Jerome Boateng es uno de los nombres claves del nuevo fútbol francés. Entre las polémicas del PSG con los fichajes de Leo Messi, Sergio Ramos y compañía, su proceso de retención de Kylian Mbappé o la salida final de Eduardo Camavinga al Real Madrid, se ha colado también la llegada del central francés a la Ligue-1.
Concretamente, después de finalizar su trayectoria como leyenda del Bayern de Múnich, quedó libre y firmó por el Olympique de Lyon con quien seguramente afronte su último capítulo en la élite, intentando dar la sorpresa en la pelea por el título en Francia.
Sin embargo, el inicio de Boateng en Francia no ha sido el deseado, ya que nada más anunciar su llegada y comenzar su nueva etapa le ha estallado un caso que venía arrastrando desde hace varios años atrás en Múnich. Se tratan de las acusaciones por maltrato de su expareja y madre de sus dos hijos.
Un tribunal de la ciudad alemana ha dictaminado ahora que Boateng es culpable de violencia conyugal contra Sherin Senler tras encontrarle como el autor de golpes y lesiones a su excompañera. También estaba acusado de arrancarle pelo, morderle y escupirle sangre. Tal y como ha declarado la propia Sherin, todo sucedió en el año 2018 en uno de los peores momentos de su vida, ya que asegura que fruto de los golpes llegó a quedarse sin respiración.
La denuncia de Senler y que ha terminado en una condena contra el nuevo jugador del Olympique de Lyon por la cual tendrá que pagarle 1,8 millones de euros a su expareja, no es la primera que esta interpone, ya que anteriormente le había acusado de tirarle un candelabro para lesionarle. Las agresiones del jugador de 33 años no han quedado impunes, pero sí ha llamado la atención que haya sido capaz de esquivar la pena de prisión, pues se pedían hasta 5 años para él, algo que ha quedado reducido a esa cuantiosa multa económica.
Al paso de ilustres
El caso de Jerome Boateng, por desgracia, no es ni mucho menos aislado en el deporte y, sobre todo, en el fútbol de élite, donde los casos de maltrato de algunos jugadores contra sus parejas o exparejas son bastante frecuentes y, por ende, muy sonados mediáticamente.
A lo largo de la historia, otros grandes astros de balón han recibido importantes acusaciones y han sido condenados por este tipo de violencia conyugal que, en la mayoría de los casos, suelen estar relacionados con relaciones pasajeras o con la aparición de alcohol y drogas de por medio, lo que agrava la conducta del agresor con su víctima.
Uno de los casos más sonados en la historia del fútbol es sin duda el de Diego Armando Maradona. El astro argentino, fallecido el 25 de noviembre de 2020, cuenta con un largo historial de denuncias y acusaciones por violencia contra varias mujeres. Sin duda, los casos más importantes son los relacionados con dos de sus parejas, Claudia Villafañe y Rocío Oliva, con las que Maradona tiene hijos en común. Ambas decidieron denunciar al 'Pelusa' por supuesta violencia conyugal.
Sin embargo, estos no son los únicos escándalos que ha protagonizado Diego, ya que ha tenido más denuncias por el camino, como la que interpuso la periodista rusa Ekaterina Nadolskaya en el año 2017 quien aseguraba que Maradona intentó propasarse con ella incluso ofreciéndole dinero para tener relaciones sexuales. Antes, en el año 2006, una concursante de certámenes de belleza ya le había denunciado tras acusar a Maradona de lanzarle un vaso a la cabeza y provocarle una herida por la que tuvo que recibir varios puntos de sutura.
Otro sonado caso de denuncias contra jugadores de élite mundial ha sido el protagonizado por Ryan Giggs, leyenda del Manchester United y quien fuera seleccionador de Gales, después de haber sido denunciado por su expareja, Kate Greville, y por su hermana Emma. Sobre el histórico extremo zurdo pesan acusaciones de abuso, violencia conyugal y comportamiento controlador en un caso que sigue abierto y que todo hace indicar que tendrá graves consecuencias para Ryan Giggs, quien de momento ha negado todos los hechos. Al igual que en el caso de Boateng, la pena de cárcel podría ser de hasta cinco años.
