Lucas Hernández pasó de ser un prometedor jugador del Atlético de Madrid codiciado por toda Europa al fichaje más caro de la historia de la Bundesliga. El Bayern Múnich y sus 80 millones de euros tuvieron la culpa de generar excesivas expectativas sobre el joven defensa. El galo, además, vivió ese salto de competición al poco de comenzar la lesión más grave de toda su carrera. Ya asentado en el conjunto germano, la entidad le ha vuelto a mostrar su lealtad con el respaldo por el caso de lesiones con su pareja.
El propio jugador ha sido quien ha reconocido el apoyo que ha tenido por parte del club. Lucas Hernández, en declaraciones a la revista Kicker, ha confirmado que los altos cargos del Bayern "entendieron" su situación y le "ayudaron". "Mis abogados también me aseguraron que los cargos iban a quedar en nada". Finalmente, tras el pago de una multa de menos de 100.000 euros, el zaguero ha esquivado la cárcel y prosigue con su relación matrimonial. "La amo y ella me ama".
El jugador también ha mostrado su incredulidad al respecto del caso. "Ni mi esposa ni yo entendimos por qué la fiscalía abrió un caso en mi contra". Sin embargo, los vaivenes entre la pareja desde 2017 son los que causaron la apertura de esta investigación que ha acabado en nada. Tras estas polémicas y con las lesiones sufridas, el nuevo Lucas Hernández ha iniciado una nueva etapa: "Ahora estoy disfrutando del fútbol otra vez".
El inicio en 2017
El mayor problema extradeportivo de Lucas Hernández comenzó en 2017 tras una discusión con Amelia de la Ossa Lorente, su entonces pareja y ahora mujer. Durante una noche del mes de febrero, ambos tuvieron una pelea después de que Lucas Hernández llegara a la casa. Era de noche y Lucas había vuelto de una quedada con compañeros del Atlético de Madrid. El jugador indicó que su pareja intentó dañar su coche deportivo. Amelia llamó a la Policía y dijo que estaba siendo agredida.
Las palabras de la chica a las autoridades provocaron la detención de Lucas Hernández, que poco después quedaría en libertad en cargos por un presunto delito de lesiones a su pareja. Además, a los dos se les impuso una orden de alejamiento mutua de 500 metros y 31 días de trabajo comunitario. La medida no se cumplió y la pareja se marchó de luna de miel. Fue ahí cuando la policía detuvo a Lucas Hernández, en el mes de junio, por quebrantamiento de condena.
Cuatro años después es cuando el caso ha vuelto a estallar. El quebrantamiento de condena generó la petición de seis meses de prisión para el jugador. El hecho de que anteriormente no hubiera realizado los 31 días de trabajo para la comunidad tampoco ayudaban. El Bayern, desde un primer momento, mostró su desconocimiento sobre la causa. Y después de varios días de tensión donde Lucas podía entrar en prisión, el defensa logró reducir la pena a una sanción económica. Si en los próximos cuatro años reincide, tendrá que ir a la cárcel.
El miedo a las lesiones
Los problemas extradeportivos no han sido los únicos que han rodeado la carrera de Lucas Hernández, que pese a sus diferentes episodios aún es un jugador joven de 25 años con tiempo suficiente para seguir creciendo. El zaguero, desde el momento en el que fichó por el Bayern de Múnich, ha tenido que lidiar con las constantes dudas sobre su recuperación física. Todo por una lesión que comenzó a principios de 2019 y que ni siquiera frenó su incorporación al cuadro alemán.
Lucas Hernández apenas había tenido complicaciones físicas en el Atlético de Madrid. Es más, una de sus cualidades era el potencial que demostraba sobre el terreno de juego. Sin embargo, esa historia idílica para cualquier deportista de élite cambió en 2019 cuando se lesionó tras un derbi contra el Real Madrid. Lo que comenzó como una distensión en la rodilla acabó siendo una baja de varios meses que puso fin a su etapa en el cuadro colchonero.
El Bayern mantuvo su confianza en él y firmó su fichaje por 80 millones de euros. Pero, cuando todo parecía reconducirse, Lucas Hernández volvió a pasar por enfermería. En esta ocasión, el defensa tuvo que hacer frente a una rotura parcial del ligamento del tobillo y pasar por quirófano. En total, desde que llegara en 2019 se ha perdido cerca de 30 partidos y ha estado alejado de los terrenos de juego más de 160 días desde su debut. Sumada a la baja inicial por su lesión en el Atlético, y tras los problemas de menisco de este verano, Lucas parece encarar la calma tanto por su estabilidad física como por el cierre del caso de violencia.
[Más información - Boateng y la cara oscura del fútbol: una acusación de maltrato y el debate de la relajación judicial]