La guerra sigue entre el FC Barcelona y Ronald Koeman. Su destitución como técnico azulgrana no ha supuesto el final en la historia de la entidad y el entrenador neerlandés, ya que ahora ha comenzado una batalla para decidir los terminos de su despido. Mientras el Barça quiere ahorrarse el máximo dinero posible, Koeman no cede ni un centímetro.
El entrenador holandés quedó muy molesto con la forma que tuvo el conjunto azulgrana de terminar su aventura en el banquillo del Camp Nou. Koeman consideraba que con tiempo podía sacar cosas positivas del equipo como ya hizo la temporada pasada con la consecución del título de la Copa del Rey. Sin embargo, los malos resultados terminaron por romper una historia que estaba abocada al fracaso desde la llegada de Laporta a la presidencia.
Además, ni las formas ni el momento fueron las adecuadas para el neerlandés. En la noche de la derrota en Vallecas ante el Rayo se filtró que la decisión estaba ya tomada mientras a Koeman se le comunicó la decisión en pleno vuelo de regreso a la ciudad condla. Para evitar horas de especulaciones, el club hizo pública la destitución de madrugada a través de un comunicado.
Koeman se subió a ese avión siendo entrenador del Barça y se bajó de él fuera del club y con todos comentando una gestión más de la entidad blaugrana que ha dejado mucho que desear. Ahora, el neerlandés quiere cobrarse su venganza particular y no está dispuesto a hacer concesiones.
Una guerra abierta
En su contrato tenía firmado que si el Barça decidía rescindirle faltándole todavía un año por cumplir, debía abonarle una cantidad cercana a los 12 millones de euros. Sin embargo, en el club saben que esa cifra es altísima teniendo en cuenta su situación económica y por ello están tratando de reducirla en la medida de lo posible. Cualquier euro que se ahorren puede ser fundamental.
El club ha hecho varias ofertas a Koeman que rondarían los 7 millones de euros. Sin embargo, el técnico se muestra inflexible y tal y como apunta Catalunya Radio, ha vuelto a transmitir su negativa a aceptar cualquier oferta remitiéndose a su contrato y a ese pago de 12 millones de euros. La situación es de máxima tensión ahora mismo entre las partes implicadas en la negociación.
La paciencia del entrenador empieza a acabarse mientras que el Barça no encuentra la manera de hacer frente a un pago que, en los presupuestos elaborados por la anterior junta directiva, no aparecía. Es decir, un gasto más, considerado como imprevisto, para el que no hay fondos y que agrava aún más la crisis azulgrana.
Para colmo, tanto Koeman como el Barça conocen los antecedentes en este tipo de situaciones y que el antiguo técnico culé, Quique Setién, también se encuentra inmerso en una fuerte disputa porque todavía no ha cobrado su propia indemnización por el despido tras la derrota cosechada en Champions ante el Bayern y ese histórico 2-8.
El cántabro tuvo que recurrir a los tribunales para interponer una demanda por incumplimiento de contrato y así pelear por ese pago que el conjunto azulgrana todavía le debe. Ahora, se suma también el conflicto con Ronald Koeman que no está dispuesto a hacer grandes concesiones después de cómo se han desarrollado los últimos meses. Dicha información matiza que este pago total podría llevar incluido también una parte proporcional correspondiente a su cuerpo técnico. Koeman ya pospuso el pago del 45% de su salario la temporada pasada tras las crisis provocada por la Covid-19.
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