El Rayo se transformó en tormenta eléctrica contra el Granada. Tras sumar dos derrotas en las dos primeras jornadas (ante Sevilla y Real Sociedad) y sin haber marcado un gol hasta este domingo, el equipo que dirige Andoni Iraola se transformó el día de su reencuentro con su gente de Vallecas. 4-0 para empezar a soñar. [Narración y estadísticas: Rayo 4-0 Granada]
El partido quedó sentenciado en una primera parte que empezó con alegría para los vecinos de Vallecas. Un tanto tempranero de Álvaro García adelantaba lo que estaba por venir. Un gol de Trejo de penalti y otro de Nteka desde fuera del área sentenciaban el choque en los primeros 45 minutos. Todavía faltaba la guinda, que llegó en la segunda parte con el gol de Comesaña.
El Granada todavía no conoce la victoria en esta temporada de La Liga y suma dos puntos tras sus empates contra Villarreal y Valencia. Los de Robert Moreno se marchan al parón en el puesto 17º.
El Granada, desaparecido
El conjunto nazarí no compareció. Superado en todas las facetas, apenas una subida de Carlos Neva con centro final que sacó Dimitirevski de puños fue su balance ofensivo del primer acto. Tampoco defendió con orden. Sin soluciones ante los movimientos entre líneas de Randy Nteja y Trejo. En catorce minutos el Rayo había dejado seis llegadas y Aarón salvaba el segundo con una gran mano abajo a un remate a placer de Comesaña tras un saque de esquina de pizarra.
Sintió la duda del rival un Rayo que se lanzó por el encuentro. Nteka demostró las razones de su salto a Primera. Provocó el penalti con dos buenos recortes, que mandó a la red, tras tocar en un poste, Trejo, y marcó el tercero al borde del descanso con calidad, ajustando su disparo con confianza para convertir el segundo acto en un trámite.
Intentó tirar de orgullo un Granada que se va al parón sin un solo triunfo y con Robert Moreno buscando imprimir un estilo. Aumentó la presencia ofensiva con la entrada de Jorge Molina, pero el intento de reacción lo frenó en seco el travesaño. El balón picado de Luis Suárez a los 51 minutos fue la llegada de más peligro.
Corría riesgos excesivos el Granada, desprotegido ante la velocidad del contragolpe del Rayo y tras un latigazo de aviso de Trejo cercano a la escuadra, Comesaña puso el cuarto y el punto final al duelo. Una incursión de Álvaro por la izquierda la culminó con un centro envenenado que desvió Aarón y, sin la tensión defensiva adecuada, el centrocampista rayista cabeceó a placer en el segundo palo.