"La motivación es venir al Barça. Es el mejor equipo del mundo. Y la mejor motivación es estar aquí. Y aquí está el mejor jugador del mundo". Con esas palabras se presentaba Kun Agüero como el primer fichaje de Joan Laporta en su regreso a la presidencia culé. Era 30 de mayo. El delantero argentino no podía imaginarse en ese entonces por todo lo que acabaría pasando hasta llegar al día de hoy.
Lo principal es la salud y es la batalla que ahora disputa el Kun. El pasado 30 de octubre, cinco meses 'clavados' desde su primer día como azulgrana, Agüero dio el susto al tumbarse sobre el césped y abandonar el Camp Nou por culpa de unos mareos sufridos en pleno partido contra el Alavés. En el hospital le hicieron pruebas y detectaron una preocupante anomalía: sufría una arritmia en el corazón.
Han pasado solo dos semanas de aquello y el optimismo inicial se ha ido tornando en pesimismo. Los resultados no están siendo favorables y la arritmia de Agüero, por lo visto hasta ahora, podría no ser compatible con la práctica del fútbol profesional y obligaría, por tanto, al Kun a poner fin a su carrera a los 33 años.
La noticia saltaba este viernes y Agüero se pronunciaba en Twitter sin llegar a desmentir los primeros pronósticos: "Ante los rumores les cuento que estoy siguiendo las indicaciones de los médicos del club, haciendo pruebas y tratamiento y ver mi evolución en el plazo de los 90 días. Siempre en positivo". Se dan tres meses para decidir si puede volver a la disciplina del Barça y alargar su carrera.
Para Agüero ha sido un duro 'palo', especialmente, porque ni siquiera había tenido un mes para poder probarse con el Barça en días de partido. Cinco apariciones y 167 minutos de juego ha sido su corto balance como jugador azulgrana desde su fichaje. Las desgracias han llegado todas juntas en el caso del Kun, que ha tenido quince temporadas de increíble rendimiento en el fútbol europeo.
El Barça no fichaba al mejor Agüero. El argentino, que terminó contrato con el Manchester City, llegaba de su temporada más complicada con sky blue en la que tuvo dos lesiones a comienzos de temporada y en su regreso, tras además pasar el coronavirus, se encontró sin hueco en los planes de Pep Guardiola.
En su aterrizaje en Can Barça, Agüero se mostraba optimista con la continuidad de Leo Messi en el club y, nada más ser presentado, se fue con Argentina a la Copa América donde, aunque tuvo un rol secundario, acabó levantando el título junto a su amigo, y en teoría futuro compañero.
A su regreso a la ciudad condal fue cuando empezó a torcerse todo a velocidad de vértido. El 6 de agosto caía la bomba y el Barça anunciaba que era imposible retener a Messi y, por tanto, se rendía en sus esfuerzos por firmar un nuevo contrato. Tres días después, el 9 de agosto, en uno de sus primeros entrenamientos, el Kun sufría una lesión que le mantendría alejado diez semanas de los terrenos de juego.
Han sido meses muy complicados para Agüero desde tener que despedir a su amigo, quien había sido fundamental en su decisión de firmar por el Barça, hasta una lesión que le impidió debutar con su nuevo equipo durante 140 días desde que fuera presentado. La arritmia ha sido el golpe definitivo para un futbolista al que siempre ha sido muy difícil borrarle la sonrisa y que ahora pasa por su momento más complicado.
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