El cierre del mercado de fichajes en La Liga vivió instantes de incertidumbre, desastre y alegría. Acostumbrados a dos temporadas sin movimientos estrella por la crisis del coronavirus, los grandes llegaron a los últimos minutos con todo por jugarse en los despachos. Atlético de Madrid y Barcelona fueron dos de los actores protagonistas. Su relación en tema de fichajes estos años ha sido muy controvertida y, tras la salida de Griezmann para la llegada de De Jong, la historia tendrá otro capítulo que puede suponer un nuevo error de la directiva azulgrana.
Todas las miradas parecían estar puestas en el Real Madrid y Kylian Mbappé. La batalla por convencer al PSG de que negociara lo concentró todo. Sin embargo, el Barça buscaba algún movimiento que mejorara sus números de masa salarial y el Atlético alguna que otra incorporación que reforzara la punta de ataque. El efecto dominó se estaba preparando. Entrada en la recta final del mercado de traspasos, la marcha de Saúl al Chelsea se reactivó. Si el canterano abandonaba el Atlético, el cuadro madrileño tendría opciones de incorporar un fichaje. Y este tenía nombre.
Antoine Griezmann, que iba a comenzar su tercera temporada como jugador del FC Barcelona, era el elegido. El francés siempre ha sido muy del gusto de Simeone. Todo lo contrario que de un Barcelona donde ha estado en duda desde su llegada. Rara era la vez en la que su nombre no aparecía entre los rumores del mercado, muchas veces resurgido por las propias indirectas del Atlético de Madrid.
Por ello, teniendo en cuenta su ficha y la situación del Barça, era el momento perfecto. El Barça se quitaba de encima a un jugador que no encajaba con Koeman y que generaba dudas, además de uno de sus principales salarios, y lograba la capacidad de fichar a algún nombre más del gusto del entrenador. De Jong, descarte de Lopetegui en el Sevilla, se convertiría en el refuerzo del Barcelona.
La operación a tres bandas se cerró a tiempo. Con polémica, pues no se hizo oficial hasta después del cierre del mercado, pero con el visto bueno de una Liga que revisó la documentación recibida y la viabilidad en términos económicos del acuerdo. Griezmann regresaba al Atlético que le vio consagrarse a nivel continental y el Barça sustituía al francés por un jugador de menos nombre como De Jong.
Vistos los antecedentes de las operaciones Barça - Atlético, el 'caso Griezmann' puede ser un error más de la cúpula azulgrana. La gran diferencia en esta ocasión es la situación financiera del club. Casos como el de David Villa y sobre todo el de Luis Suárez estuvieron injustificados, especialmente el del uruguayo, 'regalado' pese a seguir siendo uno de los principales goleadores del fútbol nacional.
Ahora, Joan Laporta y su directiva son conscientes de la crisis económica y ha primado una estabilidad de las cuentas antes que la necesidad deportiva. El presidente azulgrana está acometiendo varias rebajas salariales y anunció 500 millones de pérdidas en el ejercicio 2020/2021, por lo que 50 millones por Griezmann suponen un pequeño alivio para los azulgrana.
El 'caso Villa'
El delantero del Valencia firmó por el FC Barcelona a finales de mayo de 2010. Lo hizo a cambio de 40 millones de euros y una vinculación de cuatro temporadas. Era el gran salto del delantero internacional con España y una incorporación de lujo para la delantera azulgrana. Sin embargo, Villa no llegaría a cumplir las cuatro temporadas como jugador del FC Barcelona. En 2013 puso fin a su vinculación para cambiar de aires: de Barcelona a la capital.
Villa, que años atrás había sonado para el Real Madrid, pasaba a formar parte del Atlético. El conjunto colchonero realizó un pago inicial de 2,10 millones de euros y, en el mejor de los casos, la cifra total podía llegar a unos 5 millones de euros. Sin embargo, al estar solo una campaña en el equipo rojiblanco, el pago se quedó en esos 2,10 'kilos'. Por lo tanto, el Barcelona había dejado marchar al delantero español a cambio de 38 millones de euros menos de los que pagó.
El negocio ya no era muy bueno de por sí. Pero lo peor estaba por llegar. El fichaje de Villa se hizo oficial en julio de 2013. Meses después, el Atlético de Madrid conquistaría La Liga empatando en el Camp Nou ante el Barcelona y sumando un título histórico. El delantero, con 15 goles en 47 partidos, abandonó el club madrileño un año después de su llegada, con el título bajo el brazo y demostrando que su fichaje por algo más de dos millones fue una gran inversión.
Luis Suárez y una guerra
Luis Suárez fue una de las grandes víctimas de Bartomeu al frente del club. El delantero uruguayo, que había formado un tridente de lujo con Messi y Neymar, salió por la puerta de atrás del Barcelona en 2020. Suárez era una de las 'vacas sagradas' que Bartomeu consideraba que ya habían cumplido un ciclo. Su despido encubierto, de hecho, fue uno de los desestabilizadores de un vestuario en el que ni Messi estaba cómodo.
Su última temporada como culé terminó con 21 goles en 36 partidos y un tanto cada 127 minutos sobre el terreno de juego. Fue incluido en esa 'limpia' de jugadores y el Atlético de Madrid no dejó pasar la oportunidad. Los de Cerezo desembolsaron cerca de 7 millones de euros por el atacante en un movimiento sorprendente en La Liga. Suárez, que cuando fichó por el Barça costó 82 millones de euros, salía por una cantidad ínfima para un jugador de su talla.
La llegada del uruguayo supuso todo un revulsivo para el Atlético. De hecho, anotó los mismos goles que en el Barça en solo dos partidos más. Una media de un tanto cada 142 minutos en el césped en un equipo mucho más defensivo que el azulgrana. Como sucedió con Villa, el Atlético acabó alzándose como campeón de La Liga. "Me menospreciaron", llegó a indicar el uruguayo en referencia a su adiós al Barça, que se quedó con una Liga menos y 75 millones por el camino.
Griezmann, el incomprendido
Antoine Griezmann es quizás el caso más diferente. Además de ser el más caro, pues costará 50 millones de euros repartidos en dos temporadas (10+40), es el único de los tres que ya sabe lo que es jugar en el Atlético de Madrid. Pese a ello, no deja de ser una operación algo llamativa que favorece más a los rojiblancos que al cuadro catalán tanto en términos económicos como en términos deportivos.
Sin ir más lejos, portales especializados como Transfermarkt valoran a Griezmann en 60 millones de euros, 10 menos de lo que pagará el Atlético de Madrid. Pero si se compara con lo que le costó al Barcelona, la diferencia es aún mayor. Los azulgrana pagaron hasta 120 millones de euros por su llegada hace casi tres años. Una incorporación que nunca terminó de asentarse y que ha puesto fin a su etapa de culé sin demasiadas alegrías.
Así las cosas, la salida de Griezmann le deja al Barça un balance de -70 millones, la de Luis Suárez de -75 y la de David Villa de -38. Habría otros casos también destacables como el de Arda Turan, que le costó al Barça 34 millones pagados al Atlético y que salió del equipo catalán gratis y envuelto en polémicas. Contando los tres delanteros, el Atlético logró ahorrarse 183 millones de euros para ganar dos Ligas. La tercera, esperan, será esta temporada 2021/2022. Si se sigue la tradición, fichar a un atacante del Barça supone proclamarse campeón.
[Más información: El Real Madrid no ficha a Mbappé y un efecto dominó lleva a Griezmann al Atleti]