La encrucijada de Laporta en plena crisis del Barça: Koeman y el aval, las últimas amenazas

Cuando Joan Laporta se presentó a las elecciones para la presidencia del Barcelona, en ningún caso podía imaginarse que sus primeros meses en el cargo serían así. No ha cumplido ni un año de mandato y ya ha podido ver de primera mano que la recuperación de la entidad culé será lenta. 

Los sueños de Laporta tardaron poco en esfumarse. Primero fue el de fichar a Erling Haaland que era imposible y, de hecho, se encuentra más cerca de firmar por el eterno rival, el Real Madrid, el próximo verano. Luego vino el 'palo' de tener que decir adiós a Leo Messi. Una decisión dolorosa, pero innegociable a la hora de tomarla puesto que el límite salarial no daba opción para mantener al argentino.

El Barça se apretó el cinturón durante todo el verano y eso ha ayudado a la economía azulgrana, pero todavía queda mucho trabajo por hacer. Laporta no tiene tiempo para respirar, tanto en lo institucional como en lo deportivo, y ahora se encuentra entre dos frentes que condicionan especialmente el presente del club: uno es el aval y otro es el futuro de Ronald Koeman.

Joan Laporta, durante una rueda de prensa REUTERS

El Barça, como una de las cuatro entidades que no son sociedades anónimas deportivas en el fútbol profesional español (junto a Real Madrid, Athletic Club y Osasuna), debe presentar un aval del 15% de su presupuesto de gastos, que en el caso azulgrana se dará a conocer en las próximas semanas. Sí se conoce el presupuesto de ingresos para la temporada 2021/2022, que será de 765 millones de euros, y muy probablemente provocará que disminuya la cifra del aval que la directiva debe aportar a LaLiga el próximo 30 de noviembre respecto a los 124,6 millones presentados en marzo.

Los dirigentes azulgranas deberán renovar el aval antes de que inicie diciembre con una cifra que se espera que no alcance los 100 millones de euros. Sin embargo, hay un problema y está en los avalistas que podrían caer. 

El aval actual del Barça, que está validado por el Banc Sabadell, está formado por los diferentes avales de los directivos azulgranas y por 'contravales' que fueron imprescindibles en su momento para que la junta de Laporta pudiera acceder al cargo. De hecho, los 124,6 millones se validaron ante un notario de la Avinguda Diagonal de Barcelona la madrugada en la que finalizaba el plazo para presentarlo.

Entre los 'contravales' destacan los aproximadamente 30 millones de euros de Jaume Roures, el socio-fundador del Grupo Mediapro, que lo hizo mediante la sociedad patrimonial Orpheus Media, y el de José Elías, el presidente de Audax Renovables, que estaría alrededor de los 20 millones.

Pero Roures ya anunció entonces en un comunicado que su 'contraval' sería para unos meses y este caduca el mismo 30 de noviembre. El empresario podría no ser el único avalista que deje de aportar su parte, es lo que intuyen en el club, y eso obliga a buscar alternativas. Con el precedente de lo que ocurrió en marzo, se trabaja para no dejarlo para última hora y eso podría provocar que la junta sufriera modificaciones y hubiera un orden diferente en los poderes. 

La puerta está abierta para nuevos avalistas, pero antes la Asamblea General de Compromisarios del fin de semana del 17 de octubre deberá aprobar las cuentas de la junta de Laporta para la temporada 2021/2022, algo que también deberá hacer LaLiga.

Koeman, sin crédito

Lo que para entonces sí deberá estar resuelto es el futuro de su banquillo. El 'Koeman, sentenciado' se escucha cada vez más, pero ¿cuándo se podría producir su despido? Aparecen varias fechas claves. Los azulgrana se medirán al Cádiz (fuera de casa), a Levante (en el Camp Nou), al Benfica y al Atlético de Madrid (ambos fuera de casa). Especialmente, estos dos últimos son partidos muy importantes ya que caer supondría poner en peligro el pase a octavos en Champions y caer contra un rival directo en Liga.

Koeman, en el banquillo del Barça EFE

Por eso, el Barça estaría en un aprieto si se cae en alguno de los dos siguientes partidos y la imagen del equipo sigue siendo la que es. Habría que improvisar sobre la marcha y buscar un sustituto que se sentaría en el banquillo sin margen de maniobra y con dos compromisos importantes para empezar. Mal asunto.

Aguantar a Koeman hasta el parón, tras el partido contra el Atleti, sería lo mejor si al menos se calman las aguas hasta entonces. Llegado ese punto, lo que tendría también que estar claro es qué hacer y tener atado el sustituto en caso de confirmarse el cese del neerlandés. Laporta tendría un problema si para la Asamblea de Compromisarios no está claro el nombre del entrenador. El presidente trabaja en una encrucijada para que la confianza no siga decayendo.

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