El nombre de Edson Arantes do Nascimento (Brasil, 1940) podría pasar desapercibido para cualquiera en una breve lectura. El de 'Pelé', por el contrario, llamaría la atención de todo el que lo recitara. Ambos son la misma persona: un jugador de fútbol brasileño que hizo historia con sus actuaciones en los terrenos de juego y que, dada su edad, se ha convertido en uno de los últimos representantes del fútbol tradicional. Por ello, el seguimiento de la evolución de su estado de salud mantiene en vilo al mundo del fútbol.
Pelé no ha tenido un 2021 nada sencillo. Después de pasar sin aparentes complicaciones la pandemia del coronavirus, el brasileño ha tenido que hacer frente a un cáncer de colon que le ha obligado a pasar por el hospital en más de una ocasión. Los ingresos se han alargado por semanas y se espera que esta sesión de quimioterapia que ha recibido recientemente sea la última del año. El veterano mantiene la sonrisa y, sobre todo, la comunicación con sus seguidores para evitar cualquier tipo de especulación.
Esta está siendo una de las principales diferencias entre el estado de salud de Pelé y otro mito del fútbol como Diego Armando Maradona. Porque, a pesar de la diferencia de edad, el hecho de haber perdido al argentino hace apenas un año hace más dolorosa cualquier otra pérdida de un astro del fútbol histórico. Maradona falleció contra todo pronóstico y la investigación sobre su fallecimiento, todavía abierta, refleja la escasa transparencia que hubo en su día. Por el contrario, la familia de Pelé y el propio jugador han apostado por informar a medios y aficionados de forma constante.
Los partes médicos de Pelé, para evitar cualquier flujo erróneo de información, se vienen resumiento en su cuenta oficial de Instagram. Habitualmente acompañada de una fotografía, Pelé y sus familiares relatan cómo se encuentra el exjugador. Su último mensaje, el más esperanzador, lo dice todo: "No os preocupéis, solo estoy cogiendo fuerzas para la etapa de vacaciones".
Un largo historial clínico
Las visitas de Pelé al hospital, más allá de los problemas habituales de todo futbolista, comenzaron hace años. El jugador de los 1283 goles, del estrellato en Mundiales como Suecia, Chile o México, lleva viviendo 10 años con constantes intervenciones. Después de una retirada de menisco en 1999 en Nueva York, Pelé ha sufrido diferentes cirugías y operaciones, algunas de ellas provocando más de un susto.
Uno de sus mayores problemas, sin ir más lejos, llegó en 2012 con una operación de cadera. Los médicos le pusieron una prótesis, pero él mismo reconoció en 2016 que había habido alguna negligencia que le provocó más dolores tras esa operación. Antes en 2014, le retiraron las células renales y se conoció que llevaba viviendo con un solo riñón desde los años 70, cuando aún no se había retirado. Durante 2015 volvió a ser intervenido en dos ocasiones, una de ellas por una resección de próstata y otra por una descomposición de la raíz venosa de la columna.
El gran susto llegaría en 2017 cuando aparció en silla de ruedas. Todas las dudas sobre su estado de salud comenzaron a dispararse. Sin embargo, explicó que se debía a esos problemas de cadera y a la intervención fallida de años atrás. La calma volvió a apoderarse y Pelé evitó que siguieran las cábalas sobre su situación. Sin embargo, no tardaría en volver a preocupar cuando en 2018 tuvo que ser ingresado por un desmayo conocido como 'cuadro de agotamiento'. En 2019 pasó una intervención renal y en 2020 se confirmó que estaba atravesando una depresión por sus problemas de movilidad.
Este 2021, con el cáncer de colon como principal problema, parece acabar con optimismo tras su ingreso el pasado mes de septiembre. Pelé pasó varias semanas interno y llegó a estar en la UCI. Tanto él como sus hijas comentaron en redes sociales los avances. Pelé se siente bien, como él mismo ha confirmado, y seguirá actualizando su parte médico con sus seguidores a lo largo de esta nueva batalla.
Las eternas polémicas
Pelé, dada su relevancia, no ha podido estar alejado de las polémicas. En su caso, sin embargo, sin ser demasiado buscadas. El jugador se retiró en 1977 y prosiguió con su carrera lejos de los campos de fútbol. La imagen del brasileño, proyectada a nivel mundial, era un atractivo para cualquier marca. Hizo anuncios, películas y, en 1995, se atrevió a meterse en política por todo lo alto. Pelé se convirtió entonces en Ministro de Deportes de Brasil con el objetivo de acabar con la corrupción del gremio.
El exjugador aguantó en el puesto hasta 2001 e impulsó la conocida Ley Pelé para que hubiera más transparencia. Una batalla que, según se cuenta, acabó costándole una campaña en su contra. Tras ello, le surgieron diferentes frentes como una acusación -nunca probada- de corrupción por haber recibido fondos de Unicef Argentina sin haberlos destinado al acto previsto. Y, tras el cambio de nombre del estadio de Maracaná por 'estadio Pelé', sus familiares criticaron que Brasil lo hiciera con el objetivo de sacar rédito económico del nombre más que como un homenaje.
A pesar de estos conflictos, es un hecho que la vida de Pelé se ha desarrollado alejada de los focos mediáticos y evitando introducirse en diferentes polémicas. Un final de carrera muy diferente al de Diego Armando Maradona, pero ambos siendo representantes de una etapa fundamental en la historia del fútbol y eternos protagonistas del debate sobre quién es el mejor de la vida del deporte del balón.
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