Los casos de Maradona, Giggs o Jerome Boateng no son aislados, sino que han sido muchos los futbolistas que en los últimos años han tenido algún escándalo de similares proporciones. Otra situación muy mediática fue la protagonizada por el exjugador holandés Rafael Van der Vaart. El mediapunta de la Orange, con pasado en La Liga, fue acusado de haber agredido a su mujer Sylvie en una fiesta de fin de año, algo que él mismo terminó reconociendo y por lo que pidió disculpas públicas. En su caso, la consecuencia más notable fue el final de su matrimonio con su pareja.
España no se libra
Si el fútbol internacional cuenta con casos muy sonados de jugadores que han tenido problemas con sus conductas para con sus parejas, el balompié nacional tampoco se libre, ya que históricamente ha habido denuncias de gran importancia que han dado la vuelta al mundo. Algunas de ellas todavía están de rabiosa actualidad.
El caso más claro es el de Santi Mina, futbolista del Celta de Vigo y que se encuentra en mitad de un complicado caso de denuncias y acusaciones con una chica por una presunta agresión sexual que habría ocurrido cuatro años. Desde entonces, el delantero del conjunto vigués se encuentra a la espera de que se celebre el juicio, ya que podría enfrentarse a una pena de hasta ocho años de cárcel, lo que sin duda supondría el final de su carrera profesional.
Otro nombre que ha formado parte de esta lista durante mucho tiempo ha sido Rubén Castro, quien ha vivido fuera del campo en una auténtica espiral de denuncias de las que todavía no se conoce la última palabra. El delantero de equipos como Las Palmas o el Real Betis fue acusado de agresión sexual y llegó a ser procesado por siete delitos de maltrato y uno de amenazas leves por los que se llegaron a pedir para él hasta cuatro años de cárcel.
Sin embargo, tiempo después fue denunciado de nuevo por su antigua compañera por haberse saltado la orden de alejamiento que había impuesta contra él mientras se investigaba la denuncia por malos tratos hasta en tres ocasiones. El delantero ha pasado los últimos años de su carrera envuelto en juicios y polémicas que podrían no haber llegado a su fin.
Uno de los casos más sonados del fútbol español fue el protagonizado por Juan Castaño Quirós 'Juanele', quien fue declarado culpable de varias agresiones contra la que era su mujer. El que fuera jugador del Sporting de Gijón y de la selección española, fue detenido en el año 20111 por amenazas y por destrozarle su coche. Más tarde, en 2015, Juanele volvió a las andadas amenazando de nuevo a su expareja. En esta ocasión también fue acusado de agredirle con un bate de béisbol. Tras esto, pasó incluso una temporada en la cárcel de Villabona por la acumulación de dos condenas penales.
Por desgracia, el fútbol nacional ha tenido que vivir en los últimos años algunos episodios lamentables como estos o como la detención del por entonces jugador del Atlético de Madrid, Lucas Hernández, de origen francés y que creció en nuestro país, acusado de pegar a su novia, o el de Braulio Nóbrega, exjugador del Zaragoza entre otros, que también fue detenido por otra agresión en 2011. Braulio consiguió evitar entrar en prisión al llegar a un acuerdo con la víctima de unos 12.000 euros por daños y perjuicios.
El debate judicial
Todos estos casos, y en particular el más reciente de Jerome Boateng tras su llegada a Francia, ha vuelto a reabrir un importante debate sobre este tipo de situaciones respecto a los futbolistas de élite y los deportistas de gran nivel que se ven envueltos en altercados similares. Se trata de la supuesta relajación judicial que existe con ellos.
En la mayoría de los casos, los protagonistas de estos supuestos actos se aprovechan de su importante situación económica para llegar a acuerdos económicos y así eludir sus responsabilidades carcelarias. Es poco frecuente que un jugador termine entrando en prisión, algo que generalmente sí sucedería con ciudadanos que se podrían calificar como ‘normales’.
En el caso de Boateng, se ha comprometido a pagar 30 multas diarias de 30.000 euros cada una. Una resolución sorprendente teniendo en cuenta que el nuevo jugador del Olympique de Lyon nunca ha admitido su culpabilidad, algo que sí han terminado haciendo otros para poder cerrar esos acuerdos que les liberan de pasar por prisión y que han generado esa histórica polémica de la que disfrutan, la famosa relajación judicial que aparece en delitos de violencia, de agresiones sexuales o incluso económicos y de infracciones contra la hacienda pública.
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