Tienen motivos los aficionados colchoneros para que el temblor se adueñe de sus piernas a partir de las 21:00 horas de este martes. El Atlético de Madrid no depende de sí mismo para seguir vivo en la Champions League. Su clasificación para los octavos de final estará en manos de su triunfo en Oporto, pero también de lo que hagan AC Milan y Liverpool FC. El fútbol vivirá una trepidante última jornada de la fase de grupos donde los de Diego Pablo Simeone no quieren revivir el episodio del Qarabag.
De los españoles, solo el Real Madrid tiene asegurada su presencia en la primera ronda eliminatoria de la fase final de la máxima competición continental. FC Barcelona, Sevilla y Villarreal tendrán que ganárselo sobre el campo, aunque ellos tendrán esa papeleta el miércoles. Con el Liverpool ya clasificado, los otros tres equipos que componen el grupo hacen cálculos. Tanto el Atlético como el Oporto y el Milan tienen opciones para estar en el bombo del próximo viernes, así como de caer a la Europa League o de no jugar más competición continental este año.
El conjunto de 'El Cholo' Simeone necesita ganar en Portugal, pero también que el conjunto Rossonero no obtenga el triunfo en San Siro contra los Reds que no tienen ya nada en juego. Además, el Atlético se enfrenta en Do Dragao a un adversario que también tiene en su mano el pase. Estará en octavos si gana. Habrá que estar pendientes de la diferencia de goles, ya que si los lombardos ganan, los rojiblancos tendrán que hacerlo por un tanto más.
No es que llegue en el mejor momento el equipo madrileño. Felipe fue expulsado en el último encuentro, José María Giménez no está al 100% y Stefan Savic se lesionó ante el Mallorca en la derrota del Wanda Metropolitano de este sábado; es decir, Simeone tendrá una defensa de circunstancias: Llorente, Kondogbia, Hermoso y Lodi apuntan a titulares. El tropiezo liguero no es un buen presagio tampoco, aunque Carrasco, que se perdió este encuentro, sí estará para esta cita.
El recuerdo de Qarabag
Una de las grandes manchas del historial de Simeone en el banquillo del Atlético de Madrid se gestó en una fase de grupos de Champions donde no consiguió ganar al Qarabag azerí. Era octubre de 2017 y los rojiblancos llegaban como uno de los favoritos tras jugar dos finales de la máxima competición continental y haber caído en las semifinales de la última edición. No tenía un grupo sencillo con Roma y Chelsea y solo consiguió ganar un encuentro.
En su visita a Bakú, los rojiblancos no conseguían pasar del empate a cero en todo el choque. Ni con uno más sobre el campo fueron capaces de perforar las redes del conjunto azerí. Más humillante fue el episodio en el Metropolitano, donde firmaron las tablas a uno. El tanto de Míchel en la primera mitad fue equilibrado por Thomas Partey en la segunda mitad. Todo ello, poco antes de que los visitantes volvieran a quedarse con diez. Savic, después, fue expulsado también.
Desde entonces, el Atlético entró en una dinámica negativa en la máxima competición continental. La siguiente temporada no pasarían de octavos después de que la Juventus de Cristiano Ronaldo les remontase un 2-0 a favor que se llevaron del partido de ida. En la 2019/2020, con el parón por la Covid-19 que frenó el éxtasis de Liverpool, no podrían con el RB Leipzig en cuartos. Suerte con la que tampoco contarían un año después en la eliminatoria frente al Chelsea, donde cayeron claramente en la primera ronda a doble partido.
¿Se la juega Simeone?
El entrenador mejor pagado del mundo no está viviendo un inicio de temporada brillante. En el mes de diciembre se ve a 10 puntos del Real Madrid en La Liga, aunque tienen que recuperar un partido todavía. Esta situación en la Champions League tampoco ayuda a ser optimistas. La clave de este mal comienzo de campaña está en sus resultados como local, ya que el Metropolitano no es el fortín que sí ha sido otros años.
En cualquier caso, el Atlético no se plantea en ninguno de los casos prescindir de su hombre clave. El futuro de Simeone lo decide el propio Diego Pablo. Este último verano firmaba un nuevo contrato hasta 2024 tras conseguir el título de Liga en la temporada pasada. La confianza en el cuerpo técnico argentino es total. El 'Cholismo' es la religión que impera en el Metropolitano y todo el mundo cree en que este equipo no existe sin su líder espiritual.
La posibilidad de quedarse incluso fuera de cualquier competición europea sería un duro traspié que haría mella en esa confianza. Si bien es cierto que no hay dudas entre la afición en este momento, la crispación empieza a amenazar en crear una división que nadie se planteaba al final de la pasada campaña. La mejor cura ante estas pequeñas cepas es golear en Portugal y meterse en la ronda de octavos de final. Después el propio Simeone tendrá que encontrar soluciones para afrontar esa eliminatoria que, en todo caso, será muy dura.
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