La carrera de Zinedine Zidane como entrenador ha estado marcada por los éxitos, pero también por las peculiaridades. El francés nunca quiso engañar ni perder su imagen de triunfador. Por ello, cuando vio que no estaba en condiciones de seguir al frente de un proyecto como el del Real Madrid dio un paso atrás. Lo hizo hasta en dos ocasiones, pero con la singularidad de que esta última puede suponer su salto a un nuevo club. Un cambio de rumbo en su carrera que marcará un antes y un después.
La primera marcha de Zidane del Real Madrid estuvo marcada por la sorpresa y el sentimentalismo. El galo abandonó el club con una rueda de prensa donde quedó reflejado su gran vínculo con el presidente Florentino Pérez. El Real Madrid seguiría siendo su casa y años después quedó contrastado que la promesa era real. El exjugador, entonces, abandonó el club con una premisa para los siguientes meses: no entrenaría a ningún otro equipo. Y, de nuevo, se cumplió.
El técnico fue relacionado a numerosos equipos. El PSG, en constante renovación de su proyecto, fue uno de los clubes que apareció en las quinielas. También lo hizo la Juventus de Turín, que buscaba recuperarse en Europa. Y de fondo siempre quedó la selección francesa, el sueño de cualquiera y también de Zidane. Pese a todo, el francés se mantuvo inquebrantable y decidió alejarse por completo del fútbol.
Desaparecido, lejos de los focos, Zidane perdió el protagonismo y la presión que había soportado durante meses al frente del Real Madrid. El galo se tomó un tiempo sabático para recuperar fuerzas. Y todo consciente de que si su vuelta se hacía necesaria, no habría problema para que se produjera. Tras los resultados de Santiago Solari, el Real Madrid hizo la llamada y Zizou regresó al Santiago Bernabéu con el cartel de salvador.
Su vuelta al Real Madrid suponía cerrar el círculo que se había abierto anteriormente. El francés había respetado esa fidelidad de la que muchos dudaron y ningún club le llegó a ofrecer (y no hablando en términos económicos) lo que podía darle el Real Madrid. Tras dos años, la Liga de la Covid-19 y un proceso de crisis económica que impidió fichajes, Zidane dio un paso atrás a final de temporada después de varios meses de reflexión. Esta vez sin rueda de prensa ni promesa de no fichar por ningún otro club.
Sus opciones de futuro
El francés cambiará el rumbo de su carrera saltando a otro banquillo. Al menos es lo que entra dentro de las previsiones tras sus dos etapas exitosas en el Real Madrid. Entrenar lejos de la capital supondrá su gran prueba lejos del club de su vida. Siempre manteniendo algunas líneas rojas, los dos escenarios que se le abren al francés están claros.
El Manchester United y la selección gala son las principales opciones que hay en el horizonte del mítico exjugador. Por el camino ha desechado otras muchas, como por ejemplo la propuesta del Newcastle antes de que Unai Emery se convirtiera en el gran favorito. Sin embargo, Mánchester y Les Bleus le pueden dar ese otro incentivo que siempre busca Zidane: el del respaldo y la comodidad.
El club inglés, como apuntan ya desde Inglaterra, le quiere como sustituto de Solskjaer. Y Zidane llegaría a un vestuario con jugadores que conoce bien, como Varane y Cristiano Ronaldo, y otros a los que admira como Paul Pogba. Sería el mago que dirigiera el espectáculo de un Old Trafford que quiere recuperar la gloria.
Este destino aparentemente parece más inminente y es ahí donde Zidane debería volver a tirar de personalidad. El United a corto plazo o aguantar lejos de los terrenos de juego a la espera de Francia. La selección le quiere y él también, pero mientras esté Deschamps en el puesto no habrá movimiento alguno. El seleccionador estará en el cargo hasta el Mundial de Qatar 2022, fecha en la que el calendario daría su gran oportunidad a un Zidane que lleva años relacionándose con el puesto.
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