Ronald Koeman está en peligro si es que no está sentenciado ya. La derrota contra el Benfica es el enésimo golpe a un Barça hundido moral y futbolísticamente. Por eso, desde la directiva culé se buscan soluciones en mitad de un estado de crisis económica que limita los pasos a dar. Joan Laporta sabe que algo hay que hacer y se debate sobre el qué.
Laporta vivió en primera persona el 3-0 que le endosaron al Barça en Lisboa. Dolió mucho. Tras el partido, el presidente bajó al vestuario culé. Lo hizo cuando Ronald Koeman, que estaba atendiendo a los medios de comunicación, no se encontraba dentro. Que Laporta lo hiciera en ese momento intencionadamente o no es un misterio, pero ahí queda el dato.
El presidente buscó levantar los ánimos de un equipo tocado y que lucha contra el derrotismo que hay instaurado en el banquillo y en gran parte de la afición. Laporta no se cruzó con Koeman, al menos no ahí. Luego toda la expedición del Barça regresó junta a la ciudad condal en un vuelo de madrugada.
Al aterrizar, los jugadores se marcharon a sus casas. Koeman también. El que no lo hizo fue Laporta que se quedó en la Ciudad Deportiva del Barça acompañado de los pesos pesados de la directiva: Mateu Alemany, Rafa Yuste y Enric Masip. De allí no salió nadie hasta las cuatro de la madrugada, como ha desvelado este jueves el diario Sport.
Sobre la mesa, el asunto principal fue el futuro de Koeman. Cada vez son más los que votan por su destitución para atajar el problema, aunque no se espera un cese inmediato con el partido del Atlético de Madrid a solo unos días. Sí podría darse tras la visita al Wanda Metropolitano, coincidiendo con un parón internacional que daría algo de tiempo. Eso, por supuesto, solo si se da con una fórmula económica para cambiar de cromos en el banquillo.
¿La última vez de Koeman?
Koeman sabe lo que hay. Admitió este miércoles que no sabe si tiene "el respaldo del club" tras perder por 3-0 ante el Benfica y quedar con cero puntos tras las primeras dos jornadas de la Champions League. Sancionado para el Wanda, el de Da Luz pudo ser su último partido en el banquillo del Barcelona.
"Solo puedo opinar de mi trabajo con el equipo, me siento muy respaldado por los jugadores por la actitud que tienen. Por el club no sé", explicó en declaraciones a Movistar+. Más tarde, en rueda de prensa insistió que de su futuro no puede "decir nada" porque no sabe "lo que piensa el club" y "no está" en sus manos. "Ya veremos", apuntó.
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