El gobierno francés ha iniciado una ronda de contactos para impulsar el primer paquete de medidas contra los ultras de la Ligue-1. Los aficionados de fútbol más radicales han perjudicado a la liga nacional en varios partidos y hasta se han producido agresiones a jugadores en pleno encuentro. Por ello, la ministra de Deportes, Roxana Maracineanu, se ha reunido con las diferentes partes implicadas para lanzar varios cambios que permitan actuar con mayor celeridad ante situaciones de este tipo.
Maracineanu, que también ha pedido colaboración al resto de aficionados, ha basado su plan contra los ultras en tres ejes muy simples y que no implican medidas de calado contra los radicales. La ministra, tras los encuentros con clubes, Ligue-1 y Federación, ha apostado por aumentar los controles de seguridad en los accesos, así como por un cambio de reglamento que permita a los árbitros tomar decisiones más drásticas según lo sucedido y una revisión de la normativa de la competición.
Las tres medidas anunciadas se espera que sean suficientes para acabar con el protagonismo de estos grupos violentos en los partidos de la élite de fútbol francés. "Lo más importante fue sentarse juntos por primera vez, hablar del problema y acordar actuar", ha destacado Maracineanu a los medios del país tras ese encuentro.
"Hemos reunido a los clubes, la Liga y la Federación para trabajar en tres áreas: la seguridad en la entrada y en el interior de los estadios, la toma de decisiones por parte de los árbitros para facilitarla y la posible revisión del reglamento disciplinario de la Liga y la Federación para poder intervenir adecuadamente con las cosas escritas en blanco y negro", ha explicado la responsable de la gestión del deporte galo.
Además, la ministra ha pedido colaboración al resto de hinchas porque "es importante que cada uno, en su nivel", pueda ayudar a acabar con los ultras y sus diferentes agresiones. "Necesitamos que los líderes de los grupos sean capaces de mantener a sus 'tropas'", ha recalcado. Maracineanu ha destacado también que "hay cosas positivas y magnificas que se pueden vivir en los estadios" y que el peso de los aficionados es fundamental. Sin embargo, ha incidido en que deben "actuar juntos por esta causa común de encontrar la calma en los estadios y disfrutar de estos bonitos partidos".
Las agresiones en la Ligue-1
El último caso de agresión de los ultras en la liga francesa se produjo durante el derbi entre el Olympique de Marsella y el Lyon. El jugador del cuadro marsellés, Dimitri Payet, recibió un golpe tras el lanzamiento de un objeto desde la grada cuando se disponía a lanzar un córner. El partido se paralizó, los jugadores se marcharon a vestuarios y durante varios minutos se estudió qué hacer con el encuentro. Finalmente acabó siendo suspendido.
Pese a la gravedad, Payet ya tuvo otro encontronazo con la grada en un partido anterior que acabó también con el lanzamiento de varios objetos. A estos incidentes se suman los vividos en el Lens - Lille donde, por ejemplo, los radicales bajaron al césped para intentar iniciar una batalla campal.
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