La temporada de Isco Alarcón hasta el momento ha sido un espejismo. Pocos podían esperar que comenzado el mes de noviembre su protagonismo iba a ser tan extramadamente bajo, especialmente después de los propósitos que tenía para un Carlo Ancelotti que se presentaba como una buena noticia para el malagueño.
'Carletto' fue uno de los pocos entrenadores que apostó ciegamente por él y que lo tuvo como parte inamovible de su once, especialmente en los primeros meses de su segunda temporada, cuando el equipo volaba camino de completar una de sus mejores cursos de la historia con cuatro títulos y récord de victorias consecutivas.
A su llegada, cierto es que con media plantilla fuera o lesionada, el italiano apostó por Isco hasta la saciedad. Parecía retomar esa vieja idea de hacer del andaluz pieza importante de su proyecto. En pretemporada no solo estuvo en el once titular en la mayoría de los partidos, sino que era pieza fundamental de las ideas de Ancelotti. Una cosa es estar y otra es ser, e Isco era. Por sus botas pasaban todas las jugadas de ataque y de sus pies y cabeza nacía todo el fútbol del Real Madrid.
Carlo parecía estar amoldando su idea de juego a un equipo que tuviese a Isco como un referente, que cuando él estuviera en el campo, todo se volcase hacia su presencia y que a partir de su figura todo adquiriese una nueva dimensión. La temporada anterior, sin contar para Zidane, no había sido fácil, y en verano no llegaron ofertas que contentaran al jugador y al club por igual. Por ello, esta nueva oportunidad era como una salvación.
Ese protagonismo inicial tuvo su continuidad en los primeros partidos de La Liga aprovechando bajas como la de Toni Kroos en el centro del campo. Pero todo fue, de nuevo, un espejismo, ya que los minutos se acabaron rápido. En la primera jornada no fue titular ante el Alavés y su participación fue testimonial, pero después llegaron dos salidas desde el inicio de forma consecutiva ante Levante y Betis con alrededor de una hora de juego. Y partir de ahí, el ostracismo más absoluto.
Fuera de combate
Así es como ha quedado Isco tras el primer mes de competición. Se había hablado de su mejor estado de forma, de que a simple vista se le veía más fino y de que le había venido bien hasta su corte de pelo. Pero nada cambió. Septiembre fue una cruz para él. Sin minutos ante el Celta, entre Valencia, Mallorca y Villarreal no llegó a los 40 minutos.
En Champions, a pesar de que ya van cuatro jornadas, todavía no ha debutado, algo que resulta impactante para un jugador de su talla y de su trascendencia en el fútbol mundial en los últimos años. Isco ha sido titular en finales de la Liga de Campeones y ha sido todo un líder de la Selección, pero ahora solo es una sombra.
Su último partido fue aquel del 25 de septiembre. Después llegaron unos problemas de espaldas y lesiones que le han tenido fuera durante todo el mes de octubre. Sin embargo, superados esos problemas físicos, tampoco ha recibido ni un solo minuto por decisión técnica. Ni ante Sheriff, Elche, Shakhtar o Rayo Vallecano. Isco no ha vuelto a pisar el césped.
El camino más corto
Ante situación, tanto Isco como el Real Madrid se están planteando seriamente una solución que ponga fin a un momento que no es cómodo para ninguna de las dos partes, especialmente para el jugador, que se ve fuera de cualquier plan de presente y futuro. Su contrato termina el próximo mes de junio y está claro que la renovación no entra en los planes del club.
Su valor de mercado se sitúa en torno a los 15 millones cuando hace tres años, en su punto más alto, superaba los 90 'kilos'. Se trata de un fichaje más que amortizado, pero al club blanco le interesa ahora desprenderse de su alta ficha, y si puede ser cuanto antes mejor. Por ello, desde el club le han abierto las puertas a una posible salida antes de este verano.
El mercado de invierno podría ser una buena solución para el malagueño para intentar aprovechar lo que queda de curso. Con un traspaso que podría resolverse por una pequeña cantidad, o incluso gratis con total de desprenderse de su salario, Isco podría poner punto y final a su trayectoria de blanco.
Sabe que ha sido superado con creces por jugadores como Fede Valverde o Camavinga y que no entra en los planes para reemplazar a la famosa 'CMK'. Hasta Asensio ha gozado de minutos en el medio por delante de él. Y dado que no ha perdido la esperanza de regresar a la Selección para estar en la Copa del Mundo de Qatar 2022, cuanto antes encuentre una solución, mejor será para todos. Y eso para por el mercado de invierno.
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