No hay una semana tranquila para Joan Laporta. Tampoco es que el presidente del Barça haga demasiado por tenerla. Si la pasada era el despido de Ronald Koeman, esta es la contratación de Xavi Hernández que, por si alguien se lo preguntaba hace unos días, no iba a escapar de las curvas que acostumbra a atravesar la entidad azulgrana de un tiempo a esta parte.
Y es que Laporta, sea o no una estrategia de cara al público, lleva dando bandazos desde que asumió la presidencia (incluso desde la campaña electoral) que empiezan a generar desconfianza. Lo último ha sido su dudosa implicación en la operación que se supone que debe llevar a Xavi al banquillo del primer equipo, 'bajándose' del avión que este martes ha llevado a una expedición del Barça a Qatar para reunirse con el Al-Sadd.
Laporta se ha contradicho desde el principio con el 'caso Xavi' y ese principio se remonta a la carrera por la presidencia, cuando el nombre del técnico de Tarrasa estaba incluido en el programa electoral de otro candidato, Victor Font. El abogado dejaba claro que veía a Xavi como entrenador del Barça "a medio plazo" y se desmarcaba de contar con él para, curiosamente, reafirmar a Koeman en ese entonces.
Xavi necesita un poco más de recorrido
También curioso es que fuera Xavi una de las claves que acabó dando ventaja a Laporta, al que catalogó como "el mejor presidente de la historia" del club catalán. Dejó 'vendido' a Font con estas declaraciones y Joan se acabó llevando la victoria en las urnas.
El nombre de Xavi nunca ha dejado de sonar en el entorno culé en esta segunda etapa de Laporta a los mandos del club. Estuvo sobre la mesa a final de la pasada temporada cuando Koeman quedó señalado del bajón brutal del equipo en la fase decisiva de La Liga cuando el Barça todavía aspiraba a ganarla. "Danos 15 días y sino el puesto es tuyo", le dijo el 'presi' al técnico neerlandés.
Laporta quería un entrenador experimentado para su Barça como reemplazo de Koeman. Xavi, por tanto, volvía a quedar fuera de la ecuación, aunque este en junio admitía sentirse "preparado" para coger el timón del vestuario culé. Joan quería otro perfil con el que al final tampoco dio y mantuvo a Ronald en el puesto.
Parece que ahora Xavi sí es el elegido para entrenar al Barça. Al menos eso es lo que apuntan los movimientos en la sombra del club porque, en público, lo que han dicho Laporta y Rafa Yuste, su vicepresidente deportivo, es que "no es la única opción". ¿Qué necesidad hay de poner en duda su figura cuando, supuestamente, se trabaja desde el momento del despido de Koeman en su contratación?
Laporta nunca lo ha tenido claro con Xavi y así se desprende en todos y cada uno de sus gestos a lo largo de este 2021. No es la única contradicción de un presidente amenazado por la crisis financiera y deportiva del Barça. Otra 'víctima' de sus idas y venidas ha sido, cómo no, el propio Koeman.
El culebrón Koeman
A Koeman se le ha mareado desde el principio. El único momento en el que fue claro fue cuándo más le respaldó, durante la campaña electoral. "Koeman tiene margen", decía en diciembre de 2020. Le dio su voto de confianza para acabar la temporada, pero una vez se escapó La Liga (pese a ganar la Copa del Rey) se empezaron a filtrar las dudas del presidente, que no de toda su directiva. Se llegó así al ultimátum antes citado, pero aquello dejó una herida que nunca terminó de sanar.
Koeman continuará siendo entrenador del Barça; merece margen...
Koeman sabía que Laporta no confiaba en él y todo fue a peor con el rumbo del equipo en esta primera parte de la temporada. Los resultados eran muy pobres y al presidente se le agotaba la poca paciencia. Lo que le frenó de despedir a su entrenador antes fue la crisis económica que no daba mucho margen a asumir otro finiquito millonario. Pasaban las semanas y se iban alternando los 'Koeman, sentenciado' y los 'Koeman, reafirmado'.
Quizás Laporta no actuó hasta que llegó el momento en el que sintió que estaría totalmente respaldado en su decisión por la afición. Aquella 'encerrona' al coche de Koeman por parte de decenas de aficionados a la salida del Camp Nou tras El Clásico y la derrota ante el Rayo que le siguió desencadenaron todo.
¿Fichajes? Tengo todas las cartas preparadas para jugarlas
Laporta también 'bailó' con el tema fichajes. Dónde quedaron aquellas esperanzas de hacer, al menos, un gran fichaje, las cuales se vieron alimentadas por su reunión con Mino Raiola para hablar sobre el futuro de Erling Haaland. Como bien dice el nombre de un programa deportivo, 'bacalá'. El Barça no estaba para gastar dinero en fichajes y así se comprobó en una ventana de verano insulsa.
El 'engaño' a los Messi
Aunque de contraciones y 'falsas promesas' también se rompió la relación entre Laporta y Messi. El presidente siempre mantuvo ante de las elecciones que con él se renovaría al '10'. Su discurso era tan firme que convencía a todos, incluido Leo. La imagen del argentino yendo a votar al Camp Nou junto a uno de sus hijos quedó para el recuerdo. Era un Messi comprometido con el barcelonismo, uno más en la afición en un momento tan complicado para la entidad.
La renovación de Messi progresa adecuadamente
Pero su idea sobre la renovación de Messi se fue esfumando, aunque lo llevó en silencio. Hasta solo unas semanas antes de la marcha definitiva de Messi, Laporta seguía diciendo "todo va bien". Hasta que Messi no aterrizó en Barcelona de sus vacaciones, este seguía convencido de estamparía su firma en un nuevo contrato con el club blaugrama. Sus ilusiones y las de la afición se esfumaron en una tensa reunión.
Messi se sintió engañado por Laporta, como se sienten hoy algunos de los que votaron al presidente en su día. Koeman acabó también harto de su 'juego' que acabó con su cabeza rodando por el suelo. Ahora, y mientras Xavi siga sin presentarse en el Camp Nou, crece el temor en torno a otra nueva 'jugada' de Joan que haga que el entrenador catalán acabe quedándose en Qatar. Es lo que tienen las contradicciones.
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