017. Una cita siempre manchada por el 'Catargate', la investigación sobre la victoria en la elección de este país para albergar la Copa del Mundo que se llevó por delante a Michel Platini y, por aproximación, a Joseph Blatter, y también por las muertes de trabajadores en la construcción de las infraestructuras que albergarán el evento.
Pero su gran obra reciente es el PSG. Este 2021 han asaltado la banca haciéndose con Leo Messi y renovando a Neymar Jr, mientras firmaban a grandes jugadores como Sergio Ramos o Gianluigi Donnarumma. Los 'gaseodólares' de la familia real catarí llegaron en 2011 a París y desde entonces han controlado el fútbol francés, aunque no han conseguido la ansiada Champions League. La batalla que tienen con el Manchester City por los fichajes comienza a ser legendaria, ya que son los dos clubes que más han desembolsado después de la Covid-19.
Tamim bin Hamad es la persona que controla desde Catar todas estas inversiones y todo comenzó cuando lanzó la candidatura de los Juegos Asiáticos de 2006 de Doha. Desde entonces, el país ha organizado campeonatos mundiales de Natación, de Balonmano o de Atletismo, con la polémica por las temperaturas que tuvo este último. No pudo hacerse con los Juegos Olímpicos de 2020 a los que aspiró, pero se los llevó Japón con todo lo que ello supuso tras la pandemia, una de las pocas derrotas que han tenido.
También cuentan con citas mundialistas de MotoGP, una liga de fútbol puntera con referentes como Xavi Hernández, deportistas de éxito como Nasser Al-Attiyah en rallies y Mutaz Essa Barshim en los JJOO, un torneo ATP cada vez con más importancia y, sobre todo, la visibilidad que da uno de los principales canales deportivos del mundo, BeIN Sports.
La Arabia Saudí emergente
Es el país más antiguo de los tres, pero ha sido el que más tarde ha comenzado a usar el deporte para limpiar su imagen. El príncipe bin Salman vive con la sombra de lo sucedido, entre otras polémicas, el descuartizamiento de Jamal Kasoggi. Pero su gran capacidad económica a través de la gestión de los combustibles fósiles es fundamental para convencer a las grandes competiciones, que viven con la necesidad de crecer y, sobre todo, de recuperarse de la situación tan complicada provocada por la Covid-19.
El hombre que está a cargo de esta operación es el príncipe Abdulaziz bin Turki al-Faisal, con una estimación de 600 millones de euros para tratar de convencer a Federaciones y organismos mundiales del deporte. Les falta un gran club de fútbol y lo han intentado recientemente con el Newcastle United y el Olympique de Marsella, pero en ambas operaciones se han encontrado la oposición de las competiciones. La referencia actualmente es el Almería de Turki Al-Sheikh.
Aún así, han convencido con 120 millones de euros a la Federación Española de Fútbol para llevar la Supercopa de España a Arabia Saudí y cambiando el formato para que la disputen cuatro equipos en formato 'final four'. También se celebrará el primer Gran Premio de Fórmula 1 en 2021, donde ARAMCO, la petrolera estatal, tiene una gran influencia. A través de esta compañía y con Valentino Rossi como cómplice se han inmiscuido en el mundial de MotoGP, ya que tendrán un equipo para competir desde 2022.
Quizá la gran joya de la corona hasta el momento haya sido el Dakar, que se venía disputando en Sudamérica y que ya lleva varias ediciones disputándose en las arenas del desierto del país de Oriente Medio. A través de Amaury Sports Organisation (ASO), se comprometió a crear el Saudi Tour, una carrera ciclista que tuvo su primera edición en 2020. Antes llegó el tenis, sin el apoyo de la ATP por ahora con la Diriyah Tennis Cup. También ha encontrado en el boxeo un filón, celebrando combates de la altura de un Andy Ruiz contra Anthony Joshua.
Estas son las armas de cada país de Oriente Medio enrocado en esta disputa que tuvo un motivo beligerante en un principio y que ha encontrado en el deporte un lugar donde desarrollarse. El ejemplo de la pasada semifinal de Champions League con el llamado 'derbi del Golfo' entre City y PSG dejaba en la sombra este conflicto real. Que el equipo británico haya fichado por 120 millones a un jugador también es una respuesta a la contratación de Leo Messi por el PSG, cuando ambos pelearon por su contratación. La tensión que se enmarca entre estos tres países seguirá creciendo ante la permisividad de los organizadores de las competiciones, que ven en el poder económico de estas naciones el dinero por encima de algunos derechos humanos ultrajados.
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